Estamos en 1962, Tracy Turnblad (Nikki Blonsky), una adolescente con un exuberante físico y que luce un gran peinado y un corazón aún mayor, tiene una pasión: bailar. Su sueño es aparecer en El Show De Corny Collins, el programa de baile televisado más codiciado de Baltimore que Tracy ve siempre en compañía de su amiga Penny Pingleton (Amanda Bynes). Tracy parece perfecta para el programa, a no ser por un problema no tan pequeño: no cabe. Su figura generosa siempre la ha apartado de los grupos de moda, cosa que le recuerda continuamente su excesivamente protectora madre, Edna (John Travolta). Pero esto no detiene a Tracy, porque si existe alguna cosa que esta gran chica sabe, es que ella nació para bailar. Después de cautivar a Corny Collins (James Marsden) con su interpretación, Tracy se gana un puesto en el espectáculo y se convierte inmediatamente en una sensación de televisión para gran dolor de la princesa reinante del show, Amber Von Tussle (Brittany Snow), y de su madre, Velma (Michelle Pfeiffer).
Más adelante, Tracy decide que no es justo que los jóvenes negros solo bailen en el Show de Corny Collins una vez al mes, y con la ayuda de varias personas, entre ellas, su padre y Edna, dará a Baltimore toda una lección de integración.
La trayectoria de este film es curiosa. En realidad es un remake de otra película del mismo título, dirigida por John Waters en 1988. De la película nació un musical que tuvo cierto éxito en Broadway y el coreógrafo Adam Shankman la lleva de nuevo a la pantalla.
Aunque de fondo la película reflexiona sobre algunos temas que podríamos llamar serios (el respeto a los diferentes, la autosuperación, la integración racial...), están tratados de una manera tan festiva que casi (digo casi, porque siguen estando presentes) pierden presencia y, desde luego, lo que si pierden del todo, es profundidad. Pero, bueno, ahí están.
El film carga todo el peso sobre la parte musical y divertida y, en ese sentido, resulta una película muy entretenida y muy vitalista, con una escena de arranque francamente magistral.
Quien lo tome por la parte seria, quedará defraudado, quien lo quiera ver como un simple entretenimiento, creo que lo disfrutará.
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