Hay gente que se interesa por esta película y pregunta que si ha envejecido.
Pues claro que ha envejecido y las Fábulas de Esopo y la película que estrenaron ayer también han envejecido y mañana serán aún más viejas.
La película es vieja, está en blanco y negro y no por dárselas de culto el realizador, sino porque tiene más de 70 años, todo en ella es viejo, menos una cosa, para desgracia de la humanidad el discurso final de Chaplin sigue estando vigente y en muchas partes de nuestro planeta, por decir lo mismo que dijo en esta vieja película le pondrían entre rejas o algo peor. No hemos aprendido mucho y 70 años después seguimos enzarzados en disputas parecidas y con nuestra bendita Tierra salpicada por iluminados como Astolfo Hynkel que pretenden llevarnos hacia no sé qué sacrosanto fin, como se llevan los borregos al matadero.
Pues claro que ha envejecido y las Fábulas de Esopo y la película que estrenaron ayer también han envejecido y mañana serán aún más viejas.
La película es vieja, está en blanco y negro y no por dárselas de culto el realizador, sino porque tiene más de 70 años, todo en ella es viejo, menos una cosa, para desgracia de la humanidad el discurso final de Chaplin sigue estando vigente y en muchas partes de nuestro planeta, por decir lo mismo que dijo en esta vieja película le pondrían entre rejas o algo peor. No hemos aprendido mucho y 70 años después seguimos enzarzados en disputas parecidas y con nuestra bendita Tierra salpicada por iluminados como Astolfo Hynkel que pretenden llevarnos hacia no sé qué sacrosanto fin, como se llevan los borregos al matadero.
Quizá el mayor valor de la película es decir lo que dice en la época en que lo dice.
Este film, realizado 5 años más tarde, perdería buena parte de ese valor. Hay que ponerse en situación, hay gente que piensa que El Gran Dictador es un film estrenado tras la caída de Hitler, cuando en realidad estamos en 1940, con la II Guerra Mundial casi recién comenzada.
Por eso es casi un prodigio ver cómo Chaplin, no sólo pone en solfa los principios del nacionalsocialismo, sino que es un visionario en cuanto a algunas cuestiones.
Por ejemplo, el asunto de los campos de concentración y la llamada solución final, en aquel entonces era algo de lo que se hablaba casi como de un mito, se sabía algo, se rumoreaban cosas, pero no se conocía, ni de lejos, el alcance real que todo aquello tenía. Las misiones de los organismos internacionales, cual es el caso de Cruz Roja, que visitaban los campos de prisioneros, eran llevadas a lugares preparados al efecto donde las condiciones nada tenían que ver con Dachau o Auschwitz-Birkenau y sin embargo en la peli quedan ya apuntados.
Además, las zancadillas de todo tipo que sufrió Mr. Chaplin, a punto estuvieron de hacerle desistir del rodaje. La peli se empezó a fraguar dos años antes de su estreno y entonces Hitler no sólo no era el personaje odiado que fue después, sino que gente de todo tipo, le veía de otra manera. Uno de ellos, el magnate de la prensa, el todopoderoso William Randolph Hearst, acusó a Chaplin de comunista a través de sus periódicos; grupos pronazis inundaron el estudio de Chaplin con cartas y amenazas; tras su estreno, algunos estados de Estados Unidos, prohibieron su exhibición... Y por si esto fuera poco, las secuelas de todo aquello las vivió hasta muchos años después, pues el Comité de Actividades Antiamericanas le persiguió de manera casi obsesiva, con acusaciones tan peregrinas como "antifascista prematuro" (no comment).
Él siempre manifestó que estaba dispuesto a perder el último centavo con tal de acabarla y ahí están los resultados.
Me gustaría hacer especial hincapié en esta vertiente de la película, pues demuestra el compromiso de un hombre con unas ideas. Chaplin lo era todo en Hollywood, no tenía necesidad de embarcarse en este proyecto y se lo jugó todo, es cierto que recibió apoyos como el del presidente Roosevelt, pero para él, todo esto iba más allá y pretendía desenmascarar al monstruo que muchos desconocían y otros muchos apoyaban. Conocidos los horrores era muy fácil, casi inevitable, posicionarse como antinazi, pero por aquel entonces no era así.
Todas estas cosas y alguna más que no voy a citar, pues me llevaría horas, han hecho de este film una cinta mítica, haciendo olvidar otras que son, cinematográficamente, bastante mejores, no puedo dejar de citar, a modo de ejemplo The Kid, junto a Jackie Coogan, La quimera del oro, Luces de la ciudad, Tiempos modernos o Candilejas.
El Gran Dictador, fue el debut de Chaplin en el cine sonoro. Otras grandes estrellas de la época muda no soportaron el paso y su brillo declinó, sin embargo, Chaplin debuta a lo grande, introduce diálogos brillantes y sabe seguirse apoyando en la parte visual, que es la que domina, está iniciando su transición personal hacia esta nueva manera de comunicarse con el público y yo creo que da con la fórmula que mejor le viene.
Su parodia de los discursos es una buena muestra, gestos y más gestos, pero con esa imitación humorística del sonido de la lengua germánica, suponen una conjunción magistral del viejo y nuevo cine.
Decía al comienzo que la peli es vieja y que sólo una cosa no ha envejecido. Bueno, comprenderéis que es una manera de hablar. Hay más cosas que han soportado de maravilla el paso del tiempo. Los gags son geniales y me hubiera gustado ver el film en una sala llena de gente, apuesto a que se hubieran reído con todas las ganas del mundo de las parodías chaplinescas, el afeitado al son de la danza húngara de Brahms; los pasteles con la moneda dentro; la escena del inicio con el obús que no estalla; la llegada del tren con Bensino Napoloni a bordo... Uno se ríe de veras, son los viejos gestos de Chaplin, la mímica que tan bien domina, eso que ahora nos parece manido, pero es porque después muchos lo han repetido hasta la saciedad, él inventó todo aquello, esa manera de hacernos reír hasta para denunciar una tragedia.
Ya que hemos hablado de Napoloni, magistral la actuación de Jack Oakie y Paulette Goddard, tan guapa como siempre, pero demostrando que es algo más que una cara bonita.
Una película que había que hacer y Chaplin la hizo. Si alguien queda sin haberla visto, le recomiendo que la vea, más allá de la denuncia, que la hay como ha quedado lárgamente expuesto, tendrá ocasión de reflexionar y, a la vez, de reirse. ¡Qué difícil es conseguir conjugar ambas cosas con la brillantez que lo hace Chaplin!
Un par de curiosidades (hay miles) para acabar.
Chaplin decidió cambiar el final de la película durante el rodaje. Eliminó una escena en la que cientos de soldados nazis tiraban sus armas y participaban en un baile tradicional. En su lugar, introdujo el discurso que da fin a esta particular historia. Se decidió a hacerlo tras la ocupación nazi de París el 14 de julio de 1940.
El gran dictador fue prohibido en Italia, Alemania, España, la Europa ocupada, Brasil, Costa Rica, Argentina, entre otros…. En Argentina los espectadores fletaban buques desde Buenos Aires para ir a verla a los cines de Montevideo… Y si no nos sorprende que en España permaneciera prohibida hasta la muerte de Franco, tal vez si lo haga saber que en Alemania estuvo prohibida hasta 1998 y que en Italia no pudieron verla completa hasta llegado el 2000 ya que las versiones que se exhibían previamente tenían censuradas las escenas del dictador Napoloni (caricatura de Mussolini) y de su esposa Rachele.
Ah! pues yo la vi en el cine, cuando la estrenaron a la muerte de Franco. Me encantó. Luego la he visto más veces, claro.
ResponderEliminarSólo Chaplin fue capaz de hacer esto y en el momento en que lo hizo. Un tal Lubitsch también se atrevió.
Un abrazo!
Yo no tuve ocasión de verla en pantalla grande.
ResponderEliminarUn saludo.
Muchas gracias por esta entrada Alfonso, me ha gustado mucho, ya que como sabes me encanta Chaplin y en concreto esta película, ya que esos ideales que comentas creo que tienen su colofón en ese magnífico discurso final que pocas películas podrán mejorar. Además, yo ingenuo de mí que creía que lo sabía todo de este gran personaje del cine, he aprendido más cosas aún.
ResponderEliminarSobre lo de presentar en la Laboral... de momento no nos han dicho fecha.
Hay tantas cosas de qué hablar de este film, por comentar sobre los ideales, me he quedado casi sin hablar de los aspectos cinematográficos, muy interesantes, pero resultaba demasiado largo.
ResponderEliminarYo también la vi en la pantalla grande. Muy buena película y una gran interpretación de Chaplin. Saludos.
ResponderEliminarSí, supongo que para el lector ocasional si, pero tranquilo que si hubieras escrito otros párrafos a mí no me hubiera importado jaja
ResponderEliminarHola Trecce!!! "Aquí me has dao"
ResponderEliminarEs una obra maestra, la he visto unas 20 veces, la hemos trabajado en clase, tengo el Dvd... (Merece la pena comprarlo, hay otro disco con más información y escenas inéditas)
Me he deleitado con cada una de sus escenas,desde la primera. Como tú dices, si alguien no la ha visto que la vea, es una película imprescindible y para nada vieja...
Gracias mil por ilustrarnos tan bien el entorno socio-político de Chaplin y el rodaje de esta película. Aunque intuía algo, con esta entrada tuya he completado mi formación al respecto.
Genial entrada.
Un abrazote.
Genial, simplemente genial. Aunque yo me quedo con Tiempos modernos. Pero el discurso final debería estudiarse en los manuales.
ResponderEliminarPor qué???
ResponderEliminarYo quería verla con usted!Snif, snif...
Esa suerte tuviste, Rafa.
ResponderEliminarTransi y seguro que los crios, además de aprender, se rieron.
ResponderEliminarFíjate, MYX, que en esta peli continúan algunas constantes de Chaplin expresadas en "Tiempos modernos": Estilogáficas que no escriben, el Gran Berta, cañón supermoderno, que no dispara bien...
ResponderEliminarJon: Pero si no tienes tiempo de ná.
ResponderEliminarTiempos modernos y El gran dictador gozan de los mismos elementos imperecederos. En la segunda la anecdota esta sublimada por el calco de la realidad para obtener una caricatura. En las dos se retrata "su tiempo", como dice Trecce al comienzo, las cosas no han cambiado sustancialmente, por tanto solamente falta que la vean las generaciones que van llegando, los nuevos. Ese es su valor.
ResponderEliminarY esa es la pena.
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