Tras completar una misión durante la guerra entre la Unión Soviética y Afganistán, un tanque soviético, comandado por un tiránico oficial, se aleja del resto de la columna y se pierde en mitad del desierto, alejándose cada vez más de la base y a merced de los rebeldes muyahidines afganos.
Si bien el asunto del absurdo de las guerras, que desata lo peor de los comportamientos humanos, ha sido tratado, seguramente con mayor brillantez, en otras ocasiones, no deja de tener su mérito este film que, sobre todo, invita al debate y a la reflexión sobre este triste tema, por desgracia, recurrente en el devenir de la humanidad.
Bien retratado el ambiente hostil de los paisajes desérticos, con las montañas afganas peladas y amenazantes que aumentan la sensación de pánico y desesperanza de la tripulación del blindado a merced de un enemigo invisible que se vuelve más amenazante a medida que las municiones, lo único que les da superioridad sobre ellos, se agotan y con ellas, las posibilidades de salir con vida ante unos hombres que han vivido en sus carnes todo el terror del ataque a su aldea que ha sido borrada del mapa, con niños, mujeres y ancianos masacrados sin piedad, incluso de forma cruel y que buscan venganza. Unos hombres encerrados en una ratonera entre un enemigo despiadado y la paranoia que sufre su jefe.
Quizá el final resulta poco imaginativo, pero en general, es una película bastante realista en su tratamiento del conflicto, con personajes atractivos y cuya acción presenta logrados momentos de gran tensión psicológica.
Hola.
ResponderEliminarPues apuntada a pesar de ese final poco imaginativo, si la peli es realista, como dices, no lo necesita.
Feliz semana.
Con ciertas limitaciones, la película no está mal.
EliminarY es que parece que los únicos que han hecho de las suyas han sido los yankees, cuando los rusos la liaron bien parda, después de los hijos de la Gran Bretaña.
ResponderEliminarRepitieron uno por uno los errores de los americanos en Vietnam. Aquello fue la antesala del fin de la Unión Soviética.
EliminarLo curioso de una producción como ésta, estrenada en 1988, es que pone en tela de juicio la presencia soviética en Afganistán más que el fundamentalismo de los muyahidines.
ResponderEliminarAparte de la barbaridad de la guerra, creo que lo pretende es reflejar que los soviéticos se metieron en una ratonera de la que no sabían cómo escapar.
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