Johnny Río (Marlon Brando) es un delincuente, junto a su compinche Dad Longworth (Karl Malden) y un tercer hombre, Doc (Hank Worden), atracan un banco en una ciudad fronteriza de México. Tras el atraco, el trío de bandidos escapa a un pueblo cercano, donde buscan compañía femenina, Doc y Dad en un burdel, mientras Rio delicadamente corteja a una mujer aristocrática, ofreciéndole el anillo que acaba de robar diciéndole que es un recuerdo de su madre, lo único que posee. La policía mexicana persigue a los bandidos hasta el prostíbulo, Doc muere y Dad se las arregla para escapar, robando dos caballos y recogiendo a Rio, pero tras verse cercados de nuevo y haber perdido uno de los caballos, deciden que la única manera de escapar antes de que los rurales mexicanos les rodeen, es que uno de ellos vaya hasta una localidad cercana a buscar monturas de refresco, mientras el otro trata de entretener a sus perseguidores.
Longworth será el encargado de ir a por los caballos, pero cuando los consigue, decide escapar con el botín obtenido y dejar a Rio abandonado a su suerte. Apresado por la policía mexicana, pasa cinco amargos años en la prisión de Sonora, durante los cuales, vive obsesionado con la idea de vengarse del traidor.
Al fin logra escapar en compañía de otro preso mexicano y un día que ambos están en un bar, un hombre le propone que se asocie con él para atracar un banco en la localidad costera de Monterrey, en California, de la que casualmente es sheriff Longworth. Una vez allí, Rio pasa a visitar a su antiguo amigo que le presenta a su esposa, María (Katy Jurado) y a su hijastra Louisa (Pina Pellicer), Jonnhy ve la oportunidad de tomar venganza y seduce a la chica, pero a su vez queda prendado de la joven, lo que provoca las iras del Sheriff.
Película con una historia problemática detrás, fue el casi debut de un entonces emergente realizador televisivo, Sam Peckinpah, quien escribió el borrador del guión original, y fue casi el único western dirigido por Stanley Kubrick antes de que él también abandonara el proyecto. El director final, casi por accidente, fue Marlon Brando, en la que a la postre sería su primera y única película como realizador.
El guión se basa en la novela «La muerte auténtica de Hendry Jones», de Charles Neider.
La inexperiencia de Brando como realizador, así como su afán de perfeccionismo, provocaron continuos contratiempos durante el rodaje. En vez de tres meses en rodar, se demoró seis, y los 1,8 millones de dólares del presupuesto original, se convirtieron en 6 millones. Al final, salía una película de entre seis y ocho horas de duración que el estudio redujo a un tiempo más manejable de dos horas y veinte minutos, con miles de metros de película de por medio, además rodada en vistavisión, un sistema que resultaba carísimo.
Tachada de narcisista por buena parte de la crítica, estamos ante un western atípico, digno de ser analizado con detenimiento, no solo por todas esas cosas que rodearon la filmación, algunas de las cuales hemos mencionado, sino por determinadas peculiaridades, por ejemplo, las escenas ambientadas en paisajes marinos, un entorno totalmente ajeno al western clásico, un mar misterioso en cuya orilla transcurrían las escenas de una historia paralela totalmente eliminada del montaje definitivo, en las que Brando tenía amores con una china, pero en el que transcurren algunas de las secuencias más evocadoras que sí podemos ver en la película.
La fotografía de gran nivel, con imágenes realmente brillantes, hizo que el film estuviera nominado en este apartado para los premios de la Academia de Hollywood.
A ello unimos las interpretaciones de dos grandes, Brando y un Karl Malden inmenso en su papel de malvado retorcido y la mexicana Pina Pellicer, en su única interpretación en el cine estadounidense, una joven culta, de belleza enigmática y frágil que a mí siempre me ha recordado a Audrey Hepburn y cuya temprana y trágica muerte, seguramente nos privó de verla convertida en una actriz de éxito.
La película es una historia de venganza que, a pesar de su duración, no se hace pesada y resulta muy entretenida, con una de las escenas de crueldad más sádicas que he visto, cuando el sheriff ordena amarrar a Rio y le somete a una sesión de latigazos para después aplastarle la mano con la culata de un rifle y así privarle de su modus vivendi para que no pueda manejar un revolver, todo por castigar en apariencia, un atraco que no ha cometido, cuando realmente es una venganza personal por haber sobrevivido a la traición y hacerle sentir culpable y también por haber enamorado a su hijastra que espera un hijo de Johnny.
Todo hubiera sido mucho más redondo para la posteridad, aunque menos atractivo para el público amante de finales complacientes, si hubieran dejado el que se tenía pensado en vez de cambiarlo por el que tiene, blando y amable, pero carente de fuerza.
Hola Trecce!
ResponderEliminarInteresantes los datos que comentas, desconocia gran parte de esa información. A mi como western me gusta, incluso con ese mar de por medio... Magnifico Karl Malden en su papel.
Saludos!
La preparación, el rodaje y la postproducción, son fuente inagotable de anécdotas.
EliminarLa película, de las que merecen la pena y Malden firma una gran interpretación.
Una película que siempre me ha gustado a pesar de las malas críticas. La incluyo entre las rarezas en los 7 mares en 70 películas por el papel más que activo de la mar en la expresividad de la cinta. Muy buena.
ResponderEliminarA mí me parece una buena película.
EliminarSi se conservara todo lo grabado, podrían sacar una miniserie.
ResponderEliminarSeguramente.
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