Al parecer el dedo acusador les apunta y no es que lo digamos los ciudadanos (que también), JP Morgan ha estado paseando a algunos de sus clientes por nuestra España, y no sólo ellos, una veintena de fondos de inversión de Australia, EE UU y norte de Europa eran convocados por Chevreaux (el bróker participado por Credit Agricole), para escuhar al jefe de la Oficina Económica de Presidencia española, y todos ellos han quedado gratamente sorprendidos por dos cuestiones: la reducción de los costes laborales unitarios y la rápida consecución de balanza por cuenta corriente positiva de la economía, que está facilitando, a su vez, una menor dependencia de la liquidez del Banco Central Europeo (BCE). Sin embargo se mostraron preocupados por la lentitud de la reforma financiera, la resistencia a reducir el tamaño de lo público y el marco energético cambiante, que genera inseguridad jurídica.
“¿Cómo es posible que no haya consenso para nada entre la clase política?”, se preguntaban los clientes de JP Morgan. La sociedad y la empresa están haciendo sus deberes, pero los políticos son un desastre total. Los del Gobierno y los que no son del Gobierno. Y añaden, con sonrojante pero meridiana claridad: “Varias regiones tiran por su lado y parecen no darse cuenta del mensaje tan malo que lanzan al extranjero. Este sería un momento muy bueno para diferenciarse de Italia y no se está haciendo".
Reconocen y alaban el esfuerzo social: “la sociedad ha aceptado que tocan salarios más bajos, lo que permite a las empresas ser competitivas dentro. Pero además, las compañías han salido a competir duramente al exterior.” La inversión de la curva de la balanza por cuenta corriente en apenas tres años “es un proceso más intenso que el que puedan haber tenido las devaluaciones de Solchaga”, comentaban los expertos.
La sofisticada banca de inversión reconoce el esfuerzo de la sociedad y la dolorosa incompetencia de una clase política que es ya el principal obstáculo para la recuperación económica. Hace tiempo que la sociedad señala a los políticos como el gran mal del momento en los muestreos sociológicos. Pero que lo hagan los bancos de inversión no tiene precedente en España.
Según esto, si los inversores no se deciden a entrar en España, no es culpa de la crisis, sino de los políticos.
Es un placer comunicarte que tu blog ha sido seleccionado finalista del Premio Libertad de Expresión en la Red.
ResponderEliminarSuerte.
Un abrazo.
http://rebuznometro.blogspot.com/2014/01/premio-rebuznometro-la-libertad-de_18.html
Claro que nuestros políticos son un desastre. Todas las mejoras económicas que se producen en nuestra economía se deben a los sacrificios de los que trabajan o viven honradamente de una pensión. Todos han aportado su sacrificio y han hecho sus deberes. Todos, menos los políticos, que son los que tienen en sus manos la solución a los problemas económicos.definitivamente. No tendrían nada mas que acelefrar la reforma financiera y simplificar esta Administración tan desmesurada.
ResponderEliminarPero quieren mantener las estructuras actuales, para colocar a todos sus familiares amigos y amigotes per secula seculorum
Estamos perdiendo una oportunidad, quizá única, porque ahora la sociedad está sensibilizada, de hacer una serie de cambios, como el de la reforma de la Administración, pero una reforma en serio y no estas tonterías que están proponiendo.
EliminarCuando uno está enfermo hay que procurar la curación, nuestra sociedad está aquejada de una grave crisis y estos tipejos están metiendo el bisturí sólo para arrancarnos derechos sociales, pero sus parcelas de mangoneo, siguen incólumes.
Tal vez vaya haciendo falta un gobierno de tecnócratas, pero qué difícil encontrarlos. Quizás debieran ser extranjeros.
ResponderEliminarNo sé cuál será la solución, pero así vamos mal.
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