Durante la pandemia de COVID-19 en Seattle, Angela Childs (Zoë Kravitz), trabajadora de una empresa tecnológica que sufre agorafobia, descubre la evidencia de un crimen violento mientras revisa un flujo de datos, pero cuando intenta reportarlo a su compañía, encuentra burocracia y dificultades. Para tratar de solucionarlo deberá enfrentarse a su mayor miedo y aventurarse fuera de su apartamento, adentrándose en las calles de la ciudad, que se llenan de manifestantes después de que el ayuntamiento aprobara una ley que restringe los movimientos de la población sin hogar.
Aunque durante las épocas más álgidas de la pandemia por COVID-19 se rodaron muchas películas y programas televisivos que hubieron de extremar las medidas de precaución, lo que las imágenes retrataban era la vida, llamémosle normal, al contrario de lo que aquí sucede, en que, además de las precauciones sanitarias tomadas tras los focos, se reconoce la pandemia de forma explícita como parte de la historia: algunos personajes utilizan mascarillas y, en uno de los diálogos, Angela admite que el virus agudizó su agorafobia que había remitido antes de que la ansiedad por la COVID provocara una recaída.
La película plantea situaciones que entrelaza, pero que cada cual tiene sus connotaciones diferentes, por un lado, es un thriller, con una agresión de por medio que se sospecha ha podido acabar en asesinato; por otro, están los problemas de salud de la protagonista, acosada por sus fobias que le impiden llevar una vida normal en sociedad y, por último, está el reflejo de la pandemia que estamos sufriendo, a la que poquísimas películas de las que se han rodado y se ruedan, hacen referencia, más bien parece que tratan por todos los medios de eludir el asunto.
Pero hay una cuarta reflexión que tiene mucha importancia en el film: la tecnología que nos rodea, que ha venido para quedarse y que conlleva muchas ventajas, pero unos cuantos inconvenientes de los que, aunque seamos conscientes (que no todos y no siempre, lo somos), no sabemos muy bien hasta donde llegan y hasta qué punto suponen, de un lado, que nos relacionemos con los demás de una manera absolutamente diferente, totalmente virtual en ocasiones y que en el mundo real haya muchas personas que están solas aunque tengan la impresión de tener muchas amistades, pero que muchas veces ni conocen, ni saben quienes son y, de otro lado, hay un control de nuestras vidas por alguien que tampoco sabemos ubicar demasiado bien.
Kimi, el dispositivo electrónico, trasunto del Alexa de Amazón, del asistente de Google o de otros dispositivos y aplicaciones similares, se convierte en un personaje del film y, si bien es posible que no siempre esté grabando, siempre está escuchando, de lo contrario, la palabra de activación no se incluiría en absoluto en la grabación. La empresa Amygdala que fabrica el dispositivo, probablemente querrá mantener este hecho en secreto por cuestiones de privacidad.
La película es bastante sencilla en sus planteamientos, cuyo atractivo principal es que nos sumerge en el mundo que nos rodea, aunque el asunto central que plantea tiene algo de rebuscado e increíble, pero como señala David Rooney en su reseña para The Hollywood Reporter: No es un gran Soderbergh, pero funciona. Y añado por mi cuenta: Y funciona bastante bien.
Hola Trecce!
ResponderEliminarMe gusto bastante y me mantuvo interesado hasta el final. Coincido con tu análisis. Los elementos y personajes están muy bien encajados, la trama funciona y diría que es una película muy recomendable. Me encanta el lugar donde vive la protagonista. ¿No te ha parecido que hay una muy ligera (casi imperceptible) referencia a "La ventana indiscreta"?
Un detalle que quizás suene absurdo pero a mi me pareció curioso, justo cuando terminan la sesión de sexo el tipo va y pilla el móvil... No pretendo hacer apología del tabaco pero bueno, eso de encender un pitillo justo al terminar si que era un clásico...jeje
Saludos!
Yo no se si es referencia o no, pero está claro que a cualquier cinéfilo le recuerda en ciertas cosas, a la película de Hitchcock.
EliminarLa hija de Lenny Kravitz y Lisa Bonet parece que apunta maneras.
ResponderEliminarLa verdad es que lo hace bastante bien, en un papel que tiene sus complicaciones. Consigue transmitir bastante bien la apariencia de chica con problemas de conducta, sus tics y su sociopatía.
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