En el año 1998, Evan Treborn (Ashton Kutcher), que sufrió graves traumas y abuso sexual cuando era niño (interpretado por Logan Lerman) y adolescente (interpretado por John Patrick Amedori), se desmaya con frecuencia, a menudo en momentos de gran estrés. Mientras lee sus diarios con una chica en su cuarto de estudiante, descubre que cuando lee en sus diarios de adolescente, viaja hacia atrás en el tiempo, y es capaz de "rehacer" partes de su pasado, causando los apagones que experimentó cuando era niño. Sin embargo, sus elecciones tienen consecuencias que luego se propagan a su vida actual: Sus futuros alternativos varían de estudiante universitario, prisionero y minusválido en silla de ruedas y con las manos amputadas. Sus esfuerzos son impulsados por el deseo de deshacer los eventos más desagradables de su infancia que coinciden con sus misteriosos apagones, incluyendo salvar a su novia de la infancia Kayleigh (Amy Smart) de ser molestada por su padre y atormentada por su sádico hermano.
Las decisiones que toma, y las que él permite a otros tomar durante sus apagones, cambian la línea del tiempo en el nuevo futuro donde despierta. A medida que continúa haciendo esto, se da cuenta de que, aunque sus intenciones son buenas, sus acciones tienen consecuencias imprevisibles. Además, la asimilación de docenas de nuevos recuerdos de las líneas de tiempo alternativas le causa un daño cerebral y severas hemorragias nasales. Finalmente, decide que sus intentos de alterar el pasado terminan perjudicando a aquellos que le importan y se da cuenta de que la causa principal del sufrimiento de todos en las diferentes líneas de tiempo es él mismo.
La película fue todo un éxito de taquilla, sin embargo, la crítica no fue, en general, de la misma opinión que el público.
Estaban previstos tres o cuatro finales alternativos que no sé si llegaron a rodar, creo que al menos uno de ellos, el más radical, sí. Al final, entre los extremos que comprendían desde un final totalmente feliz, hasta ese que hemos insinuado, duro, radical y absolutamente no apto para espectadores sensibles, se eligió el término medio, con un final que podríamos decir que ni es feliz, ni lo contrario.
La película es entretenida y siento llevar la contraria a los muchos espectadores que la califican como un gran film. Para mí su guión es bastante endeble, partiendo de una idea que me parece interesante, sin embargo toman decisiones ventajistas y poco o nada consecuentes cuando les conviene. La chica (Kayleigh), soporta los abusos de su padre y el maltrato de su hermano que es un sádico de la peor calaña, entre ambos le arruinan la vida, pero mira por donde, cuando reaparece su antiguo "novio" (eran unos niños la última vez que se vieron), le reprocha que no cumpliera su promesa de volver a buscarla, le hace culpable de todas sus desgracias y se suicida. Bueno, cuando menos para pensárselo, cuando no para calificar de un bodrio del guión tomar ese camino que les permite desarrollar el episodio que sigue a su manera. De estos giros absurdos hay unos cuantos y por eso, la película no me convenció en absoluto.
Lo más interesante la actuación de Amy Smart que interpreta hasta cuatro personajes diferentes. Siempre es la novia o antigua novia del protagonista, pero en cada uno de los cambios provocados por este, el personaje de ella no tiene nada que ver con el anterior. Sin duda un ejercicio de interpretación admirable, porque en mi opinión, lo hace bastante bien.
Yo creo que a veces los críticos también deberían hacerlo mirar, porque pecan más de una vez de imparcialidad. No entiendo nada en absoluto del tema, pero puede ser que en ocasiones se dejen llevar por el guión, el director y los actores. Me refiero que a veces juzgan una película según sea del agrado de ellos o no. Dejando a un lado la interpretación y los entresijos que narra el film.
ResponderEliminarSalud Trecce.
Pienso que hay dos tipos de críticos, los que tratan de orientarte de buena fe, aunque sus gustos no coincidan para nada con los tuyos y aquellos otros que van de divos y buscan protagonismo.
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