La misteriosa muerte de un huésped tras marcharse en mitad de la noche de un rancho abierto como hospedaje por una pareja, Jacqueline y Gil, es lo que dará cuerpo a esta trama. Una extraña desaparición donde todo señalará directamente a Gil tras confesar que había acompañado a ese adinerado huésped a la estación de tren en plena noche hasta su partida, pero entre los revisores de la compañía ferroviaria no hay constancia de que algún viajero se subiera al tren en esa estación a esa hora. Además, la repentina posesión de una fuerte cantidad de dinero en manos de Gil no hará más que complicar su inocencia de cara a la investigación policial que se pone en marcha a raíz de esa desaparición, y donde la búsqueda del hombre desaparecido (o de su cuerpo) se convertirá en una pesadilla para la pareja, en una fuerte tensión emocional entre ellos, y en una pérdida progresiva de su confianza mutua. Como se puede comprobar, a William Irish le gustaba resaltar las injusticia de la lógica en la que muchas veces desembocan las investigaciones policiales basándose en pruebas muy contundentes y racionales, pero las cuales no siempre desvelan la auténtica realidad de los hechos en algunos casos. Y esos casos son precisamente los que le interesaron a este genial mago del suspense literario para dar vida a sus obras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario