martes, 30 de marzo de 2021

CASI TODAS LAS MUJERES

 

Néstor Rejón vive por y para el oro, metal en el que reproduce los diseños de joyas en los que trabaja sin descanso. Su pasión por el dorado metal le ha llevado a conocerlo todo sobre él, incluso en su afán de saber más, estuvo una larga temporada viviendo junto a los buscadores en las minas de Colombia.
La otra pasión de Néstor son las mujeres, a través de las que han ocupado su corazón, se pueden recorrer los recuerdos de toda su vida y ahora que está a un paso de entrar en la vejez, ha encontrado, de manera inopinada, la verdadera mina de oro que estuvo buscando toda su vida. Ella se llama Sarah D'Allara y podría ser su hija.
Para satisfacer su propia devoción por ella, ha rehabilitado un palazzo en la isla de Sicilia, cerca de Palermo, con vistas privilegiadas sobre el Jónico, a fin de que Sarah pueda trabajar sobre el terreno en la tarea que ahora la ocupa: Escribir un trabajo sobre Giuseppe Tomasi di Lampedusa y su obra El Gatopardo.
La historia de amor y pasión de la joven y el artista, no es sino la trama superficial del verdadero asunto del libro: Un recorrido detallado y emotivo por la isla italiana y un homenaje al legado de Lampedusa.
El escritor canario recorre a través de sus protagonistas Palermo, Taormina, Santa Margherita di Belice, Agrigento,  Modica... Pero también otros lugares del planeta: París, Madrid, Barcelona, Nueva York o la zona aurífera de Colombia.
El homenaje emocionado a Sicilia va más allá y se une a los naturales de la isla en lo decepcionante que es para ellos que el cine hollywoodense haya convertido la isla en una nido de mafiosos y en un lugar peligroso del que solo conocen las poblaciones de Corleone o Prizzi por las connotaciones que estos nombres tienen en series o películas norteamericanas y se olviden, por ejemplo, de que en la isla nacieron Luigi Pirandello o Salvatore Quasimodo, premios Nobel de literatura.
El homenaje al autor de El Gatopardo y a su novela, va salpicando también esta novela, cargada de referencias cinéfilas, entre ellas, una entrevista que la protagonista, Sarah D'Allara, le hace a Burt Lancaster sobre la película homónima de Visconti en el madrileño Hotel Palace. La entrevista es inventada, pero la mayor parte, si no todo, lo que en ella se cuenta, es totalmente histórico, desde el hecho de que Lancaster no era ni la primera, ni la segunda, ni siquiera la tercera opción para protagonizar el film o que los productores tenían pensado hacer un musical en el que el momento cumbre fuera la famosa escena del baile, que se mantiene en la versión definitiva, pero que Visconti, después de un tiempo, despidió al asesor musical y decidió reescribir totalmente el guión.
Cuenta Antonio Astorga que cuando Armas estaba terminando la novela, en agosto de 2003, el escritor desayunaba junto a su mujer en el restaurante Viena de la localidad madrileña de Alpedrete y de repente sonó su teléfono. Eran las diez menos cuarto de la mañana. Armas no reconoce una voz, que le dice: «Juancho, estoy en un crucero por el Mediterráneo llegando a Palermo y querría que me recordaras, por favor, los lugares en donde el viejo Lampedusa se recluía a tomar dulces y a leer (leía en las cafeterías)». 
Exactamente ese día Armas estaba mirando esa geografía cotidiana del viejo Lampedusa que salía de su Palazzo, atravesaba la Via Roma y llegaba, después del Máximo, al Mazzara y allí se encerraba. «Yo recorrí todo eso para comprobar qué podía sentir el viejo Lampedusa». 
Quien llamaba a Armas era Mario Vargas Llosa. La novela estaba condenada a tener suerte. 



8 comentarios:

  1. ¡Qué interesante!
    Me la anoto.
    Un saludo!

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    1. Quizá pueda resultar algo larga, pero está bastante bien.

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  2. No he leído nada de Armas Marcelo, aunque tengo por casa "Madrid, Distrito Federal". Lo recuerdo presentando en La 2 "Los libros", junto a Eduardo Sotillos.

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  3. Voy a por esta novela que me parece muy interesante pues soy un fan declarado de Lampedusa, no solo por "El gatopardo", también por relatos cortos magistrales como "Ligea".
    Cuando Lampedusa se enteró de que Lancaster sería el protagonista exclamó: "¡Ese actor de westerns?!!! (él había pensado en Laurence Olivier o Vittorio de Sica) pero finalmente quedó satisfecho con el americano.
    Saludos!
    Borgo.

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    1. De hecho Laurence Olivier creo que era la primera opción, pero alguien pensó que siendo el mejor intérprete de la obra de Shakespeare, como es, sin embargo, no daba lo que se esperaba para el papel del Príncipe de Salina.

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  4. No he leído esta obra del canario Armas. He leído Requiem Habanero por Fidel y Estado de Coma, que me han encantado, sobre todo la primera. Fue apartado de la enseñanza por motivos políticos y, si no hubiera sido así, a lo mejor no teníamos un literato tan prolífico, que ha ganado muchos premios.

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    1. En efecto, multipremiado y reconocido en su labor como escritor.

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