Dos quinceañeras acaban de ser asesinadas en Madrid. El asesino había contactado con ellas a través de Twitter. La policía de Madrid anda de cabeza con este caso cuyo peso lleva la Brigada de Investigación Tecnológica. El asesinato ha sido extremadamente macabro. Las víctimas dos amigas cuyos nombres empezaban por la misma letra. La investigación abierta consigue relacionar este caso con otros sucedidos años atrás en Nimes (Francia) y Málaga. Por ahora lo único que creen saber es que el asesino contacta con sus víctimas a través de las redes sociales y busca chicas jóvenes cuyos nombres empiecen por la misma letra, porque el resto de las pistas no les conducen a ninguna parte, ya que el asesino o asesinos, va cambiando lo que parecen rutinas de actuación.
Diana Dávila entra en la Brigada de Investigación Tecnológica porque estos andan buscando un nuevo miembro con un perfil muy similar al de Diana. Así llegará a trabajar con Arancha Aranzana, inspectora de la unidad que lleva la investigación. Entre ambas se establece una relación que, más allá de lo profesional, no está exenta de cierta desconfianza.
La trama avanza a través de relatos paralelos, por un lado seguimos al autor de los crímenes, cuyo nombre no se nos desvela hasta el final, solamente vamos conociendo rasgos de su aspecto y comportamiento y, por otro, al desarrollo de la investigación, siendo esta la parte que tiene más peso, con constantes diálogos entre los personajes, cuyos pensamientos conocemos a través de un narrador omniscente.
El estilo no carece de dinamismo, aunque lastrado por algunas descripciones que resultan incluso repetitivas, como si el autor quisiera poner de relieve que conoce bien el funcionamiento interno de la policía, aunque hay muchas cosas que chirrían un poco, como que constantemente estén obsesionados por el sexo, parece como si una comisaría fuera un lugar de citas entre miembros del cuerpo de ambos sexos. Supongo que el autor quiere dar peso al papel de la mujer en esta nueva sociedad y a lo difícil que lo tienen en ciertos ámbitos como es de la policía, pero abusa, bajo mi punto de vista de las complicaciones relacionadas con el sexo, aunque seguramente él tiene más experiencia sobre esto y sabe por qué lo hace.
Tampoco me ha acabado de convencer la trama, que recurre con cierta reiteración a las trampas al lector y en la que parece que el autor hace un uso ventajista de los movimientos de los personajes, algunas cosas, realmente resultan poco convincentes.
Sin embargo hay unas cuantas cosas positivas, entre ellas, como ocurre tantas veces en este tipo de novelas, el interés del lector por conocer quién se esconde tras los crímenes y también detrás del intento de incriminar a un viejo policía con el que sus superiores parece que quieren saldar cuentas, aunque este aspecto está poco desarrollado en la novela.
Quizá la virtud principal está en la advertencia que se desprende del relato sobre el peligro de las redes sociales y hasta qué punto estamos absolutamente controlados por los poderes que tienen acceso a ellas y lo vulnerables que nos volvemos cuando operamos en las mismas sin precauciones.
Los conocimientos de Esteban Navarro (policía de profesión) permiten entrar en el corazón de la investigación, entender cómo se trabaja, qué programas informáticos están al servicio de determinadas brigadas, de qué forma en ocasiones se bordea la ley para poder localizar a un sospechoso o hasta comprobar que, como en cualquier grupo social, existen trapicheos, rencillas, corruptelas, venganzas... También se aprecia la colaboración o falta de ella entre cuerpos de la Guardia Civil, Policía Nacional, policías autonómicas… En este aspecto, si el lector inteligente sabe deslindar el grano de la abundante paja, también resulta interesante.
Gracias por la información que das sobre esa novela. Novela que a pesar de sus defectos parece que tiene una trama muy entretenida.
ResponderEliminarYo acabo de leer una novela de Don Winslow titulada CORRUPCIÓN POLICIAL y es muy interesante porque se ve, con realismo, cómo la policia de New York desde sus agentes de investigación más veteranos hasta los fiscales y jueces con lo que tratan terminan todos aceptando gruesos sobres de dinerro procedentes de los narco-traficantes.
Y hasta la alcaldía y sus aledaños están impregnados de esa costumbre de los "sobres" corrompedores.
Muy interesante por lo que cuentas. Gracias por el apunte.
EliminarLos Crímenes del Abecedario de Esteban Navarro es un tanto farragosa y reiterativa. Le salva, creo yo, que sigues hasta el final para saber quién es el autor del delito. Saludos
ResponderEliminarEs pesadita, sí.
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