Hablar de Ernst Lubitsch, es hablar de un genio del cine, pero de un genio que, a diferencia de otros, sólo es recordado en ciertos ambientes y no por el gran público, al menos no como su aportación al mundo de la cinematografía merecería.
Él fue uno de aquellos genios de la vieja Europa que, acuciados por las circunstancias sociopolíticas de la primera mitad del pasado siglo, cogieron la maleta y se fueron a probar fortuna al otro lado del charco. Allí, Hollywood puso los medios económicos, pero ellos, entre otros, claro, pusieron su saber hacer, desarrollaron todos los conocimientos que llevaban desde su formación europea y contribuyeron a sentar las bases del cinema norteamericano, de esa potente industria que hoy domina de manera incontestable el panorama del séptimo arte.
Él fue uno de aquellos genios de la vieja Europa que, acuciados por las circunstancias sociopolíticas de la primera mitad del pasado siglo, cogieron la maleta y se fueron a probar fortuna al otro lado del charco. Allí, Hollywood puso los medios económicos, pero ellos, entre otros, claro, pusieron su saber hacer, desarrollaron todos los conocimientos que llevaban desde su formación europea y contribuyeron a sentar las bases del cinema norteamericano, de esa potente industria que hoy domina de manera incontestable el panorama del séptimo arte.
Lubitsch había nacido en Berlín en las postrimerías del XIX, con la llegada de los nazis, fue declarado enemigo del régimen y se nacionalizó en EE.UU.
De todo eso se tomó su particular venganza con esta estupenda peli, se rie de los nazis de forma magistral.
El film se desarrolla en Polonia entre los últimos días previos a la invasión y los primeros despues de ella, fruto de aquel vergonzoso pacto Ribbentrop-Molotov. Una compañía teatral, realiza el ensayo general para el estreno de una obra titulada "Gestapo", en la que se pone en solfa al régimen alemán, pero el gobierno polaco no desea incomodar al vecino teutón y la prohíbe, así que la compañía se ve forzada a seguir interpretando la obra anterior: "Hamlet"
La película comienza con Hitler paseándose por las calles de Varsovia, ante las miradas atónitas de los viandantes y la primera frase genial del guión, a través de la voz en off que nos conduce: No fuma, no bebe, no come carne, aunque a veces se traga países enteros.
En realidad ese Hitler, es el actor que le va ha interpretar en la obra que será suspendida.
A partir de ese momento, con un ritmo que no decae en ningún instante y que le lleva incluso a algún fallo de guión (vale, se lo perdonamos), nos mete en una comedia de enredo que a través de recursos propios del vodevil, de frases de doble sentido, de diálogos inteligentes, nos regala situaciones hilarantes.
Una bellísima Carole Lombard y un magnífico Jack Benny, encabezan un reparto que está a la altura de esta elegante obra, con una buena ambientación sonora y una no menos buena fotografía en blanco y negro.
Lubitsch aprovecha a uno de los secundarios, cuyo sueño es interpretar algún día al judio Shylock, para recitar el célebre monólogo sobre los sentimientos universales de los judíos, aquel que dice: "Despreció a mi nación, desbarató mis negocios, enfrío a mis amigos y calentó a mis enemigos y cual es su motivo “Soy un judío”. ¿Es que un judío no tiene ojos? ¿Es que un judío no tiene manos, órganos, proporciones, sentidos, afectos, pasiones? ¿Es que no se alimenta de la misma comida, herido por las mismas armas, sujeto a las mismas enfermedades, curado por los mismos medios, calentado y enfriado por el mismo verano y por el mismo invierno que un cristiano? Si nos pincháis, ¿no sangramos? Si nos haceis cosquillas, ¿no nos reímos?, Si nos envenenáis, ¿no nos morimos? Y si nos ultrajáis, ¿no nos vengaremos?"
Como tantos otros pasajes del film, sencillamente brillante.
Y es que Lubitsch entremezcla de una manera magistral esa crítica que quiere hacer del nazismo y la dualidad de realidad y ficción en la que vive la gente del teatro, un ambiente que él tan bien conocía, pues procedía del mismo. El mundo es puro teatro y a él, y por ende al cine, homenajea, pues serán estas gentes, con sus celos personales y profesionales, su egocentrismo, sus aires de divos, los que a la hora de la verdad salvarán a su patria colaborando con la resistencia y lograrán engañar al mismísimo führer.
Una magnífica peli, divertida, pero llena de veneno hacia aquellos que quisieron imponer el paso de la oca de su raza superior al resto del universo a quienes un grupo de actores pondrán en ridículo, como lo hace la misma película que se rie una y otra vez de sus bravuconadas y su forma de actuar.
Creo que aquí me voy a lanzar: la mejor película de Lubitsch, una obra maestra en toda regla.
ResponderEliminarNo puedo decir nada, Ethan, todas las opiniones que he leído de gente que entiende de cine, son unánimes en cuanto a la gran categoría del film.
ResponderEliminarEl maestro Lubitsch era un auténtico genio; fue Wilder,admirador confeso, quién habló por primera vez de su célebre "touch"(toque), para darle a la comedia una pátina de clase,elegancia y buen gusto.
ResponderEliminar"Ser o no ser" es una obra maestra,aunque mi preferida -sin duda - es "Ninotchka".
Billy Wilder lo tenía por su maestro y cabe recordar una anécdota producida en el entierro de Lubitsch: Wilder dijo: "Se acabó Lubitsch", a lo que su intelocutor, William Wyler, le respondió:"Peor aún: se acabaron las películas de Lubitsch"
ResponderEliminarSé que no tiene nada que ver con tu entrada, pero siento que se metan contigo en el blog. Gracias por tu apoyo (no hace falta que publiques el comentario, con que lo leas es suficiente)
ResponderEliminarLubitsch, Lang, Chaplin, Hitch,genios europeos. Recuerdo Hangmen also die del 43, de Fritz Lang, también antinazi. Muy oportuno el engarce de El gran dictador y esta Ser o no ser.
ResponderEliminarLubitsch, creo no ser el único en la opinión, es uno de los grandisimos.Wilder cr fue guionista de Lubitsch. Menuda veta, amigo Trecce
Efectivamente, Lubitsch es uno de los grandes genios del cine. Y To be or not to be es una delirante comedia, que he considerado lo mejor suyo durante muchos años -cuando aún no había visto más filmes de su afortunadamente larga filmografía. La he visto tantas veces que casi podría recitar todos sus diálogos. Carole Lombard está divina, como casi siempre. Jack Benny está estupendo, en fin; la obra es coral y los actores, por otra parte habituales de su filmografía,dan la máxima nota.
ResponderEliminarManu, yo no me doy por aludido, así que tú ni caso.
ResponderEliminarGracias, Manuel. Creo que esta gente que fue de Europa a EE.UU., contribuyó mucho a la grandeza del cine.
ResponderEliminarEs verdad Ario, una peli increible como sólo el genio de Lubitsch podía concebir.
ResponderEliminarHola, Trecce: para mí Ser o no ser es un tesoro incalculable, Obra Maestra total, pocas veces se consigue una más lograda combinación de comedia y drama en un conjunto artístico sutil y elevado como pocos. Gracias por ponerla. (Por ciero, Trecce, me gustaría verte como seguidor de mi blog, si te gusta) Un saludo
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