La historia se desarrolla en Francia, en un pueblo donde la vida gira en torno a las minas de carbón, lugar de donde la mayor parte de las familias obtienen sustento, ya que tanto padres como hijos son virtualmente esclavos de la mina, obteniendo salarios de miseria, desgastándose y corriendo el riesgo de no volver a casa en cada momento del día.
Hartos de esta situación de hambre y enfermedades, se organizan para iniciar una huelga, pidiendo un aumento que les permitiera por lo menos salir un poco del estado de hambre en el que vivían.
Con la nueva esperanza, de mejorar su estilo de vida y hacer algo por sus familias, los mineros empiezan la huelga. La familia Maheu, con Toussaint (Gérard Depardieu) y su esposa Maheude (Miou-Miou), junto con Etienne Lantier (Renaud Séchan), son los líderes, e intentan hacer un arreglo con los patrones, pero al ver negado este aumento emprenden otro tipo de acciones y van a las minas de las poblaciones cercanas, para evitar que se trabaje en ellas, y lo logran, aunque como efecto colateral, ahora la policía y el ejército, vigilan las minas, que comienzan a ser trabajadas por extranjeros, principalmente de Bélgica.
Al querer nuevamente intervenir en la mina, se encuentran con que los soldados les cierran el paso. Los obreros comienzan a tirarles piedras, a lo que responden con disparos y un tiro mata a Toussaint Maheu, líder moral de la causa huelguista.
Viendo la pérdida del que había sido su líder, la huelga se debilita y muchos piensan volver a trabajar, sumando el hecho de que tampoco tenían dinero para resistir más tiempo, y habían perdido a miembros de la familia por enfermedades.
El film es una adaptación bastante fiel de la novela del mismo nombre del autor francés Émile Zola, publicada en 1.883, que ya había sido llevada al cine por el director francés Yves Allegret en el año 1.963 y anteriormente, en la época del cine mudo, por Albert Capellani, en 1.913.
El título responde al nombre del séptimo mes del calendario republicano francés, el primero de la primavera, y alude también a la esperanza manifestada por Étienne, de que la semilla sembrada con la huelga fracasada, germine en un modo de vida mejor para el futuro.
La película narra los conflictos entre los mineros del norte de Francia y la burguesía capitalista dueña de las minas, a finales del siglo XIX. Los mineros, a cambio de un salario de miseria, soportaban jornadas de hasta 15 horas, recibiendo el jornal en función de las carretillas que llenaban de carbón, por lo que apenas perdían tiempo en entibar de forma consistente las galerías, ya que ese trabajo no era remunerado, por lo que se producían incontables accidentes con las consecuencias de muertes o heridas graves que, en ocasiones, les incapacitaban para el trabajo y no volvían a ser contratados.
A esto se unen las condiciones lamentables en las que viven, dado que los escasos jornales, apenas les llegan para comer. El film retrata muy bien todo este ambiente de miseria por un lado y opresión por otro, sobre todo cuando, en secuencias consecutivas, lo contrapone a la vida que llevan los burgueses, preocupados porque sus hijos aprendan a tocar el piano o cultiven su cultura, mientras los hijos de los mineros, al cumplir los 8 años, acompañan a sus padres al fondo de los pozos. Las suntuosas comidas de los ricos, en tanto los otros toman café de recuelo mezclado con agua y están entrampados con el tendero local que no les fía ya ni para una barra de pan.
El film nos transmite bastante bien la angustiosa y dura situación que se vive durante la huelga, en que los obreros se ven derrotados por el mero transcurso del tiempo, que les deja sin nada, ni siquiera comida, mientras ven que sus hijos mueren de hambre y no consiguen que los patrones les concedan ni una sola de sus reivindicaciones, al tiempo que logran enfrentarles entre ellos, muchas veces a vida o muerte.
El gran despliegue técnico con el que pudo hacerse el film, la abundancia de medios, con decorados espectaculares, la cantidad de figurantes, etc., es tan apabullante que casi oculta el trabajo de los actores, incluso del corpulento Depardieu, sin embargo no quiero dejar de mencionar el estupendo trabajo de Miou-Miou, dando vida a una mujer llena de coraje y valentía, sin perder el halo belleza y ternura que la envuelve.
Una estupenda película, quizá un poco larga (pero es que cuenta muchas cosas), en la que además de lo dicho, asistimos al nacimiento de las ideologías que predominarán entre la clase obrera durante la primera mitad del siglo XX, sobre todo anarquistas y socialistas y las diferencias entre los partidarios de la confrontación que podíamos llamar civilizada y quienes abogan por la acción directa.