Biocpic alrededor de la figura del legendario cantautor norteamericano Bob Dylan, en el que seis intérpretes encarnan diferentes momentos de la vida personal y profesional del cantante estadounidense que revolucionó la música popular en los años 60 y 70.
Desde entonces, su influencia sobre músicos, escritores, poetas y sobre la cultura en general ha sido permanente. El filme consta de varias historias cuyos protagonistas son de lo más heterogéneo: Woody Guthrie (Marcus Carl Franklin) es un niño negro de once años que siempre está huyendo, él se sube al tren en 1959 y se dirige a Hollywood, donde espera convertirse en una sensación como cantante. Robbie (Heath Ledger), un artista mujeriego que vive en la carretera y se debate entre la pasión y la culpa. Jude Quinn (Cate Blanchett), un joven de apariencia andrógina, es una estrella del rock que comienza a indignar a sus fanáticos al alejarse de sus raíces en la música popular que le hicieron famoso. Jack (Christian Bale), un ídolo folk que se convierte en evangelista, pasando a llamarse el pastor John, representa la etapa más política, cuando escribía canciones protesta y solía tener como compañera de actuaciones a Joan Baez (cuyo alter ego, Alice Fabian, interpreta aquí Julianne Moore). Y el proscrito Henry McCarty (Richard Gere) un famoso fugitivo que se hace llamar Billy the Kid.
Algunas partes de la película se inspiran en diferentes fuentes cinematográficas. La sección "Jude" se inspiró en 8½, de Fellini (1963); la sección "Billy" se inspiró en los llamados "hippie westerns" de finales de los 60 y principios de los 70 (como las películas de Sam Peckinpah) y la sección "Robbie", se inspiró en las películas de Jean-Luc Godard, especialmente en Masculino, femenino (1966).
Una biografía sobre Dylan, construída de una manera muy particular y original, aunque produce una cierta confusión a quienes no conozcan la trayectoria del cantante o, al menos, algunas partes de ella, porque se perderán del todo y puede que no sepan de qué se les está hablando.
Está rodada en blanco y negro y en color, entremezclando imágenes en ambos formatos que se corresponden con los varios personajes que se pueden identificar con las distintas etapas de la vida de Dylan y que también se van mezclando.
A veces toma unos derroteros un tanto inexplicables y alguna de las historia resulta especialmente difícil de entender, aunque, en general, es cierto que responden a las etapas por las que atravesó el artista de Minesota y algunas de las cosas que se cuentan son literales, por ejemplo el icónico momento en que enchufó la electricidad a su guitarra ante la perplejidad y la rabia de muchos de sus fans, que lo consideraron una traición, o el momento en que le tildaron de Judas en pleno concierto en el Royal Albert Hall londinense. Pero repito que, muchas de estas cosas, no las apreciarán quienes no tengan un conocimiento previo de la biografía del cantante.
En cuanto a la actuación de Cate Blanchett, alabadísima y multipremiada, es cierto que lo hace muy bien, pero no pasa por ser un hombre, en todo momento estamos viendo a una mujer por mucho que ella se esfuerce.
Lo mejor de todo, la música, como no podía ser de otra manera y es que Todd Haynes había convencido seis u ocho años antes, al representante de Dylan para que hablase con el cantante para que les permitiera utilizar sus canciones originales y consiguió los derechos, algo que en otros films sobre el personaje no se logró.
Los fans del Bob Dylan, creo que disfrutarán con la película; a quienes no lo sean, se les puede hacer pesada y, seguramente, aburrida.
Difiero de usted en cuanto a que Cate Blanchett no pasa por ser un hombre. En la película la vi como un hombre, sin signos de feminidad en los gestos.
ResponderEliminarEn primer lugar y ante todo, muchas gracias por el comentario.
EliminarMe parece muy bien que difiera, yo difiero de usted y sigo viendo a Cate Blanchett, por más que se esfuerza en semejar un varón, como exquisitamente femenina.