Ana, interpretada por Ana Torrent (siendo niña) y por Geraldine Chaplin (ya adulta), quien también interpreta a la madre de Ana, es la mediana de tres hermanas, hijas de una mujer que tuvo que abandonar su carrera artística para dedicarse a criar a sus hijas, que lo son también de un militar típico de la época de Franco: duro, machista, inflexible para con los demás y licencioso para consigo mismo, interpretado por Héctor Alterio. Ana cree que mató a su padre con un polvo que en realidad es bicarbonato de sodio, y su padre murió mientras estaba en la cama con una mujer. Ana lo quería matar porque se portaba mal con su querida madre, quien sufría los improperios del déspota y la niña llega a pensar que tiene algún tipo de poder sobre la vida o muerte de los demás.
Ana es criada junto a sus dos hermanas con suma austeridad por su tía (Monica Randall) con la ayuda de una sirviente (Florinda Chico). El carácter despótico de la tía la convierte en un nuevo objetivo para los deseos de muerte de Ana, sin embargo la tía no muere y eso decepciona a la niña.
Durante el desarrollo de la trama, Ana ve a su madre, o bien recuerda episodios con ella; también nos habla frente a la cámara, ya adulta, contando su triste niñez y la alegría de la visita a la estancia campestre de los amigos de su familia (los Garontes, cuya mujer tenía relaciones adúlteras con el padre de Ana) en el verano en el que ocurren los hechos narrados en la película.
Con un buen trabajo de actores, con mención especial a las tres niñas, Conchita Pérez, Mayte Sánchez y, sobre todo, una extraordinaria Ana Torrent, estamos ante una película plagada de simbolismo, con constante presencia de la muerte en sus diversas facetas (liberadora, castigo del culpable, inexorable por el paso del tiempo, injusta y dolorosa...).
Pero ese simbolismo, está presente en todo el film, casi en cada uno de los detalles, por pequeños que sean, desde las fotos que contempla la abuela o las patas de gallina que hay en el frigorífico, hasta los juegos de las niñas, todo tiene un significado subliminal que Saura nos presenta de manera inteligente jugando con el tiempo y el espacio.
Algo que nos viene a la cabeza enseguida a quienes hemos visto este film, es la canción de José Luis Perales "Porque te vas", interpretada por Jeanette y utilizada de forma muy acertada por Saura en el film.
Lo otro que recordamos, son los ojos y los gestos de una inmemsa Ana Torrent, en un film que, para mi gusto, es de lo mejor que nos ha ofrecido el cine español.
De lo mejor, sí, y del cine de Saura en esa época críptica y simbólica con cintas bastante desiguales.
ResponderEliminarEstá bien hecha y además es un prodigio de simbolismos bien manejados.
EliminarPor lo que cuentas parece una buenísima peli.
ResponderEliminarEstaba ya olvidado de la existencia de Geraldine Caplin y era una actriz que me caía muy bien.
Por aquel entonces (la peli es de 1975), creo que estaba casada con Carlos Saura.
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