Charles Horman (John Shea), es un joven estadounidense que, llevado de su idealismo, encuentra en Chile, donde se está ensayando una nueva vía de convivencia política, un lugar para trabajar. Vive allí con su esposa Beth (Sissy Spacek) y frecuenta la compañía de amigos de ideas liberales con los que colabora en la edición de un periódico.
Una conocida de la pareja está de paso y en vísperas de su marcha del país, quieren llevarla hasta Viña del Mar para que conozca la costa chilena. Viaja allí en compañía de Charles, pero cuando van a regresar, se encuentran bloqueados, las comunicaciones están cortadas como consecuencia del golpe militar que derrocó a Salvador Allende.
Ya de regreso a Santiago, Charles es detenido por los militares y desaparece sin dejar rastro.
Su esposa y su padre, que viaja desde Estados Unidos, se dedicarán a seguir su pista encontrándose con todo tipo de dificultades cuando piden ayuda en la embajada de su país.
Konstantinos Gavras (Costa-Gavras) es sin duda uno de los realizadores más comprometidos con la denuncia social y política en sus trabajos. El film del que hoy hablamos es un magnífico ejemplo.
Hay que situarse en el momento del rodaje para hallar la verdadera dimensión de lo que pudo suponer llevar adelante el proyecto. En 1982 los acontecimientos estaban aún cercanos y muy presentes sus consecuencias, con la dictadura de Pinochet todavía en el ecuador de su recorrido en el tiempo.
Costa-Gravas se embarca en el film cuyo guión se basa en el libro "La ejecución de Charles Horman", de Thomas Hauser, cuya carga de denuncia sobre las implicaciones del gobierno de Nixon, no sólo en la preparación y desarrollo del golpe de estado, sino en la posterior represión, auguraba los problemas que no tardaron en llegar.
Por supuesto, el film estuvo prohibido en Chile y tanto éste como el libro hubieron de ser retirados del mercado tras una denuncia del entonces embajador norteamericano en el país sudamericano contra Costa-Gravas y la Universal. Al final los tribunales desestimaron esta y alguna otra demanda, pero la peli no volvió a estar disponible hasta 2006.
Con música del también griego Vangelis, hay que destacar las actuaciones de los dos protagonistas, una maravillosa Sissy Spacek y un Jack Lemmon inmenso, dando vida a un personaje cuya evolución a lo largo del film sabe captar y plasmar el actor de manera magistral.
La película logra sumergirnos en la barbarie que se desató en el país andino, la brutal represión y el miedo que se adueñó de las personas que, por una simple sospecha, podían ser literalmente secuestradas y sometidas a cualquier clase de trato inhumano.
Queda patente la implicación de la CIA y del gobierno norteamericano en pro de lo que ellos llaman los intereses nacionales, recordemos que la disculpa que se puso fue la nacionalización de las minas de cobre por parte del gobierno de Allende.
Ni que decir tiene que la derecha norteamericana trató de impedir que aquel "comunista europeo" trabajara en EE.UU., sin embargo no pudieron impedir que el film se llevara un Oscar al mejor guión adaptado y que Lemmon fuera premiado en Cannes con la Palma de Oro al mejor actor por su genial trabajo.
Una película que no ha perdido actualidad y que sirve muy bien para hacerse una idea de por qué, entre ciertos sectores, existe ese rechazo hacia lo que representa la política de EE.UU. y su hipocresía a la hora de meterse en casa ajena sin pararse a pensar en las consecuencias sobre vidas y sentimientos.
Buena, buena de verdad... y además valiente.
ResponderEliminarMuy valiente, en efecto.
EliminarPelícula inolvidable de Costa Gavras, con un Lemmon, como bien dices inmenso, en la cima de su carrera en un papel comprometido. El terrorismo de Estado, la intervención estadounidense, la impunidad de múltiples crímenes, el cuento de nunca acabar.
ResponderEliminarEs un gusto ver a un gran actor como Lemmon, nunca decepciona da igual el papel que haga.
EliminarEn cuanto a lo otro, siguen igual, después les extraña que haya gente que les tenga aversión.
Un gran película con un argumento muy revelador. Lo mejor son los diálogos que mantienen Lemmon y Spacek, cada uno defendiendo unos ideales distintos. Película no muy conocida pero que merece la pena.
ResponderEliminarLa evolución de Lemmon está muy bien retratada y muy bien interpretada por éste.
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