Dan Gallagher (Michael Douglas), un abogado de Nueva York y su esposa Beth (Anne Archer), forman una matrimonio felizmente casado, con una hija de seis años llamada Ellen (Ellen Latzen). Tienen preparado un viaje de fin de semana porque van a ver una casa en el campo cerca de donde viven los padres de ella, con el objetivo de comprarla si les gusta. Sin embargo, a última hora, Dan habrá de quedarse en la ciudad para asistir a una reunión de trabajo, por lo que Beth y Ellen harán solas el viaje. Dan acaba teniendo un encuentro sexual con Alex Forrest (Glenn Close), una mujer a la que acaba de conocer que resulta ser una nueva editora asociada en una de las agencias de clientes para las que trabaja la firma Dan.
Como quiera que Alex conoce la situación personal de Dan, este da por hecho que aquello no va a tener otras consecuencias posteriores más allá de las de una simple aventura que terminará cuando Beth y Ellen regresen a casa.
Pero a medida que se acerca el final del fin de semana, Dan observa cada vez con más claridad que Alex no está dispuesta a dar por acabada su relación, usando diferentes métodos para lograr su objetivo, entre ellos, el chantaje emocional.
Por contra, Dan quiere proteger la estabilidad de su vida con Beth y Ellen, lo que significa procurar por todos los medios que Beth no se entere siquiera de la existencia de Alex. Pero mientras Dan hace todo lo posible para alejar a Alex de su vida, ésta idea nuevas situaciones extremas para mantenerlo cerca de ella, incluyendo las autolesiones, mostrándose dispuesta a hacer daño a Dan e incluso, llegado el caso, a Beth y a Ellen, para conseguir su objetivo de no resultar ignorada.
Cuidado con quién te lías. Poco esperaba el protagonista de la historia, un tipo que parece la encarnación del triunfador en su vida laboral y familiar y que se sabe atractivo para las mujeres, que el fácil ligue de una noche le iba a pasar tan tremenda factura.
Alex es una mujer sexy y aparentemente liberada y dueña de su vida, pero eso es solo la fachada tras la que se esconde un ser débil, atormentado, seguramente con un pasado de abusos y mentalmente desequilibrada.
El cóctel está servido y la acción se desliza por un tobogán que parece no tener fin, en el que las mentiras acaban saliendo a la luz con consecuencias trágicas.
A pesar de que entre la crítica no hubo unanimidad, sí la hubo entre los espectadores que convirtieron el film en el más taquillero de 1987, el año de sus estreno y es que la película sabe crear el clima propicio para atraparnos.
Magnífica actuación de Glenn Close que pasa de ser una persona desenvuelta, atractiva y elegante a una desequilibrada peligrosa, con absoluta facilidad, lo que demuestra, una vez más, la versatilidad de esta gran actriz para enfrentarse a un amplio abanico de personajes.
La película abrió una vía para historias de este tipo protagonizadas por una especie de femme fatale que se vuelve peligrosa y que fueron tan populares entre los 80 y 90, pero creo que, al menos en algunos aspectos, ninguna fue capaz de superar esta terrorífica y perturbadora historia cargada de tensión.
Que tal Trecce!
ResponderEliminarPues precisamente la he vuelto a ver hace muy poco. Cierto, en su momento arraso en taquilla. A diferencia de otras pelis ochenteras esta mantiene el tipo y te mantiene atento a la pantalla. Tengo la sensación de que a dia de hoy este argumento provocaria algun que otro debate o polemica.
Por cierto, ese momento discoteca me recuerda a "Instinto basico"...
Saludos!
Tiene alguna similitud con "Instinto básico", en efecto.
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