De nuevo en estas páginas una obra de Santiago Posteguillo que se ha convertido, en poco tiempo, en un autor de éxito, gracias a sus novelas históricas.
Si primero fue la saga de Escipión, ahora nos trae la primera entrega de lo que será una trilogía sobre la figura de Marco Ulpio Trajano, el primer emperador de Roma nacido fuera de Italia, concretamente en Itálica en la provincia Bética de Hispania.
La novela es entretenida y magníficamente documentada, algo muy de agradecer. Se nota que Posteguillo está muy versado en los temas relativos a la Roma Imperial, no sólo en los grandes asuntos, sino en los detalles, en su vida cotidiana. Así las lecciones históricas que recibimos sobre las legiones, los ciudadanos romanos, los esclavos, gladiadores, personajes grandes y pequeños de la corte imperial, etc., son todo un lujo.
Tengo que apuntar, a mi pesar, porque me cae fenomenal el autor, que sigue cayendo en los mismos o parecidos defectos de sus anteriores obras: Reiteraciones y repeticiones; exceso de didactismo que se hace un poco pesado en ocasiones y, en otras, le hace irse por las ramas; demasiadas páginas, con mucha paja en medio; estilo literario que deja bastante que desear, su prosa es limitadita y los recursos los utiliza con desigual fortuna, pero casi siempre sin sacarles partido, todo lo contrario, empezando por la forma de plantear la novela. Me explico, en los primeros capítulos nos presenta una conjura para acabar con Domiciano y nos deja en las habitaciones del emperador, con éste ligeramente herido y dando la sensación de que todo va a fracasar, para hacer una especie de largo flashback y retormar el asunto en las páginas finales, intentando con este recurso introducir misterio e intriga, pero no lo consigue en absoluto. Bueno, pues de estos intentos fallidos con diferentes recursos estilísticos, tiene más a lo largo de la novela. En fin que, a mí particularmente, su estilo sigue sin gustarme.
Pero no nos pongamos en plan crítico sabelotodo, Posteguillo hace un trabajo muy digno, lleno de clichés, es cierto, pero que funcionan, y acerca, sobre todo al lector no versado, a una época de la historia que repercute en casi toda la humanidad, pero desde luego en nuestros directos antepasados y, por ende, en nosotros mismos.
Entretenida, aunque algo larga, con unas cuantas páginas que podría haberse ahorrado, pero muy interesante sobre todo por los personajes que en ella intervienen, y por algunos detalles y curiosidades que aporta.
Reconozco que tengo pendiente empezar a leer algo de este autor. Ya son barios los post que me he ido encontrando con reseñas de sus libros y me está picando la curiosidad. Me gustó visitar tú ¨casa¨ sin duda un lugar interesante. Un saludo, feliz año. Nos leemos.
ResponderEliminarEsta casa que es tan (o más) suya que mía.
EliminarMuchas gracias.
Que tengas un excelente año amigo Trecce, y que nos digas deleitando con tus fabulosas historias, y ese buen hacer y entender de cine.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y tú que continues con tu peculiar sentido del humor en tu estupendo blog. Gracias, Rafa.
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