jueves, 5 de mayo de 2022

BOCCACCIO '70

 


Cuatro directores cuentan historias sobre el amor y las relaciones de pareja, dignas de un Decamerón de 1970. Monicelli cuenta la historia de los amantes de la clase trabajadora Renzo (Germano Gilioli) y Luciana (Marisa Solinas) que se casan pero deben ocultárselo a su empleador; además, necesitan una habitación propia. En "Le tentazioni del dottor Antonio", dirigida por Fellini, una valla publicitaria de Anita Ekberg que anuncia, provocativamente, leche, le da a un mojigato cruzado por la decencia, más de lo que puede manejar. En "Il lavoro", Visconti cuenta la historia de la esposa de un conde cuyas escapadas con prostitutas ocupan la portada de los periódicos y decide trabajar para demostrar su independencia, pero ¿para qué está capacitada?. De Sica relata una historia ambientada en Nápoles: "La riffa", en ella una sensual empleada de un puesto de tiro al blanco, se ofrece por una noche en una lotería para ayudar económicamente a los dueños de la atracción que esperan un hijo: un sacristán y un vaquero celoso forman un curioso triángulo amoroso. En cada uno de los relatos, las mujeres toman el mando, pero no siempre felizmente.


Estos cuatro grandes directores italianos hacen una adaptación cinematográfica de algunos cuentos de Boccaccio contenidos en su famosa obra El Decamerón.
Además de los realizadores, los diferentes capítulos cuentan con una buena nómina de nombres conocidos en los distintos apartados: Italo Calvino o Cesare Zavattini, en los guiones; partituras de Nino Rota o Armando Trovajoli; la producción de Carlo Ponti y los intérpretes, entre los cuales están Anita Ekberg, Peppino de Filippo, Romy Schneider, Romolo Valli, Giuliano Gemma (no acreditado, en un pequeño papel haciendo de Hércules) y, cómo no, Sophia Loren


El primer capítulo es una crítica de las condiciones laborales en general y de los jóvenes en particular, con algunas situaciones que parecían superadas y, por desgracia, han vuelto a tomar actualidad: Precariedad, contratos con cláusulas abusivas, dificultades para independizarse... 
El segundo capítulo, con una puesta en escena absolutamente reconocible, en la que cualquier aficionado, desde el primer fotograma y aún sin saber quien lo dirige, reconoce a Fellini y su universo, que nos acerca una crítica sobre la moral rancia de algunos intransigentes que, en realidad, esconde frustraciones y graves problemas psicológicos, verdaderos enfermos que contagian su amargura a los demás. 
Visconti reflexiona sobre la nobleza venida a menos y los matrimonios de conveniencia o de aquellos que se han dejado llevar por una cara bonita y descubren vacío y decepción tras la luminosa fachada. Una Romy Schneider absolutamente encantadora, magníficamente dirigida, que da altura a un relato que, de otro modo, se podría convertir en algo pesado, pero que deviene en una maravillosa historia, con un final a un tiempo revelador y sobrecogedor. 
Y, por fin, De Sica, que mezcla, una vez más, humor y crítica social, en una historia que se apoya en personajes de una sociedad napolitana absolutamente retrógrada y machista. Paletos incultos y una exuberante donna que sacrifica su cuerpo para ayudar económicamente a sus amigos a pesar del asco y la repulsa que ello le comporta. El capítulo tiene algo de cine realista, vemos la feria, los tratantes de ganado, las atracciones, las tabernas y, también, el atraso y las dificultades económicas de algunos.
Confieso la prevención que tenía antes de ver la película, pensando que se trataba de uno de esos films que se pusieron de moda en una época, en los que se reunía a directores de renombre y algunos actores con tirón para conseguir buenos rendimientos en taquilla. Sin embargo, sin que sea lo mejor que han hecho cada uno de los realizadores, es un film que merece la pena y que no carece en absoluto de interés.




4 comentarios:

  1. Una suma de genialidades que remite a la época dorada del cine italiano.

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  2. Me encantan los filmes italianos de episodios realizados en los sesenta. Pueden ser irregulares pero siempre contienen más de una sorpresa.

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