En 1943, el ejército alemán está sufriendo grandes pérdidas en el frente oriental, a pesar de lo cual, Hitler da la orden de no retroceder ante el enemigo, algo que a la vista de los hechos consumados no deja de ser una quimera.
El 27º Regimiento Panzer, es en realidad un batallón de castigo, compuesto en su mayoría por delincuentes comunes o políticos, que van desde los condenados por incesto, hasta los disidentes.
El regimiento acaba de regresar de Stalingrado, donde ha resultado diezmado por los soviéticos tras un año de sangrienta lucha.
Recibe el encargo de llevar a cabo una misión tras las líneas enemigas, habrán de volar un convoy ferroviario que transporta gran cantidad de combustible destinado a vehículos y tanques del Ejército Rojo.
En caso de que la misión acabe con éxito, la unidad podría obtener el perdón total y el ejército alemán dispondría de un tiempo precioso para proceder a una retirada táctica que le dará oportunidad de reagruparse.
El jefe de la unidad aspira a ganarse la Cruz de Hierro si la operación se resuelve con éxito, aunque queda la duda de si se puede confiar en los altos mandos que han diseñado la misma.
Está basada en la novela del mismo nombre del escritor danés Sven Hassel que combatió enrolado en el ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial, publicada por primera vez en 1959 y que fue la segunda de la serie que escribió apoyada en sus propios recuerdos, aunque esto ha sido puesto en duda.
Los protagonistas de la película son un variopinto equipo que forma parte del 27º Regimiento, entre los que encontramos al sargento Willie Beier (apodado El Viejo) (Keith Szarabajka), un hombre que teme por la seguridad de su esposa e hijo si desobedece a los nazis; el cabo Joseph Porta (Bruce Davison), un autoproclamado comunista que siempre intenta mantener el ánimo, ya sea a través del juego, la bebida o la simple tontería; el cabo Hugo Stege (Branko Vidak); el joven Sven Hassel (Slavko Stimac), personaje basado en el verdadero Sven Hassel, el escritor de la novela; Wolfgang Creutzfeldt (también conocido como Hermanito) (Jay O. Sanders), un corpulento y a menudo violento gigantón y Bauer (Boris Komnenic), un individuo silencioso pero amable convicto de asesinato. A ellos se suman Alfred Kalb (alias El Legionario) (David Patrick Kelly), ex-miembro de la Legión Extranjera de Francia que dice ser musulmán, convicto de poligamia; un joven soldado inexperto, apodado Freckles (Anton Sosic), convicto de incesto con su hermanastra y su nuevo comandante Capitán Erich von Barring (D.W. Moffett), un oficial de recto proceder que esperaba una posición mejor que la que ocupa, pero hace su trabajo obedientemente de todos modos.
Los batallones de castigo eran considerados a menudo prescindibles, en ocasiones un verdadero engorro, pues lo mejor era librarse de quienes los integraban, así que no dudaban en enviarlos para acometer misiones suicidas, por lo que el sádico coronel Von Weisshagen (David Carradine) decide enviar al 27º a la misión que hemos mencionado al principio.
Como testimonio bélico, el film está en bastantes aspectos alejado de la realidad, ni los batallones de castigo tripulaban tanques, ni menos aún estos vehículos pululaban por ahí poco menos que a su albedrío como se ve en la película.
Otras cosas tampoco parecen muy reales, pero sirven para darle al conjunto el tono entre irónico y jocoso que Hassel imprimía a algunos capítulos de sus novelas.
En otros aspectos, deja bastante que desear, se nota que es una película de bajo presupuesto y ni la ambientación, ni los efectos especiales, tan importantes en este tipo de películas, están demasiado conseguidos, dando en todo momentos sensación de pobreza.
Algunas actuaciones retratan bastante acertadamente a los personajes de la novela en que se basa y en la película intervienen, más como reclamo que por otra cosa, Oliver Redd y David Carradine, si este tiene un papel pequeño, aunque desempeñado con solvencia, aquel, apenas aparece en una escena.
El resto del elenco, irregular, con algunos personajes que, como queda dicho, sí que están bastantes de acuerdo con los que pueblan las novelas de Hassel, quizá Hermanito y sobre todo Porta, sean los que proporcionan más juego.
No es una buena película, aunque quienes hayan leído las novelas del autor danés podrán reconocer y quizá emocionarse con los recordados personajes y quienes leyeran concretamente Los panzers de la muerte, revivirán alguno de los episodios que en ella se relatan.
El espectador que no conozca la obra de Hassel, puede perderse muchos detalles e incluso resultarle caótico y confuso, el desarrollo de la acción.
Lo mejor, algunos diálogos de los personajes y el justiciero final de la película.
No recuerdo haberla visto, y por lo que dices no es gran cosas, así que si al final mueren todos, siendo alemanes mejor que mejor, jajaja.
ResponderEliminarSalud Trecce.
No, no mueren todos.
EliminarNo la he visto, pero la novela me la bebí, más que leerla, de un tirón; me encantaban todas las de la serie.
ResponderEliminarLa peli es pobre, pero los que hemos leído la novela, al menos reconocemos algún episodio que nos la recuerda.
EliminarLa novela sí la leí y era muy entretenida como todas las de Hassel. Creo que lo mejor eran los diálogos que mantenian en el grupo.
ResponderEliminarAlgunos de esos diálogos se conservan en el film, pero quien no haya leído la novela, los encuentra como desubicados.
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