El separatismo ignora u olvida la realidad de España. Desconoce que España es, sobre todo, una gran unidad de destino. Los separatistas se fijan en si hablan lengua propia, en si tienen características raciales propias, en si su comarca presenta clima propio o especial fisonomía topográfica. Pero –habrá que repetirlo siempre– una nación no es una lengua, ni una raza, ni un territorio. Es una unidad de destino en lo universal. Esa unidad de destino se llamó y se llama España. Bajo el signo de España cumplieron su destino –unidos en lo universal– los pueblos que la integran. Nada puede justificar que esa magnífica unidad, creadora de un mundo, se rompa.
El parrafo es de José Antonio Primo de Rivera, fundador de Falange Española y durante el franquismo, con tanto repetir aquello de que España es una unidad de destino en lo universal, convirtiéndolo en definición de lo que es nuestro país, quedó desvirtuado el contexto de la frase que, en realidad no habla tanto de España, sino de un problema que esta tiene, el de los separatismos.
El problema pervive tal cual, parece como si no hubieran transcurrido 80 años desde que aquellas palabras fueran pronunciadas. Yo soy de los que opina que ningún territorio vale la vida de un sólo hombre, pero esto es una manera de pensar, siempre habrá quien opine otra cosa.
Para mí, los nacionalismos son pura ideología de derecha, de la derecha más intransigente y ególatra. Bien es cierto que, en muchas, en casi todas las ocasiones son los partidos y las gentes de la izquierda los que llevan a las calles la violencia más extrema de estas manifestaciones, porque es estrategia de estos sectores aquello del divide y vencerás, al final se quedarán sin pan y sin perro, porque la gente no quiere un estado de permanente violencia y si se consigue lo que ellos buscan que es el desmembramiento de un territorio, el ciudadano de a pie, acabará demandando a los partidos más moderados, incluídos esos que se llaman de izquierda, pero que están dentro del sistema, que sean ellos quienes gobiernen. Entre tanto llegan soluciones, el problema se va dilatando en el tiempo, los partidos nacionales fuertes pactan con los nacionalistas una y otra vez (ahora estamos en ello) y estos sacan toda la tajada que pueden, mientras logran su último objetivo que es crear una nueva taifa donde poder coronarse.
Mientras, el ciudadano de a pie, muchas veces ajeno a toda esta trifulca, aguarda impotente, viendo como se le da una supina importancia a algo que está muy atrás en su lista de preocupaciones, pero que los hábiles manejantes de los hilos de la política saben colocar en lugar destacado promoviendo odios y enfrentamientos, les encanta eso, porque del equívoco vienen los enfrentamientos, de estos, las posturas irreconciliables y así hasta llegar al cada uno por su lado y objetivo cumplido.
Yo no sé cuál es la solución, si sé que los políticos no la van a dar, porque ellos van a gusto en el burro, estas cosas les ayudan a distraernos de otros problemas y también sé que aunque ser español es ser facha y ser nacionalista es progre, esto es del todo incierto, ellos son, muchas veces, más integristas que el que más y su intrasigencia les lleva a no ver más que lo que quieren ver y, por último, que éste sigue siendo uno de los asuntos que más lacran la convivencia pacífica entre españoles, no olvidemos que sigue costando vidas humanas.
Una España Grande y Libre que soñaba José Antonio era una doctrina ideal, pero precisamente fue la derecha la que se encargó de romper aquella posible unidad. Saludos Trecce.
ResponderEliminarSobre la opinión que la propia Falange tenía de la derecha, se han vertido ríos de tinta por los propios falangistas. La idea de revolución que tenían asustaba a muchos sectores.
ResponderEliminarEs evidente que la Falange no era "de derechas", aunque su estatismo y tendencia al colectivismo, lo suavizaba el componente cristiano, otra cosa es que como comenté en otro post, el enemigo común, propiciara curiosos compañeros de lucha.
ResponderEliminarEn cuanto a los nacionalismos, J.Antonio que era un gran hombre pese a su "peligroso idealismo" (eso lo digo yo), tenía toda la razón y la cabra siempre tira al monte: deslealtad al conjunto, aldeanismo paleto y caciquismo tribal es lo que mejor define a esta ideología disgregadora y absurda que se encuentra en ambos extremos de la cuerda.
Los problemas separatistas fueron de siempre y no cre que fuera algo de derechas. Esquerra Republicana de Cataluña, que son los más separatistas de esta región, no creo que sean de derechas.
ResponderEliminarEl problema a ido en aumento, porque con el invento de las autonomías, que esperaban que lo acallarían, les dió más alas aún.
No menos grave es la Ley Electoral que atribuye a los partidos nacionalistas ciertas ventajas, ya que necesitan muchos menos votos que nadie para tener representación en las cortes. Y esto les hace sentirse crecidos.
Y otra cosa, que no estudian Historia de España, Este es otro inconveniente de los traspasos de competencias.
Saludos cordiales
Maribel, me quedo con ese inciso, con el que ya estuve de acuerdo en el post que mencionas, supieron darnos la lección de abandonar intereses de partido en aras de más importantes servicios.
ResponderEliminarYo tampoco tengo claro si es de derechas o izquierdas, José Luis, se trata de un mero ejercicio literario.
ResponderEliminarLo que no tengo tan claro es que Esquerra, como pasa con partidos a nivel nacional de este tinte, sean de izquierdas, con todos sus dirigentes aburguesados y que han quedado lo de la izquierda en gestos y palabras, pero las obras les separan de lo que es un discurso social. Se han convertido en eso que llamamos "progres", es decir, izquierdosos de boquilla, que se ceban en los ataques a la Iglesia, la exaltación del matrimonio de cualquier tipo que no sea el tradicional, etc. etc., pero la pasta, el dinero, que no falte, eso es sagrado.
Señor Trecce permítame una breve corrección, soy de izquierdas y me siento español, pero no el español de las esencias más puras, bandera rojigualda y soflama nacionalista. Si algo soy es sobre todo antinacionalista.
ResponderEliminary en mi humilde opinión, le ha faltado añadir a su análisis el juego fundamental que ha desempeñado el nacionalismo español en todo esto.
Sr. Titán, como ya le respondía a José Luis, esta entrada es, más que otra cosa, una especie de ejercicio literario. En realidad yo esperaba que más gente reaccionara dandome algún palo, no tan suave y correcto como el que Vd. me da, que no es palo, es comentario amistoso. Pero veo que no se me logra.
ResponderEliminarEn fin, seguro que el día que escriba algo que yo creo totalmente inocuo, alguien saca las patas por alto y me pilla desprevenido.
Un saludo y gracias por su amable discrepancia. Seguramente tiene más razón que un santo.
Ja ja ja, no dude que el día que escriba algo que piense inocuo le dan palos a cascoporro.
ResponderEliminarUn saludo.
Así somos, cuando vas tan tranquilo y desprevenido, te dan en la cocorota
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