Maurice Castle (Nicol Williamson) es un empleado de bajo nivel del servicio de inteligencia británico que trabaja recopilando rutinaria información de los países de África. En la época del Appartheid estuvo destinado en Sudáfrica y se casó con una nativa llamada Sarah (Iman) y desde entonces les debe un favor a los comunistas que le ayudaron a sacarla del país. Castle observa impotente cómo un compañero y amigo suyo, Arthur Davis (Derek Jacobi) es implicado erróneamente en un caso de contraespionaje y sus superiores temen que pueda ser un infiltrado soviético.
Con títulos de crédito de Saul Bass, la película adapta la novela del mismo título de Graham Greene.
Último trabajo de Otto Preminger para la gran pantalla y para muchos, su trabajo más mediocre, desde quienes consideran que no hace justicia a la obra de Green, hasta quienes tachan el film, incluso, de tedioso.
El caso es que el realizador y productor, se las vio y deseo para poder llevar adelante el proyecto, sin grandes estrellas y con un presupuesto limitado para lo que suelen estas películas.
Yo me quedo con la parte positiva, el mundo que nos presenta es más cercano a lo que deben ser los servicios de inteligencia que lo que nos muestran otros films, en que la fantasía y la aventura priman. Aquí vemos el trabajo rutinario, aburrido incluso, que se desarrolla en estos puestos de nivel intermedio o inferior, en que parece que nada ocurre, sin glamour y sin épica, un trabajo típico de funcionario, con sus particularidades, es cierto, pero sin trascendencia aparente.
Además, de vez en cuando, aparecen gotas de un humor negro cargado de ironia.
A mí me parece una película curiosa, por lo que tiene de "último suspiro" de un director que ya pertenecía a otra época.
ResponderEliminarMe parece un buen retrato de lo que eran en realidad los servicios de inteligencia durante la Guerra Fría.
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