Nos acerca el conocido relato mitológico de los amores no correspondidos del Cíclope Polifemo y la nereida Galatea, que ya había sido puesto en verso por Ovidio en su Metamorfosis, si bien introduciendo al personaje de Acis, amado de Galatea, mientras Polifemo es rechazo por su fealdad.
Dedicado al Conde de Niebla, está escrito en octavas reales, Góngora emplea un montón de recursos típicos del culteranismo: simetrías, metáforas, metáforas de metáforas, perífrasis, latinismos, cultismos...
El mayor valor que los críticos conceden al poema es el de no estar concebido con una intencionalidad moral o didáctica, rompiendo así con los convencionalismos de poema épico y dotando a la obra de una modernidad que se antepone a la poesía del momento.
Góngora, mas que narrar una historia de amor, la describe y huye intencionadamente de la costumbre habitual de los escritores de esa época que utilizaban este género literario de darnos lecciones moras y reconvenciones éticas.
ResponderEliminarUn saludo
Bien explicado, José Luis. Gracias.
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