Sophie (Amanda Seyfried), es una joven de 20 años que está a punto de casarse, pero antes de hacerlo quiere conocer a su padre para que este la lleve al altar.
Su madre, Donna (Meryl Streep), nunca le ha hablado de él y al encontrar y leer el diario de Donna, se entera de la existencia de tres enamorados: Sam Carmichael (Pierce Brosnan), Bill Anderson (Stellan Skarsgard) y Harry Bright (Colin Firth). Para salir de dudas, Sophie decide invitar a estos tres posibles padres a su boda, sin que Donna se entere.
Los enredos empiezan cuando los padres, invitados y demás personas llegan a la boda. Donna, por su parte, está loca de alegría al reunirse con sus amigas y ex miembros de la banda "Donna and The Dynamos", Rosie (Julie Walters) y la rica protagonista de numerosos divorcios Tanya (Christine Baranski).
Adaptación al cine del musical del mismo título, cuyo hilo conductor son las canciones del grupo sueco ABBA, desde "Dancing Queen" y "S.O.S." a "Money, Money, Money" y "Take a Chance on Me" o "I Have a Dream". El montaje teatral era bastante modesto y sencillo y la película no lo es menos, basando gran parte de su encanto visual en los maravillosos paisajes de la isla griega donde se rodó. Tampoco hacía falta más.
Quien se ponga frente a la pantalla a ver este film, que se olvide del guión, este no es un film de guión (desastroso, por otro lado), ni siquiera es un homenaje a ABBA, yo creo que más bien es una fiesta para los fans del grupo, una reivindicación de la música ligera y pegadiza de los 70.
A quien no le guste el grupo sueco, puede que hasta le aburra, pero conozco a más de uno a quien ABBA no le caía bien y esta peli le ha encantado, porque el espectador acaba con una sensación de gozo y alegría y tarareando las canciones de Benny Andersson y Björn Ulvaeus.
La verdad es que hay pasajes del film que dan un poco de vergüenza ajena, pero en otros muchos, quedamos plenamente convencidos de que el elenco del film se lo está pasando a lo grande mientras rueda y no es sólo una sensación, la propia Amanda Seyfried declaró en su momento que algunos días, se sentían como si estuvieran de vacaciones en vez de en un rodaje.
Phyllida Lloyd, la realizadora, hace una película cargada de buenas intenciones más que otra cosa, pero el argumento tampoco le da para más en este musical que si no fuera por las canciones del mítico grupo y, quizá, por la presencia de Meryl Streep, habría pasado sin pena ni gloria.
Pero, repito, esto es lo que es y hay que tomarlo como tal, un divertimento entretenido y simpático que ayuda a olvidar los problemas que de verdad nos agobian.
De acuerdo totalmente con tu crítica. Yo me quedo con las canciones de ABBA y Meryl Streep.
ResponderEliminarYo también, Paloma.
EliminarLa música de ABBA es buenísima y marcó época, aunque todavía no la he visto estoy casi convencida de que formará parte de los musicales que me gustan
ResponderEliminarHas de verla, al menos una vez, creo que te gustará.
EliminarEstoy con lo que comentáis. La he visto pero poco más que añadir
ResponderEliminarSaludos Trecce.
Saludos para ti, Rafa.
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