El guatemalteco Miguel Ángel Asturias (Premio Nobel de Literatura 1967), en su libro Hombres de maíz (que humildemente me permito recomendar), pone en boca de uno de sus personajes, Hilario Sacayón, una historia que se me viene a la memoria cada vez que oigo hablar a los políticos en campaña electoral, aunque es cierto que es aplicable a muchos otros órdenes de la vida:
El indio aquel que se estaba muriendo y a quien el padre cura, con mil dificultades, porque vivía muy lejos, le llevó el viático. Como el camino era muy trabajoso, el cura perdió la hostia y al llegar al rancho, no encontrando otra cosa así delgadita que darle al enfermo, agarró una cucaracha y le quitó un ala. El indio en las últimas, boqueando, mientras el tata cura, a la orilla del tapexco, le decía: "¿Crees que éste es el cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo...?". "Sí, cree...", contestaba el indio. "¿Crees que es este pedacito está su santísimo cuerpo?". "Sí, cree...", repetía el indio. "¿Crees en la vida eterna?". "Sí, cree..." "Pues si es así... abrí la boca..." En ese momento, el indio apartó la mano del padre, y dijo: "Cree, pero no me lo trago...".
Estupenda historia.
ResponderEliminarBrillante.
EliminarMuy buena anécdota, amigo TRECCE. Muy aplicable al 95% de las historias que nos cuentan algunos presentadores de TV.
ResponderEliminarSí, algunos nos dan píldoras totalmente intragables.
EliminarSubscribo lo que dice el amigo Javier Tellagorri, en relación con los presentadores de TV. Y se acentúa mucho más cuando esos presentadores están vinculados con la TV oficial.
ResponderEliminarMenudos "sapos" tratan de meternos.
Eliminar