Byron narra la historia de Marino Faliero, Dux de Venecia, que se siente traicionado y menospreciado por el Consejo de la ciudad-estado, ya que apenas condena a un mes de arresto a Steno, que ha ofendido gravemente la dignidad del Dux, poniendo en tela de juicio la honorabilidad de sus esposa.
Más que una afrenta personal, el Dux ve en aquella blanda sentencia, una ofensa contra la dignidad del cargo, pues los patricios de la ciudad, han preferido proteger a uno de los suyos, antes que castigarle de manera ejemplar por llevar a cabo una acción difamatoria sin prueba alguna y cuya culpa ha confesado.
Byron hace una encendida defensa de la revuelta del pueblo contra la opresión y la corrupción de los poderosos, pues Marino se une a los conspiradores que están preparando un levantamiento para acabar con el poder de los patricios, que someten cualquier actuación de su cargo a su propio beneficio antes que al de los ciudadanos.
Interesante argumento el Byron. Y muy propio el desarrollo con la mentalidad de aquella Venecia medieval de los Dux.
ResponderEliminarMuy reivindicativo.
EliminarPara que luego diga Marx que todo lo mueve el dinero, habría que contabilizar los litros de sangre que han derramado los cuernos, ya sean verídicos o supuestos.
ResponderEliminarTienes razón, al final, por muy altos que estén en la escala social, lo del honor de la bragueta es lo que más duele.
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