Es conocida la historia de esta operación urdida por la División de Inteligencia Naval del Almirantazgo, para engañar a los alemanes sobre los planes de desembarco aliado en Europa durante la II Guerra Mundial.
La operación consistía en resumidas cuentas en dejar a la deriva, cerca de las playas onubenses, un cadaver al que se le había dotado de una falsa identidad y que llevaba, esposado a su muñeca, un maletín con información confidencial sobre el desembarco que se preveía llevar a cabo, según los documentos contenidos en el maletín, en las costas de Cerdeña y en las playas de Kalamata, en Grecia.
El maletín fue abierto, las cartas que contenía, también y se fotografió su contenido que daba detalles del desembarco, todo ello fue cuidadosamente dejado en su lugar, de nuevo y el cadaver se devolvió a los ingleses que enseguida supieron que había existido manipulación tanto en el maletín como en los sobres y estuvieron seguros de que los alemanes se tragarían el anzuelo, ya que daban por hecho que las autoridades españolas pondrían sus hallazgos a disposición de los nazis.
El posterior movimiento de tropas hacia Córcega y Cerdeña y el envío de algunos de los vehículos acorazados de Rommel a Grecia, lo confirmaron.
¿Por qué Huelva? En Huelva se encontraba el espía alemán con más fama y credibilidad en el sur de Europa: Adolf Clauss. Clauss había trabajado en plantaciones de café en la Guinea española y en ese momento era jefe de la Abwehr (una organización de inteligencia alemana) en Huelva, ciudad en la que su padre era cónsul de Alemania y tenía contactos con altas personalidades militares del régimen en Madrid.
La biografía del ahogado, a quien se dio el nombre de William Martin, fue preparada hasta sus detalles mínimos y en su cartera se incluía una foto de su novia, llamada Pamela. El retrato correspondía a una chica que trabajaba en el Almirantazgo. Para ella había comprado Martin un anillo de prometida, según podía comprobarse en un recibo en el que constaban su importe en libras esterlinas. Unas entradas al teatro para ver la "Strike a New Note" en el Teatro Príncipe de Gales de Londres indicaban que había estado con Pamela en la representación el día 22 de abril de 1943, víspera de su fatal viaje.
Lo que no es tan conocido es que el cadaver del presunto agente británico fue llevado a tierra y trasladado con posterioridad a Huelva, donde se le practicó la autopsia en eldepósito del cementerio de Nuestra Señora de la Soledad el día 1 de Mayo de 1943, por el forense titular, Eduardo Fernández del Torno. En su informe concluía que Martín había fallecido aproximadamente entre cinco y diez días atrás. Señaló el hecho de que no tenía las típicas mordeduras de peces. Familiarizado con este tipo de informes por los efectuados a otros marineros ahogados, manifestó su extrañeza ante estas anomalías. Sin embargo, los espías alemanes no prestaron atención a estos datos. De haberlos tenido en cuenta, habrían asociado que Martin no pudo estar en el teatro la noche del 22 de abril, porque en esa fecha llevaría varios días muerto.
Es posible que los alemanes no creyeran en la profesionalidad de un médico español. Ese pequeño detalle, ignorados por petulancia, les impidió descubrir el engaño y con eso, la pérdida de Sicilia con todas sus consecuencias. Mientras ellos centraban su atención en los documentos, la clave estaba en el cadaver, el cuerpo del mensajero encerraba el único fallo que cometieron los británicos y que los germanos fueron incapaces de percibir, como cuando un ilusionista desvía nuestra atención hacia el lugar que a él le interesa para que no descubramos el truco. Sólo que en esta ocasión, el truco les salió de pura chiripa.
muy interesante. no tenía recuerdo de este episodio.
ResponderEliminarsaludos
bvs
Es muy curioso y más todavía saber el detalle con el que cuidaron la nueva identidad del muerto.
ResponderEliminarMuchas gracias por la información.
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