Narra la historia de Salvatore 'Totò' Di Vita (interpetado por Salvatore Cascio, cuando es niño; Marco Leonardi de adolescente; y Jacques Perrin de adulto) , un niño de un pueblecito siciliano en el que el único pasatiempo es ir al cine. Subyugado por las imágenes en movimiento, el chico cree ciegamente que el cine es magia; pero, un día, Alfredo (Philippe Noiret), el operador, accede a enseñarle al pequeño los misterios y secretos que se ocultan detrás de una película. Salvatore va creciendo y llega el momento en el que debe abandonar el pueblo y buscarse la vida. Treinta años después, convertido ya en un director famoso, retorna al pueblo tras recibir la noticia del fallecimiento de su viejo amigo.
Es claro que la película encierra toda una declaración de amor al cine, las imágenes de películas, algunas de ellas emblemáticas, así lo atestiguan y también una historia sobre el amor y la amistad entre personas, la de Salvatore con Totò y la de éste con Elena, un amor que queda en deseo, pero que permanecerá en el tiempo.
Pero, además de eso, que es innegable, el film es un canto a la nostalgia, al recuerdo, a la belleza de algunas cosas que ya no volverán, unas porque su momento histórico ha pasado y otras porque nos hemos hecho mayores.
Ese cine, esos cines, ya no regresarán, es más, muchos de quienes ahora acuden al cine, jamás han estado en una de esas salas y otros muchos, han sido privados de raíz de disfrutar del cine en pantalla grande si no es en contadas ocasiones, cuando acuden a una ciudad donde aún se preservan gracias a los multicines, pero en los lugares pequeños y en muchos medianos, ya no hay cine, solo DVD o plataformas digitales y ese encanto de aquellas salas grandes, abarrotadas con cientos de espectadores en los días de estreno de las grandes películas, son pura historia.
El amor truncado de Totò y Elena es toda una metáfora de ese tiempo perdido en la lejanía.
Un film que, en algunos momentos, es proclive a la lagrimilla porque a muchos nos trae recuerdos de la niñez o de la juventud, de todo lo que quedó atrás para no volver. Hecha con cariño, con ternura y tremendamente emotiva, con una música del maestro Morricone que envuelve sentimientos y con toda la intensidad que desprenden los recuerdos. Es la magia del cine.
Que tal Trecce!
ResponderEliminarBueno, esta joya me toca la fibra y de que manera. Pues si, muchas personas jóvenes jamás han visitado una sala, o al menos "aquellas salas del pasado", creo que todavía recuerdo aquellos olores a pipas, tabaco (todo el mundo se lo traía pegado en la ropa), chicles, humedades y moqueta... Me estaba fijando en la ultima foto y veo que el niño de la derecha tiene un cigarro en las manos, bueno, a esa edad mas o menos empecé yo también a fumar...jeje
Saludos!
Es que tenía un encanto especial.
EliminarComo amante del cine que soy, esta película debería gustarme mucho más, pero lo cierto es que solo la he visto una vez. Aunque me pareció muy buena, no llegué a conectar tanto como esperaba. Supongo que según la vaya visionando más veces, mi cariño irá en aumento.
ResponderEliminarPor desgracia, el cine en pantalla grande estaba agonizando y la Covid le ha dado la puntilla. Las generaciones de ahora apuestan por la inmediatez, por otros formatos y por una televisión muy grande que a nosotros nos parece apenas un sucedáneo. Pocos podemos hacer, aunque a veces me gustaría apostar por un cinefórum.
Aquellas salas inmensas eran como un templo para el cine, pero creo que no las volveremos a ver.
EliminarPelícula entrañable donde las haya, casi más recordada por la banda sonora de Morricone que no por el sentido homenaje hacia el mundo del cine que implica su argumento.
ResponderEliminarMorricone y su hijo, se lucieron en esta película, es cierto.
EliminarYo creo que lo que está matando al Cine también, son las series. La gente no tiene más remedio que verlas en casa.
ResponderEliminarTodo ayuda.
EliminarTiene momentos memorables (el final, por supuesto) pero, al mismo tiempo, siempre me ha parecido que abusaba un poco del almíbar. De Tornatore me gustó mucho más "La mejor oferta" (si, ya sé que no tienen nada que ver).
ResponderEliminarSaludos.
Es cierto, hay algunos pasajes en los que abusa de lo sentimental. Pero bueno.
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