GENITOR

Como tantos otros generales y conquistadores famosos, Julio César tenía un caballo que ha pasado a la posteridad al haber sido montado por un personaje distinguido.

El caballo de César se llamaba Genitor, que significa padre, reproductor o creador, nombre que le puso el propio Julio César, al parecer en honor a su propio padre, muerto cuando él era un niño.

Según algunos, el caballo fue un regalo de Sila y el primero en montarlo fue su nuevo dueño. Pero Genitor tenía una peculiaridad que le hace diferente por sí mismo: Tenía más de una pezuña en el extremo de sus patas.

Este es un rasgo que se llama "atavismo" y que consiste en que algún animal (hombres incluidos) o vegetal, recupere una característica que la evolución había hecho desaparecer.

Según cuentan algunos relatos que se mueven entre la realidad y la leyenda, el caballo de César, en lugar de uno, tenía tres dedos que acababan en un casco cada uno. Esta rareza fue tomada por los augures como un signo de buena suerte y profetizaron que quien lo montase dominaría el mundo. Como también ocurre en otros casos de caballos famosos, en realidad debió haber varios "genitores", César viajó mucho y es probable que a lo largo de su carrera militar, tuviera más de un caballo. También es probable que si todos venían del mismo tronco, como parece que él tenía cuidado que ocurriera, todos ellos conservaran ese atavismo.