Es muy raro que un trabajo artístico, del tipo que sea (pintura, música, literatura, cine...), surja por generación expontánea. Eso de que un tipo en su primer contacto con un medio sorprenda con una obra de arte, no se suele dar, aunque a veces se emplee lo de que es su primer trabajo, cuando uno hurga un poco aparecen otras cosas, lo que ocurre es que esas "otras cosas", tenían un carácter menor, pasaron desapercibidas o no contaban con lo medios adecuados para que trascendieran a las masas, pero casi siempre hay un camino previo, a veces tortuoso y otras muchas plagado de sinsabores y falta de reconocimiento, hasta que llega el momento del gran salto y, tras el, alguien vuelve al pasado y tras rastrear la pista, saca a la luz antiguas obras de aquel o aquellos a quienes ahora se reconoce como genios. Aquella persona que hoy aparece en la cima del éxito, tiene una trayectoria, un camino de aprendizaje que le lleva a ese instante en el que, por fin, encuentra el reconocimiento.
Un desconocido, entonces, Quentin Tarantino, vendió este guión por el precio mínimo que pagan las productoras. La peli fue dirigida por Tony Scott (sí, el hermano de Ridley) y aunque Tarantino siempre dijo que le había destrozado el guión, esa opinión yo no la comparto, creo que lo hizo bastante bien, porque si bien es cierto que el guión es una maravilla, hay otros apartados del film que no desmerecen lo más mínimo. Una preciosa banda sonora, un buen trabajo de cámara, una fotografía muy correcta y una trabajo de actores logradísimo.
Cada cual tiene su momento, algunos rayando a gran altura y otros que apenas aparecen, entre otras cosas, porque estaban empezando. Hay aquí nombres de gente que entonces era muy joven y casi nadie conocía (Brad Pitt, Samuel L. Jackson o James Gandolfini), junto a otros ya consagrados, como Dennis Hopper y Christopher Walken, que tienen una escena antológica, la del interrogatorio, con diálogos que recuerdan lo mejor de Samuel L. Jackson o Bruce Willis en Pulp Fiction.
Y, sobre todo, la pareja protagonista, Patricia Arquette y Christian Slater, mucha química y una historia de amor con romanticismo, sexo y violencia. Emoción y diversión que dotan a la relación de la pareja de frescura y originalidad, en la que ternura y acción, pasión y sexo, romanticismo y humor, tienen su momento, con una Patricia Arquette, en el papel de Alabama Worley, seductora y explosiva, pero también tierna e infantil.
Una peli con mucha acción, con toques de road movie, cine negro, humor más negro todavía y una pareja tipo Bonnie & Clyde.
El mejor Tarantino que nos deja en su guión todo lo que después descubriríamos en Reservoir Dogs o Pulp Fiction.
Hola Trecce.
ResponderEliminarQue decirte de la película, no la he visto pero si sus trailers.
Tiene muy buena criticas. Eso si tendré que ver algún día.
Aunque como ya te dije amigo llevo años que no voy al Cine.
Tampoco hago como Clarence que celebra sus cumples viendo pelis de Kung-fu, jajaja.
Saludos cordiales Trecce.
Muy buena peli de Scott (enseguida la asocio con aquella de Spielberg "Loca Huida"), tienes razón este es el mejor Tarantino (guionista en esta ocasión) el de Reservoir Dogs y Pulp Fiction, después se perdió un poco entre sus frikadas...
ResponderEliminarSaludos!
Es muy entretenida, E.P.
ResponderEliminarQuizá la mejor peli de Toni Scott (aunque eso va en gustos). El guión de Tarantino, magnífico.
ResponderEliminarResumiendo...PELICULON
ResponderEliminarSobre todo un gran guión.
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