viernes, 10 de noviembre de 2023

LA COLINA DE LOS HOMBRES PERDIDOS (THE HILL)

 


Segunda Guerra Mundial. En el Norte de África, un penal militar acoge a desertores, ladrones, cobardes, insubordinados y demás ralea del ejército británico bajo un sol abrasador.


Los cinco nuevos reclusos que han llegado al campo de prisioneros, habrán de lidiar con la persecución a que se ven sometidos por el sargento Williams (Ian Hendry), que ejercerá sobre ellos una autoridad feroz y despiadada llevándoles al límite de lo humanamente soportable con sus maltratos físicos y psicológicos que buscan degradar sus personas hasta convertirlos en seres maleables y entregados. El sargento mayor Wilson (Harry Andrews), ejerce la autoridad de facto, ante la actitud pusilánime del coronel y no solo permite las actuaciones de su sádico subordinado, sino que las alienta, en la convicción de que es la única manera de tratar con lo que considera son los despojos del ejército.
En realidad el blanco de la furia y el odio de ambos es el prisionero Joe Roberts (Sean Connery), que ha sido degradado en un consejo de guerra de su grado de sargento mayor, por haber tenido uno de los comportamientos más infames contra los rígidos principios militares: Negarse a cumplir una orden recibida. No solo se negó a atacar porque pensaba que se enviaba a sus subordinados a una muerte segura, sino que golpeó a un superior. Él mismo reconoce en uno de los diálogos del film que si no se respetan las órdenes, no existiría el ejército.


El guion, de Ray Rigby, desarrolla una historia del propio Rigby y de R.S. Allen. Ray Rigby acude a sus propias experiencias, pues había cumplido dos condenas en centros de castigo durante la Segunda Guerra Mundial. 
El mismo año en que se estrenó la película, fue presentada una edición de la historia en forma de novela.


La película supuso la primera de las varias ocasiones en que Sean Connery trabajó en Almería. Se rodó en blanco y negro y muchas de sus escenas exteriores tienen lugar en un gran decorado construido en las dunas de Cabo de Gata, en Almería. 
Sidney Lumet nos ofrece todo un repertorio de planos de todo tipo, entre ellos contrapicados y primeros planos para los que utilizó lentes de distorsión, que ayudan a sumergirnos en el infierno agobiante en el que se ven sumidos los prisioneros, hasta el punto de que casi logra que nos sintamos nosotros mismos agotados cuando rueda las secuencias de subidas y bajadas constantes a la colina artificial, incluso haciéndonos ver a través de la máscara antigases con la que se obliga a hacer este infame ejercicio a uno de los condenados. Todo ello sublimado por una estupenda labor de montaje que contribuye en gran medida a lograr el efecto deseado en el espectador.


Las interpretaciones son de gran nivel, no solo la del protagonista, que hizo un alto en la saga de James Bond en la que estaba inmerso por entonces, porque la verdad es que el resto no le va a la zaga, incluso habrá quien considere que alguno de ellos está por encima, sobre todo Ian Hendry en su papel de sádico sargento y el inolvidable Harry Andrews, a quien tantas veces hemos visto como secundario de superlujo, como el rígido e implacable sargento mayor. 
Un film de marcado carácter antimilitarista, con una historia cruel y dura, sin una sola nota musical, ni siquiera durante los títulos de crédito y con un desenlace bastante desesperanzado y pesimista. Una película de esas que no son demasiado conocidas y que supondrá todo un descubrimiento para quienes aún no hayan disfrutado del placer de verla.




6 comentarios:

  1. Hola Trecce!
    Una extraordinaria película que no goza del reconocimiento que se merece. Pocas veces he visto a Connery tan bien, el resto de reparto como bien apuntas también lo borda. El arranque ya provoca cierta angustia, es tal y como dices, el agotamiento casi lo podemos sentir en nuestras carnes.
    Desconocía que fuese rodada en Almería, realmente incomprensible que siga permaneciendo en el olvido esta gran pelicula.
    Saludos!

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    1. Olvidada, sí, pero quien la ha visto, enseguida la recuerda.

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  2. Parece ser que la disentería hizo estragos entre el equipo de rodaje.

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  3. Una de las mejores películas del irregular Sidney Lumet.

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