Paulino Gayo Máximo, veterano general de las legiones romanas, curtido en las duras batallas ante el muro de Adriano, se traslada al continente; Estilicón, jefe militar del Imperio de Occidente, desea que vaya a la frontera del Rhin para contener el empuje de los pueblos bárbaros del norte. Contará con una sóla legión a sus órdenes, la Vigésima. La esperanza de la victoria hace mucho tiempo que se perdió y a Máximo sólo le queda retrasar la inevitable derrota; sólo le queda vivir con honor y morir con la espada en la mano.
Máximo representa lo mejor de Roma (ciudad que, por cierto, nunca ha visitado). Es valiente, decidido, determinado, práctico y directo. Es un soldado leal y un buen líder, firme, duro e incorruptible. También humano.
Es una novela sobre el miedo y el valor, sobre el honor y la lealtad, y sobre el liderazgo de hombres. De narración ágil, nada retórica y apropiadamente intensa para lo que se está contando, se centra básicamente en los aspectos bélicos, lo demás, son aditamentos a este asunto principal.
Al parecer, algunos detalles del personaje de Máximo, junto al de Quinto Veronio, su amigo, inspiraron la secuencia de inicio de la película Gladiator con la batalla entre la Legión XX Valeria Victrix de Maximus y los germanos en Mogontiacum (Maguncia).
La novela está bastante bien documentada y el autor logra acercarnos a los sufrimientos y preocupaciones de los protagonistas, hacernos partícipes de su heroísmo, de su integridad y capacidad de sacrificio cuando se saben los últimos defensores de un Imperio que les ha dado la espalda y a la espera de unos refuerzos que de sobra conocen nunca llegarán.
Sobre todo la segunda mitad del libro es absorbente, y todo él muy interesante para quienes gustamos de este tipo de obras de recreación histórica.
Acabo de leer esta novela. A mi se me ha hecho muy pesada toda la primera mitad y es solo en la segunda mitad que poco a poco empieza a coger ritmo y se empiezan a hacer patente los valores que se reseñan. Eso y la atmósfera triste y pesimista que destila todo el relato hace que no se la halla recomendado a mis compañeros de lecturas. Enhorabuena por el blog, del que soy reciente seguidor.
ResponderEliminarEsa atmósfera triste y pesimista que mencionas, para mí es uno de los logros de la novela, otra cosa es que te baje la moral, por así decirlo, pero es que aquellos fueron malos tiempos para la gente como Máximo.
EliminarQué buen recuerdo!!!!
ResponderEliminarLo tenía ahí arrinconado hace mil años.
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