Lucien Cordier (Philippe Noiret) es el policía de un miserable poblado al que nadie toma en serio. Es un fracaso, todos, incluida su esposa Huguette (Stéphane Audran), lo humillan. Nunca arresta a nadie y mira hacia otra parte cuando ocurre algún altercado. Pero un día se convierte en un maquiavélico ángel exterminador.
Adaptación de la conocidísima novela negra 1280 Almas, de Jim Thompson. La acción de la novela transcurre en un lugar del sur de EE.UU., escenario que la película traslada al África Colonial Francesa en 1938, inmediatamente antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial.
Para mi gusto, es una adaptación poco conseguida de la novela, el sentido de historia universal que se halla en esta, queda algo desvirtuado, pues parece que en a película de Tabernier, la narración está más ligada al entorno y a la época donde se desarrollan los hechos, eso sí, un entorno muy logrado, resultando la ambientación de los más atractivo del film.
A cambio, el realizador francés nos obsequia con algunas secuencias de gran nivel, un par de ellas las recuerdo especialmente: La potente escena de apertura que, en cierta forma enlaza con el final y aquella otra en que el protagonista acude al cine al aire libre acompañando a la maestra. Ambas se desarrollan sin diálogos, salvo el final de la segunda, puro lenguaje visual, cinematográfico, cargado de lírica belleza, como versos intercalados en el relato.
Vere de conseguirla para el finde que ya se acerca a pasos agigantados!!!
ResponderEliminarLa película resulta entretenida.
EliminarEl buenazo que un buen día enseña los dientes: planteamiento que siempre resulta efectivo.
ResponderEliminarGuárdame Señor de las aguas mansas, que de las bravas ya me guardo yo.
EliminarHola Trecce!
ResponderEliminarEl asunto de las adaptaciones daría para una larga charla. Creo que la mayoría no suelen estar a la altura, luego también hay obras que resultan muy complicadas llevarlas a la pantalla.
Saludos!
Estoy contigo, lo de las adaptaciones da para mucho.
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