TROLLS: GIRA MUNDIAL

Poppy y Ramón descubren que su tribu de Trolls es solo una de las seis que existen, que el resto están repartidas en seis reinos y consagradas a seis tipos distintos de música: funk, country, tecno, clásica, pop y rock. La reina Barb, miembro de la realeza del hard rock, y su padre, el Rey Metal, quieren acabar con el resto de géneros musicales e imponer el reinado del rock. Con el destino del mundo en juego, Poppy y Ramón, junto con algunos miembros de su pandilla, visitarán los demás reinos para unir a los Trolls contra los planes de Barb de eclipsarlos a todos.

En 2016, DreamWorks Animation lanzó al mercado Trolls, una película de animación en 3D concebida como una comedia musical, que alcanzó gran éxito, triplicando en recaudación lo invertido en producirla, así que era cuestión de tiempo que la productora sucumbiera a la prometedora tentación de realizar una segunda entrega, algo que ha tenido lugar este año. En España estaba previsto estrenarla en cines en marzo, pero el coronavirus y sus consecuencias, truncaron los planes iniciales y se ofreció directamente para su visionado doméstico. Según tengo entendido, su éxito en los hogares ha sido incontestable y muchas familias han aprovechado para entretener a sus pequeños con la película que, en general, ha sido bien aceptada.

Explosión de color, al punto que cuando acabé de verla hube de sacudirme la purpurina que me había caído encima. Muchos cortes musicales de estilos variados, algunos muy reconocibles para el gran público y el encanto de la siempre feliz e ingenua Poppy, para una historia que se nos antoja algo simplona en su desarrollo y que tiene como centro un claro mensaje de respeto a los gustos y las opiniones de los demás y una invitación a aprender a convivir con la diversidad y tratar de sacar de ella todo lo que tiene de positivo frente a la uniformidad en comportamiento, ideas y gustos. 

Entretenida para todos, siempre que no seas demasiado exigente y, desde luego, una apuesta segura para los más pequeños.