La película es totalmente fiel a los hechos, y el escenario es el mismo, ya que se rodó en Alcatraz, realmente no se sabe qué ocurrió con los fugados, ya que sus cuerpos nunca aparecieron y se supone, por tanto, que tuvieron éxito. Ahora que Alcatraz está cerrada (se cerró apenas un año después de la fuga), se puede visitar y los americanos que son tan hábiles a la hora de sacar dinero de todo, han montado allí una visita turística, te enseñan la celda de Al Capone y también las que ocuparon Morris y los Anglin, con los agujeros por los que escaparon, además de las cabezas simuladas. Te puedes sentar en las gradas del patio donde Clint Eastwood se sentó con el cabecilla de los negros. Todo ello con unos cascos que te facilitan y en los que vas escuchando una grabación en perfecto spanglish o, si lo prefieres en japonés u otros idiomas, mientras vas siguiendo la raya amarilla.
En las fotos se puede ver al verdadero Frank Morris, su celda y el butrón por el que escapó y una de las cabezas simuladas.
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