martes, 28 de octubre de 2014

FRANKENSTEIN (MARY SHELLEY)

Mary Shelley escribió a los 18 años la novela Frankenstein (1818), que la hizo famosa y con la que, para algunos especialistas, se inicia el género de ciencia-ficción.
Frankenstein está compuesta por tres narraciones concéntricas. En la primera, Robert Walton cuenta a su hermana, en sus cartas, su viaje al Polo Norte. En una de esas cartas se inserta la narración de Víctor Frankenstein a Walton, que incluye a su vez la narración del monstruo a Víctor Frankenstein. Su estructura, de cajas chinas, responde al género epistolar tan de moda en el siglo XVIII.
Víctor Frankenstein es el moderno Prometeo, el protagonista que recibe el fuego de la vida y que es capaz de crear, muy a su pesar, un monstruo sin nombre.
El monstruo que nace de la materia inerte va transformándose en ser humano a medida que adquiere el lenguaje. Se le menciona en la obra como "engendro", "monstruo", "aquel ser", "la criatura", "horrendo huésped", "demoníaco ser"... y, aunque nace inocente, su soledad y el horror y el desprecio que produce su contemplación a las demás personas le van convirtiendo en un ser brutal. Persigue a Frankenstein, destruye a su familia y es posteriormente perseguido por su creador que, responsable de su obra, trata de evitar otros males que la criatura pueda causar.
La novela ha sido versionada hasta la saciedad y el monstruo creado por Frankenstein, halla simpatías en el lector moderno que ve en él a la criatura rechazada, una especie de ángel caído que desea el cariño y la amistad de las buenas gentes, pero se encuentra con el rechazo y la animadversión provocados por su repugnante apariencia. Al contrario que la figura de Adán, el primer hombre, creado por Dios, que inevitablemente se nos viene a la cabeza, el ser creado por Frankenstein no labra su propia desdicha, sino que los hombres le empujan a ella. Adán, usando de su libre albedrío, traspasa los límites de lo prohibido; el personaje de Mary Shelley se ve arrinconado y empujado a la maldad en contra de esa voluntad que se le niega.



6 comentarios:

  1. Mala cara tiene el "jodio". Ya me extrañaba a mí que tú no publicaras hoy, y es que resulta que no se me ha quedado reflejada esta última entrada tuya.Ya sabes que a veces pasa esto.

    Saludos Trecce.

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  2. Tengo muy buen recuerdo de esta novela... y no te engaño, si te digo que no me atrevo a releerla, por si me decepciona. Me quedo con su recuerdo.

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  3. Muy buen relato, aunque me gusta más la novela de Drácula.

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