jueves, 10 de enero de 2013

COMPINCHES


Estos días, en medio de los escándalos de corrupción con los que nos desayunamos una jornada sí y otra también, hay uno que está llenando portadas de noticieros, que dirían los hermanos del otro lado del charco. Me refiero al llamado Caso Pallerols, que no ha hecho sino venir a confirmar lo que todo el mundo sabía y los implicados negaban por activa y pasiva. ¿Por qué en medio del fango que suponen los casos de Dívar, Baltar, los ERES andaluces, etc., etc. etc. y muchos etc., se le da tanta cancha a este asunto? En primer lugar porque los periodistas ahora ya no tienen que hablar de presuntos y pueden descargar todo esa bilis contenida durante tanto tiempo, sin que nadie les lleve al juzgado. Pero sobre todo, lo que ha habido es un flagrante caso de dilación, favores y presunta connivencia con órganos judiciales. ¿Se imaginan Vds. que si nos pillan a cualquiera de nosotros en una falta iban a estar 16 años (20 según dijo ayer Torres Dulce)) mareando la perdiz? ¡Qué va, hombre!, al día siguiente tenemos nuestra multa o la correspondiente sanción en el buzón de casa amenazándonos con las penas del infierno si no la cumplimos.
Y es que estos impresentables están protegidos por el paraguas de los omnipotentes partidos políticos, que se han ganado a pulso la negativa valoración que de ellos y de sus integrantes tenemos los ciudadanos, porque no son nada beligerantes contra la corrupción, al contrario, la amparan, tapan y justifican, no echan a los que están metidos en turbios asuntos, sino que, en el peor de los casos, les apartan de la primera línea para pagarles el favor de haber sido discretos y no tirar de la manta, más adelante, cuando las aguas se calmen, con algún carguito en el que esperar la jubilación. Porque los partidos, sus dirigentes, saben de sobra lo que ocurre. ¿O creen que en Galicia nadie conocía los manejos de Baltar?, claro que los conocen, pero vuelven la cabeza, porque saben que tiene en sus manos, precisamente gracias a esos turbios manejos, miles de votos que pueden decantar unas elecciones.
Y no crean que los jueces salen bien parados de todo esto que está saliendo a la luz porque ellos aparecen como cómplices necesarios de los poderosos. En el caso Pallerols, la juez Silvia López Mejía, archivó el caso en 2005, con el peregrino argumento de que no tenía indicios para inculpar a los dos diputados de Convergencia. Cuando un año después la Audiencia de Barcelona reabrió el caso, le reprochó a esta jueza que por no tener indicios contra los dos diputados, exculpara, sin argumentos, a los otro doce imputados. Por cierto, esta jueza es la que tiene ahora en sus manos la trama de las ITV, donde aparece implicado Oriol Pujol. ¿Qué quiere que pensemos los ciudadanos de cómo va a obrar con el hijo del expresident? Una pena, una vergüenza y otro agravio más hacia los ciudadanos.



5 comentarios:

  1. Recomendable la lectura de tu artículo acertado y actual. Desgraciadamente también parece que nos vamos acostumbrando a estar mezclados con corruptos bien vestido y mejor hablados que son tan sinvergüenzas como los demás de su calaña. Esta sí que va a ser una herencia y no la que siempre dicen algunos que reciben de los otros, pero claro, en negativo.

    ResponderEliminar
  2. Bueno creo que ya lo he dicho alguna que otra vez por ahí, o en mi blog, que el asunto solo se arregla ya a palos. Esto es vergonzoso, y cada vez los corruptos que está demostrado que lo son; son menos intocables. Lo primero que falla es la justicia, o no quieren meter mano, o hasta la propia justicia les teme. Pero eso; luego cualquier desgraciado tiene un mal día y lo crujen. Buen artículo Trecce.

    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En fin, Rafa, al menos habrá que seguir denunciendo toda esta hipocresía.

      Eliminar
  3. Amigo TRECCE, sobra todo comentario porque lo has dejado magistralmente claro.
    Enhorabuena.

    ResponderEliminar