A la muerte de David Carr (Ian Hart), su nieta Kim (Suzanne Maddock), encuentra dentro de una maleta, algunos recuerdos de su abuelo (recortes de periódicos; un pañuelo rojo con tierra, presumiblemente española envuelta en él; añejas fotografías...). A partir de ahí, la película narra la historia del propio David Carr, un joven inglés en paro que decide dejar su Liverpool natal y acudir como voluntario antifascista a la España de 1936 en plena guerra civil. Lógicamente combatirá del lado de la república, ya que está afiliado al partido comunista de Inglaterra. Luchará al lado de otros muchos voluntarios procedentes de países vecinos (Italia, Alemania, Francia...) y de Norteamérica que, como él, llegaban para combatir contra el fascismo en España.
David es destinado al frente de Aragón, allí conocerá a Blanca (Rosana Pastor), una atractiva española, militante del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista). David y Blanca están convencidos de luchar por la defensa de la libertad. La igualdad entre las personas y el compartir tierra y bienes, sin existencia de clases sociales son los ideales que defienden. Pero a veces el enemigo no solo está en las filas del bando adversario, sino que aquellos que parecen luchar por sus mismos o parecidos ideales, pueden acabar convertidos, por razones de interés político, en sus enemigos más peligrosos.
Con guión del propio Ken Loach (realizador del film) y de Jim Allen en base al visionado de numerosos documentales (nada de ficción) y de leer textos básicos de protagonistas directos—Homenaje a Cataluña (George Orwell) o Cuaderno rojo español (Mary Low y Juan Breá)—, es una coproducción española, alemana y británica.
En Tierra y libertad no hay sitio para el romanticismo, aunque haya una historia de amor dentro de ella, porque, como asegura su realizador, "la guerra civil española nunca fue una historia romántica". No aparecen los románticos escritores o poetas que la literatura se ha encargado de mostrar. Es la clase obrera la que lucha en las barricadas. "La misma idea de que la guerra tenga algo de romántica también sirve a una función política y oscurece o tapa lo que ocurrió de verdad". Lo que de verdad atrajo a Loach es lo que para él era la historia de una gran esperanza, uno de los pocos momentos en la historia de la humanidad en los que se ve que la gente toma el control de su propia vida.
La película nos acerca a uno de los episodios más vergonzantes y olvidados de la Guerra Civil Española: El aniquilamiento del POUM acusado de formar parte de una pretendida conspiración internacional contra el comunismo y la Unión Soviética, deteniendo a sus dirigentes y disolviendo sus milicias en el frente. El partido trotskysta se había convertido en una molestia para las autoridades de la República acuciadas por los comunistas y la necesidad de que Stalin siguiera vendiendo armas y suministros a los republicanos españoles hizo que el partido de Nin y Maurín, descabezado y proscrito, pasara a la clandestinidad.
Todo esto, los intentos de colectivización de la tierra, llevados a cabo por poumistas y anarquistas en Aragón y Cataluña, se ve reflejado en la película, si bien es cierto que, bajo mi punto de vista, quien no conozca la historia, puede que encuentre la narración algo embarullada.
Rodada con no muchos medios, en algunas escenas, como la del debate y posterior votación para decidir si se colectiviza o no la tierra, interviene gente de los lugares donde fue rodada, incluso con frases de guión, como si fueran uno más de los actores del film, lo que, en algunos pasajes le da un cierto aire de frescura y de documental.
En cualquier caso, es una película muy interesante que deja al descubierto algunas de las vergüenzas del bando republicano y los manejos del todopoderoso PCE, convenientemente aleccionado por los asesores soviéticos enviados por Stalin.
Es verdad que la película da algunas pinceladas sobre los debates entre si primero era ganar la guerra y después vendría la revolución y los que defendían que ambas cosas iban unidad; el papel de la mujer, que fue cambiando a lo largo del conflicto; el propio enfrentamiento entre los republicanos o la intervención de los voluntarios extranjeros, sin entrar en mayores detalles, como la importancia que para la CNT tenía el edificio barcelonés de telefónica o la represión, tortura y asesinato de los miembros del POUM, que se ve reflejada someramente, pero lo que sí logra el film es poner de actualidad estos hechos medio escondidos por la historia y despertar el interés de quienes quieran profundizar en otras fuentes sobre aquellos acontecimientos.