Hamar (Alexis Minotis), es el sumo sacerdote de Egipto y está preparando una crónica sobre el faraón Keops (Jack Hawkins) que, en esos momentos, regresa triunfante de su última campaña militar, en la que ha conseguido numerosos tesoros y un buen número de esclavos.
Entre ellos está Vashtar (James Robertson Justice), el arquitecto que había diseñado las defensas de la ciudad que acaba de conquistar, un trabajo que ha impresionado al faraón, lo que le lleva a pensar en él para encargarle el proyecto y construcción de lo que será su última morada, una pirámide que, además de su cuerpo, debe contener su tesoro personal que deberá acompañarle en su viaje a la otra vida. Para evitar que los saqueadores se apropien del mismo, el arquitecto debe pensar en un sistema que haga imposible el hurto del tesoro. El faraón le dará lo que quiera, pero sabe que ese trabajo lleva aparejada la muerte cuando las obras concluyan, para que no pueda revelar el secreto.
Dicen las crónicas que Howard Hawks quería hacer un western, pero la Warner (money is money) le puso al frente de este proyecto y, afortunadamente (eso creo yo, al menos), no atendió a su petición de que John Wayne hiciera el papel del faraón Keops.
Si es verdad que Hawks no tenía demasiado entusiasmo por esta película, la conclusión que yo saco es que el tío era un crack, porque le salió un film de primera.
Con guión de William Faulkner (ahí es nada), música de Dimitri Tiomkim (otro clásico) y vestuario del magnífico diseñador y excelente pintor Antoine Mayo, la verdad es que tenía unos buenos mimbres para sacar adelante el proyecto.
Y, como he dicho, lo hizo muy bien, en este film de ambiente colosalista, pero sin caer en las extravagancias y exageraciones de otras películas de este tipo. Hawks sabe dosificar con talento las escenas de masas (a las que por cierto dirige muy bien), con aquellas que podríamos calificar de más intimistas, logrando un buen equilibrio entre ambas.
Dos historias paralelas se simultanean en el film: La construcción de la pirámide y el amor ciego de Keops por Nellifer (Joan Collins), la enviada de los chipriotas, vasallos de Egipto para ver si se la cuelan al faraón y acepta a la bella mujer en lugar del costoso tributo que les pide.
Por supuesto el faraón traga, les perdona la pasta y cae rendido a los encantos de Nellifer, una tipeja de cuidado, ambiciosa y manipuladora que quiere sacar el máximo partido de la nueva situación de segunda esposa del rey de reyes.
Mientras, la otra historia a la que nos referíamos, la de la construcción de la pirámide, resulta muy atractiva y esta bien narrada, con bastante respeto a lo que pudo ser la verdadera historia, sin caer en esos desvaríos tan propios de Hollywood que, a veces, sacrifican el rigor histórico por lo que ellos entienden como espectáculo. La verdad es que el film, en ese aspecto resulta bastante correcto.
Magnífica actuación de Joan Collins en su papel de mujer malvada.
Un film muy entretenido, en el que nos adentramos en los misterios de la construcción de esa maravilla del arte que fueron y son las pirámides egipcias, con toda la fascinación que siguen ejerciendo. Un relato de ambiciones llevadas al último extremo, de intrigas y de lucha por la supervivencia, con el que también aprendemos un poco de historia, no está mal y como espectáculo es de primera calidad.
La película se deja ver, es entretenida... lástima del cartel. Mira que es feo. Digo yo. Parece un anuncio de bikinis. ;-P
ResponderEliminarAdemás es que la Collins en ningún momento (que yo recuerde) aparece con esa especie de bañador a rayas.
EliminarPero bueno, se ve que la carne vende.
Inolvidable la Collins en esta cinta. Que astutos los chipriotas, enviando al faraón una auténtica "bomba de relojería", ja,ja, buenísimo.
ResponderEliminarY, de paso, se libraron de ella.
EliminarYo creo que está bastante entretenida. Saludos Trecce, y a llevar las calores lo mejor que se pueda.
ResponderEliminarLo peor no son los calores, Rafa, menos con la panda de sinvergüenzas que nos rodean.
EliminarEspectacular la puesta en escena. Y una maravilla las pirámides. Collins genial en su papel de mala malísima, los borda. Buena crítica.
ResponderEliminarMuy colorista, sí.
EliminarVeo que sigues con tu crónica de cine, la película de tanto verla es cómo de la familia (a mi marido le encanta) y no es una maravilla pero se puede ver.
ResponderEliminarUn abrazo
Sigo con ellas, Isis, hay manías que no se pierden.
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