sábado, 30 de abril de 2016

PRISIONEROS Y GUARDIANES (EL EXPERIMENTO STANFORD)

Un día de 1971, varias personas fueron detenidas en sus domicilios por policías del Departamento de Palo Alto. Fueron acusados de robo a mano armada y trasladadas a dependencias policiales donde fueron fotografiados y se les tomaron las huellas dactilares.
Estas personas eran voluntarios que formaban parte de un experimento promovido por la Facultad de Psicología de la Universidad de Stanford, al frente del cual estaba el profesor Philip Zimbardo. "El experimento de Stanford", todavía hoy, 45 años después, es objeto de estudio en las facultades de psicología y sociología. Y eso que tuvo que ser cancelado bastante antes de lo previsto. Sus consecuencias fueron mucho más duras de lo que se llegó a prever.
24 personas fueron seleccionadas para participar en el experimento, todos ellos estudiantes universitarios, fueron divididos de forma aleatoria en guardianes y prisioneros.
El caso es que los guardias acabaron tomando actitudes autoritarias y sádicas, hasta el punto de que pasados seis días, de los catorce que debía durar, se decidió cancelarlo. Los prisioneros, tras ser sometidos a un trato sádico, a humillaciones reiteradas y a una opresión brutal que les dejaba físicamente extenuados y mentalmente bloqueados, sufrieron trastornos y desórdenes emocionales muy graves incluyendo depresiones profundas. Tanto integrantes de uno, como del otro grupo, necesitaron asistencia médica durante años.
Las consecuencias del estudio son varias, quizá la principal es que personas aparentemente normales, equilibradas y con un cierto nivel cultural, se transforman en seres despiadados en determinadas circunstancias, cuando se ven investidos de poder sobre las vidas de sus semejantes.
Para quien desee conocer detalles de esta historia, recomiendo esta web, con una información bastante completa, sin resultar exhaustiva.



viernes, 29 de abril de 2016

LAS BICICLETAS SON PARA EL VERANO

Madrid, 1936. Es verano. Luisito (Gabino Diego) ha suspendido la Física, a pesar de lo cual, convence a su padre, oficinista en unas bodegas, para que le compre una bicicleta. Pero el 18 de Julio estalla la Guerra Civil en España. Todo parece que va a terminar en una semana o en quince días, cuando en realidad durará tres años. La familia de Luis (Agustín González) comparte la cotidianeidad de la guerra con sus hijos, la chica de servicio y sus vecinos.
Al principio, casi ninguno de ellos es consciente de lo que está ocurriendo en realidad, aunque a medida que el tiempo transcurren, al ver lo que está pasando a su alrededor, que el conflicto se extiende en el tiempo y las bombas empiezan a caer sobre ellos, la realidad se abre paso en sus conciencias.
A los desconciertos de la guerra, hay que añadir una nueva contrariedad: Manolita (Victoria Abril), la hija mayor, quiere hacerse actriz y además aparece un buen día con la noticia de que va a tener un hijo y el padre ha muerto en el frente. Uno de los vecinos, Julio (Carlos Tristancho), un tipo bastante peculiar, enamorado desde hace tiempo de Manolita, se casa con ella haciéndose cargo de la criatura. Para colmo de males, un mal día, una bomba cae sobre el bazar en que trabaja Julio y este fallece.


Con guión de Lola Salvador Maldonado, la película se basa en la obra teatral del mismo título con la que Fernando Fernán Gómez había ganado el Premio Lope de Vega en 1978.
Aunque el premio que concede el Ayuntamiento madrileño conlleva el estreno de la obra, por dificultades burocráticas, hubo de esperar casi cinco años para verse representada, con gran éxito de crítica y público. Inmediatamente se pensó en trasladarla a la gran pantalla y el productor Alfredo Matas encargó el proyecto a Jaime Chávarri, que se extrañó que no lo hubieran puesto en manos del propio Fernán Gómez que ya había adaptado a Mihura para el cine.
El caso es que Fernando Fernán Gómez se desentendió por completo de la película y se mostró bastante insatisfecho con la adaptación.
El propio Chávarri cuenta que en un viaje que hicieron juntos, le preguntó a Fernán Gómez el porqué de aquel resentimiento y este le contestó que le daba la sensación de que habían quitado de la historia todo aquello que se refería al anarquismo, que a él le interesaba mucho. Tenía razón, continúa Chávarri, pero no lo habíamos hecho adrede como él pensaba, lo habíamos hecho porque no disponíamos de tiempo ni del presupuesto necesarios para hacer una película de más de hora y media.


La peli está muy bien ambientada, aunque es cierto que buena parte de las escenas transcurren en la casa de vecinos en la que viven los protagonistas, de vez en cuando la historia sale fuera y nos muestra la desolación, el peligro, pero al tiempo la vida que continúa en ese Madrid cercado.
Con un buen elenco de actores, todos bastante bien en sus papeles, de los que Agustín González fue el único que repetía de quienes la habían representado en el teatro.


La película pone voz e imágenes a los sufrimientos de la gente corriente, a los sin nombre que hubieron de soportar aquel sinsentido sin haber hecho nada más que dedicarse a sus trabajos, y sobre todo al hambre y al miedo que pasaron. Una situación que vivió en primera persona Fernando Fernán Gómez, un joven de la edad de Luisito, en aquel Madrid asediado y que narra sus propias experiencias, muy bien recogidas por Chávarri, que cuenta una historia desde el prisma de los vencidos, con respeto y atendiendo más al drama humano de la guerra en la gran ciudad que a las digresiones políticas.
Un drama que tiene mucho de costumbrista y que no acabará con el final del conflicto, como espera en su patética ingenuidad Dolores (Amparo Soler Leal), cuando manifiesta su deseo de que retorne la paz, porque como dice Luis, no ha llegado la paz, ha llegado la victoria y no se sabe cuándo volverá a haber otro verano.




jueves, 28 de abril de 2016

MUJERES ESPAÑOLAS

El 10 de mayo de 1972, la editorial Espasa-Calpe, publicaba el número 1.500 de su mítica Colección Austral y decidió, no por casualidad, reservarlo para un escritor español que encarnaba en su vida y en su obra las aspiraciones a la europeización formuladas por Giner y los hombres del 98 y adoptadas en el terreno intelectual por Ortega y los novecentistas.
Este escritor es Salvador de Madariaga, hombre de vasta y sabia obra, político liberal, diplomático, poeta, novelista, ensayista e historiador, que fue profesor de Literatura española en Oxford.
En este libro, un homenaje de don Salvador a la mujer española, hace un recorrido que comienza con un personaje literario genial, Melibea y acaba, nada menos, que con Rosalía de Castro, poetisa y fémina prodigiosa, pasando por la egregia Catalina de Aragón, Lady Smith —la extremeña Juana María de los Dolores León—, hasta la Malibrán —una García— y su hermana Paulina Viardot.
El ensayo sobre Melibea, lo escribió con 35 años, antes que los otros cinco, que son todos de 1971 y su intención era ofrecerlo como discurso de recepción a la Academia de la Lengua que acababa de elegirle, aunque debido al estallido de la Guerra Civil, no tomará posesión del sillón "M" hasta 1976, cuarenta años después.
El libro es una manera estupenda de acercarse a estos personajes, y en él aprovecha para hacer una crítica certera del irracional Enrique VIII, en su ensayo sobre Catalina de Aragón y una magnífica semblanza de la gran poetisa gallega Rosalía de Castro, esa dolorosa y lírica mujer, a la que don Salvador, como buen gallego, parece conocer más allá de la apariencia.



miércoles, 27 de abril de 2016

FANNY PELOPAJA

Estefanía Sánchez (Fanny Cottençon), conocida en los ambientes lumpen barceloneses como Fanny Pelopaja , por el color de su pelo, arrastra un pasado de atracos, asesinatos y cárcel.
Un inspector de policía, Andrés Gallego (Bruno Cremer), se obsesiona con ella y Fanny siente por él una mezcla de atracción malsana y odio. El caso es que cuando Gallego está tras de que el novio de Fanny, un delincuente drogadicto, le confiese dónde tiene guardado un alijo de armas, mata al chico, porque quiere a Fanny sólo para él. Gallego amaña las cosas para que parezca que El Gato (Ian Sera), como apodan al novio de Fanny, le atacó y él le mató en defensa propia. Durante el interrogatorio en comisaría, Fanny amenaza con desvelar los detalles y Gallego, en un ataque de furia, le destroza la cara a culatazos, desde ese día, Fanny perderá sus dientes y habrá de llevar una prótesis de por vida.
Fanny pasa un tiempo en presidio y cuando sale, recibe la llamada de un ex-compinche, Julián el ronco (Francisco Algora), que la hace partícipe de un plan para atracar un furgón blindado, una acción con la que además, Fanny podrá tomar cumplida venganza de Gallego que trabaja como vigilante de seguridad tras haber sido expulsado de la policía y que es uno de los escoltas del furgón.
La película adapta una novela de Andreu Martín titulada Prótesis, uno de los mejores relatos de la novela negra española. El guión altera un tanto la personalidad de los protagonistas, incluso cambia el sexo de uno de ellos, El Migue de la novela, pasa a ser la Fanny de la película, lo que permite a su vez a Aranda adentrarse en ese terreno del destape y el sexo que tanto le gusta y que constituye ya una seña de identidad del director catalán.


La relación tan especial entre Gallego y Fanny, se nos va desvelando a través de flashbacks bien dosificados. La película mantiene bien el interés por la historia, con cierto dinamismo en la acción, sin embargo no consigue desprenderse de un cierto aire cutre que, vista hoy día, la hace aparecer un tanto desfasada.
Aspectos de la personalidad psicopática y masoquista del inspector Gallego quedan reflejados en el film, que lo presenta como el maltratador que es, y la película no olvida perfilar a los personajes, tampoco se olvida de la acción, por así decirlo, las secuencias del robo del furgón están muy conseguidas.
El film fue una coproducción hispano-francesa, rodada en Barcelona, cuyos ambientes y calles de la zona portuaria y alrededores quedan bastante bien retratados.
Una buena película de cine con aire noir pero con muchos aspectos psicológicos, sin buenos o malos (más bien son todos pájaros de cuenta), que no pretende extraer consecuencias morales, sino sencillamente contar una historia; entretenida y que quizá esté entre lo mejor de su realizador.





martes, 26 de abril de 2016

ROBO DE FRUTOS SECOS: EL NEGOCIO DEL SIGLO

"Los cultivos de almendra y pistacho del Valle Central de California, azotados por una ola de robos". Esa era la noticia que leía el otro día en la prensa económica. Pensé que era lo de siempre, el campo no tiene puertas y mucho menos, vallas. Nuestros cultivadores nacionales de sandías, melones, incluso cebollas, últimamente, se han visto toda la vida, víctimas de los amigos de lo ajeno. Pero la cosa empezó a no cuadrarme cuando vi que las pérdidas calculadas en el año 2015 por este motivo, ascendían nada menos que a 4,6 millones de dólares USA. Así que me picó la curiosidad y me enteré que, al parecer, los cultivadores californianos, ya estaban acostumbrados a esos pequeños hurtos de los que antes hablaba, el tío que va de paseo por el campo y se lleva un capazo de almendras a casa, estaba ya descontado en el precio y asumido como inevitable, pero ahora se trataba de otra cosa, estamos hablando del robo de toneladas de producto.
En California se producen, nada menos, que el 80% de los frutos secos que se consumen en el mundo. Esta zona se ve afectada desde hace cuatro años por una tremenda sequía, con lo que el precio del producto se ha puesto por las nubes, 18 toneladas y media de pistachos, pueden valer hasta medio millón de dólares. Pues bien, las bandas organizadas, toda una mafia del latrocinio, percibió el negocio, así que se pusieron manos a la obra e idearon un método que trae de cabeza a las autoridades. Los criminales hackean la página web de un intermediario que ha anunciado que un productor tiene un cargamento de almendras o pistachos listo para ser transportado. El transportista que ofrezca el precio más barato por el traslado, será el que se quede con el encargo.
Los hackers cambian el teléfono de contacto y la dirección de destino. El conductor, que está tan tranquilo, ya que su situación es legal y no tiene nada que esconder, recoge la mercancía, la lleva a un lugar en Los Ángeles que cree es el sitio legítimo de entrega y llama a un teléfono, que no sabe que es del grupo criminal. Allí le dicen que en 20 o 30 días le llegará su cheque por el trabajo realizado.
Ni el conductor cobra por su trabajo, ni la empresa recibe el cargamento.
Cuando las fuerzas de seguridad son alertadas por quienes debían recibir el pedido, la mercancía lleva perdida 4 o 5 días en los que los delincuentes han tenido tiempo de redistribuirla y hacer perder su rastro.
La policía de California asegura que está muy de cerca de hacer alguna detención relacionada con el caso, pero de momento, todavía no han tenido resultado alguno y es que se enfrentan a un enemigo perfectamente organizado y, como ellos dicen, los pistachos no llevan número de serie y las almendras no pueden ser rastreadas en la red. Además, una vez consumida, la prueba se destruye.



lunes, 25 de abril de 2016

LA HISTORIA INTERMINABLE

Huyendo de los abusones de su colegio, un chico llamado Bastian Baltasar (Barret Oliver) se esconde en la librería del señor Koreander (Thomas Hill). Allí encuentra un libro cuyo título, La historia interminable, llama tanto su atención, que Bastian no duda en robarlo para poder leerlo. Es en el desván del colegio donde Bastian abre La historia interminable y se sumerge en sus páginas por primera vez.
La «otra» historia comienza con un mundo, Fantasia, cuya soberana, la Emperatriz Infantil (Tami Stronach), ha caído enferma. La desconocida y extraña dolencia de la joven está teniendo graves consecuencias sobre todo Fantasia, y es que a medida que ella se debilita, el propio mundo va desapareciendo. Es entonces cuando la Emperatriz manda buscar a Atreyu (Noah Hathaway), un joven guerrero a quien encomienda la misión de salvar Fantasia. Atreyu desconoce qué tiene él de especial para haber sido elegido, pero no duda ni un segundo; su valentía le llevará a los lugares más recónditos y a enfrentarse a todo tipo de peligros en busca de la cura para la Emperatriz.
Bastian no puede dejar de leer. La aventura de Atreyu le tiene fascinado. Probablemente por eso —y también porque él es un muchacho un poco cobarde y porque piensa que aquello no es sino un cuento— tarda un tiempo en darse cuenta de que a quien necesitan para salvar Fantasia es al propio Bastian.
Es de locos: el niño al que buscan en la historia es el mismo que la está leyendo. Pero, ¿cómo puede un humano entrar en un libro?


Adaptación de la novela homónima del escritor alemán Michael Ende que había salido a la luz en 1979 y fue desde su publicación todo un éxito editorial.
Tres películas, dos series, una ópera, un ballet y más de treinta y seis traducciones. Este es, de momento, el balance de La historia interminable.


Hay que decir que a Ende no le gustó la adaptación, y aunque lo entiendo —se habían cargado la mitad de su libro—, sin embargo, a pesar de que los efectos especiales vistos hoy, con tantos medios digitales como hay, resultan anticuados, me ha parecido que transmite muy bien uno de los aspectos más impresionantes de la historia: la ambientación. El mundo de Fantasia es rico en criaturas, paisajes, lugares y leyendas; es un mundo estudiado hasta el más mínimo detalle, el marco perfecto para unos personajes y una historia llenos de luces y sombras, y todo ello lo supo recoger muy bien Wolfgang Petersen, que venía de haber presentado su magnífica Das Boot (El Submarino).
La película se convirtió, además, en todo un referente para una generación de niños y adolescentes y raro es que quien eran jovencito en los 80, no recuerde el film o la serie que se emitió en televisión. No menos exitosa fue la canción que aparecía en la banda sonora y que lleva el título de la película en inglés (The never ending story), interpretada por Limahl (su nombre real era Christopher Hamill, que había sido integrante del grupo Kajagoogoo).


Sin embargo, no por lo conseguido de la ambientación o lo trepidante de la historia podemos dejar de lado el mensaje que se esconde en las páginas del libro y que recoge muy bien la película. La historia interminable es probablemente la obra que mejor transmite la magia de la lectura; ya sea con explicaciones directas, con juegos de palabras o a través de leyendas. Ende habla al lector de la mentira y la verdad, de la importancia de ser fiel a uno mismo, del valor de los amigos y, por encima de todo, de lo importantes que son los libros.
Por esto mismo, dejarse arrastrar por La historia interminable es más que un entretenimiento a través de la aventura, es descubrir cuáles son las cosas importantes de la vida y lo fundamental que es luchar por ellas. Y es que aunque la historia de Bastian es pura fantasía, con ella también aprendemos a enfrentarnos a la realidad.




sábado, 23 de abril de 2016

LOS GOZOS Y LAS SOMBRAS

En Pueblanueva del Conde, imaginaria villa marinera gallega, todo se agita por el regreso de Carlos Deza (Eusebio Poncela), último de los Churruchaos, antiguos señores de la villa. Cayetano Salgado (Carlos Larrañaga), amigo de la infancia de Carlos y nuevo señor, ve peligrar su posición, y hará lo posible por mantener su poder sobre el pueblo. Doña Mariana Sarmiento (Amparo Rivelles), última representante de los Churruchaos hasta la llegada de Carlos, pretende que éste acepte su herencia de sangre, para mantener las cosas como siempre frente al nuevo poder, pero Carlos no quiere inmiscuirse. Tiempo después, el pulso entre el viejo y el nuevo poder continúa. Rosario (Rosalía Dans), amante de Cayetano, lo abandona y se va con Carlos. Lo que parecía una lucha por el poder social y económico baja al terreno de las pasiones, y ahí Cayetano es menos poderoso. El enfrentamiento parece decantarse del lado de Carlos, pero Cayetano no tiene prisa. Clara Aldán (Charo López), otra Churruchao venida a menos, pobre y desesperada, pasa a llenar un nuevo campo de batalla entre ambos contendientes, a los que se une Juan Aldán (Santiago Ramos), hermano de Clara.
Basada en la trilogía del escritor Gonzalo Torrente Ballester, la acción se desarrolla en algún lugar de las Rías Gallegas (gran parte de los exteriores se rodaron en Bueu) en los años finales de la II República, cuando ya están fraguando los hechos que desembocaron en la Guerra Civil. Se estrenó en el primer canal de Televisión española en marzo de 1982 y fue exhibida en otros países como Uruguay o Argentina.
Adaptada y producida por Jesús Navascués, y con Rafael Moreno Alba en la dirección, fue firmada para rodarla en diez capítulos, aunque al final, TVE aceptó que fueran trece los que la componen, supervisados ​​por el autor de la obra original. El éxito fue tal que, después de veinticinco años de haber publicado el primer libro de la trilogía, se convirtió en un fenómeno editorial, pues la primera vez, las novelas, a pesar de su innegable calidad, habían tenido una discreta repercusión, hasta el punto de que Torrente estuvo a punto de dejar de escribir.
El texto literario supone un análisis exhaustivo de la Galicia de los años 30, con una sociedad muy tradicional que se asoma a los nuevos tiempos en los que el capitalismo va a estar en el epicentro económico, pero en los que, a la postre, todo cambia para que todo siga igual.
Así el mundo representado por doña Mariana, en el que la pesca y el cultivo de la tierra constituyen los ejes de la economía casi de supervivencia, será sustituído por otro, que representa don Cayetano, en el que el trabajo industrial en los astilleros viene a traer un futuro lleno de nuevas oportunidades, con un jornal seguro. Pero a la postre, los señores siguen siendo los señores e imponiendo su carácter despótico y los humildes han de estar sometidos a ellos si quieren tener alguna oportunidad de participar de las migajas de ese mundo.
La serie es más esquemática, pero recoge bastante bien el espíritu de las novelas, incluídos los otros personajes que componen el universo del relato y que en algún momento del mismo toman protagonismo.
Rodada en paisajes naturales e interiores de gran belleza, con una ambientación muy conseguida, está magníficamente interpretada, con un Eusebio Poncela y una Rosalía Dans que transmiten al espectador estar disfrutando de su trabajo; estupenda Charo López dando vida a una mujer fogosa y valiente; Carlos Larrañaga dando vida a un tipo pagado de sí mismo, prepotente, mujeriego y acostumbrado a tener a los demás a sus pies; Amparo Rivelles dando toda una lección de interpretación, sobre todo en el capitulo 9º cuando se produce la agonía y muerte de Dª Mariana; y Manuel Galiana dando vida al peculiar personaje de Paquito el Relojero; y un coro de secundarios (Rafael Alonso, José Mª Caffarel, Santiago Ramos, Fernando Sánchez Polack, Isabel Mestres, Eduardo Fajardo...) estupendos que hacen de Los gozos y las sombras uno de esos bocados exquisitos con los que de cuando en cuando nos regalaba una televisión que ahora va por otros derroteros.
Como anécdota, les cuento que Amparo Rivelles y Carlos Larrañaga, hermanos en la vida real, era la primera vez (y creo que la única) que trabajaron juntos. A lo largo de la serie únicamente coinciden en una escena, en la que doña Mariana va a visitar a Cayetano en su despacho del Astillero. Según contaba el propio Carlos Larrañaga, se lo pasaron muy bien haciéndola y la complicidad entre ellos fue total y se rieron de lo lindo, a pesar de que la escena no es nada graciosa, sino una dura confrontación entre ambos personajes.




viernes, 22 de abril de 2016

LAS BOSTONIANAS

En el curso de un acto social que reúne a algunas simpatizantes de la causa sufragista, la joven Verena Tarrant (Madeleine Potter), se dirige a las asistentes, entre quienes se halla Olive Chancellor (Vanessa Redgrave) que queda prendada de la fuerza expresiva de la muchacha, percibiendo en ella una mezcla de dulzura y fortaleza y cuya elocuencia puede ser aprovechada en pro de la causa de las mujeres, por lo que pide a los padres de la chica que la envíen a vivir con ella para educarla.
Un primo lejano de Olive, Basil Ransome (Christopher Reeve), que está de visita en Boston, se siente atraído por la señorita Tarrant. Las ideas de Ransome son totalmente contrarias a la igualdad de sexos. Olive y Basil tienen personalidades fuertes y dominantes y desplegarán todos sus encantos para atraer a la confundida Verena.
El guión, de Ruth Prawer Jhabvala, colaboradora habitual de James Ivory, adapta, de manera bastante fidedigna, la obra homónima de Henry James, publicada por entregas en "The Century Magazine" en 1885-1886 y luego en forma de novela en 1886.
Vista desde la perspectiva actual, la novela, aunque de manera incierta y titubeante, supuso la apertura de un camino muy interesante, para abrir un nuevo debate que, con la publicación de otros trabajos y la fuerza que fue adquiriendo el sufragismo, tomó cada vez mayor consistencia y se hizo más interesante.


Con una espléndida fotografía de Walter Lassally y una no menos brillante ambientación, la película constituye un delicado trabajo de Ivory en el que descuella la interpretación de Vanessa Redgrave en su mejor momento.
Creo que si hubiera durado un poquito menos, podría haber resultado más interesante, puesto que como la historia tampoco es que consiga enganchar del todo al espectador, se hace un poco larga por lo previsible y repetitivo del asunto.




jueves, 21 de abril de 2016

SEÑALES VIVAS EN LAS CARRETERAS INGLESAS

Casi el ochenta por cientos de las muertes por accidente de tráfico en España, se producen en carreteras secundarias. Un problema parecido tienen en Inglaterra, donde el Departamento de Transportes, ha ideado una campaña para concienciar a los conductores, en la que participarán los animales de las granjas cercanas a estas, por otra parte, encantadoras vías británicas.
A mí se me ocurre si no será contraproducente que algunos conductores, en su búsqueda de la "ovejita anuncio", no vayan más distraídos de la cuenta y sea peor el remedio que la enfermedad, pero bueno, los expertos sabrán (o no).






miércoles, 20 de abril de 2016

LA PLAZA DEL DIAMANTE

Natalia (Silvia Munt), una joven barcelonesa que trabaja como dependienta en una confitería, acude a la verbena de las fiestas del Barrio de Gracia junto a su amiga Julieta (Marta Molins). Allí conocerá a Quimet (Lluis Homar), un carpintero con negocio propio que rápidamente le declara su amor y las pretensiones de casarse con ella, para lo que Natalia (a la que Quimet llama Colometa), ha de romper con Pere (Joan Ferrer), un compañero de trabajo con el que salía hasta ese momento.
A medida que su relación con Quimet avanza y se acerca el momento del matrimonio, Natalia echa mucho de menos a su madre, a la que perdió siendo una niña, de manera que se encuentra sin referencias y sin nadie a quien trasladar sus dudas.
Por su parte, Quimet, que desde el primer momento se ha mostrado como un hombre egoísta, se involucra cada vez en asuntos políticos junto a sus más próximos amigos, participando primero en las manifestaciones alegres que saludan el advenimiento de la II República y, más adelante, aprestándose para hacer frente a la sublevación militar que amenaza con acabar con el mundo que ha contribuído a crear.
Cuando estalla la Guerra Civil, Quimet es movilizado al frente de Aragón, donde encontrará la muerte. Natalia queda sola con dos hijos, sin trabajo y sin que los dueños de la casa donde trabajaba de asistenta quieran contratarla de nuevo por el pasado de su marido.


El guión se basa en la novela del mismo nombre de la escritora Mercè Rodoreda, tenida como la obra cumbre de la autora, que se ha convertido ya en un clásico de la literatura de posguerra.
Es de alabar el esfuerzo del guionista y realizador del film, Francesc Betriu, para trasladar a imágenes un relato concebido como un monólogo de la protagonista, aunque es cierto que es rico en imágenes. En la adaptación se pierde buena parte de la magia del lenguaje utilizado por Rodoreda en su relato, pero en general, está bien conseguida y, desde luego, respeta el espíritu de la novela que no deja de ser un homenaje a los cientos de mujeres anónimas que se vieron en situaciones parecidas o peores que las que vive Natalia, anulada por un hombre que le exige sumisión total y que encima es un grosero y se cree gracioso, cuando es un pelma falto de tacto.
Natalia, por contra, se nos presenta como una criatura sensible a quien le toca sufrir y vivir una vida que le niega día a día la felicidad, algo que Natalia llega a pensar que es natural.


Magníficamente interpretada, Silvia Munt nos hace sentir toda la fragilidad, por un lado, y la valentía y determinación, por otro, de un personaje que nos resulta reconocible, porque es un ser sacado del común, una heroína anónima de las que, por desgracia, tantas hubo en aquellos duros momentos.
Muy bien ambientada y con una conseguida banda sonora de Ramon Muntaner que se apoya en piezas populares y en canciones e himnos de guerra, La plaza del diamante, es un retazo de la historia reciente de nuestro país, una historia sencilla y desgarradora de unos tiempos de hambre y muerte, pero es también la historia de tantas "Colometas" con una vida marcada por la opresión y la necesidad de liberarse.




martes, 19 de abril de 2016

FINAL COPA DEL REY DE RUGBY 2016

El pasado domingo, 17 de abril de 2016, se jugó la final de la Copa del Rey de Rugby, un día señalado para la historia del deporte del balón ovalado en España. 26.500 espectadores abarrotaron las gradas del Estadio José Zorrilla de Valladolid, algo impensable para el rugby, pero parece que en esta ocasión se produjo la conjunción perfecta para que un acontecimiento de este tipo y con tal repercusión tuviera lugar.
En primer lugar, que los dos equipos de Valladolid jugaran la final y, después, que no sólo los aficionados locales, sino la afición al rugby de toda España. decidiera que este era el momento de hacer piña y darle al evento el lustre que solo se alcanza con la presencia masiva de público. Para acabar de refrendarlo, por una vez, las autoridades políticas estuvieron a la altura, el Rey Felipe VI estuvo en palco, por primera vez desde 1929, un rey de España presenciaba como tal un partido de rugby, allí estaban también Soraya Saenz de Santamaría e Isabel García Tejerina (vallisoletanas ambas), así como el líder de la oposición Pedro Sánchez, además de otras personalidades.
Una gran fiesta, un partido que ganó El Salvador, pero del que al final, lo que a mí me ha quedado, son las grandes lecciones de este deporte de caballeros frente a otras manifestaciones deportivas viciadas por el hooliganismo, la intransigencia y la poca vergüenza de algunos de quienes las practican o de sus entrenadores y dirigentes.
Daba gusto ver al árbitro del partido sonriendo, cambiando impresiones con los jugadores en diversas fases del partido; los lesionados salían del campo para ser atendidos si la cosa iba para largo o se levantaban raudos en cuanto eran atendidos si el asunto era más leve, vamos que sólo se quejaban cuando dolía; las aficiones chamiza y quesera, mezcladas en la grada animando con fuerza a los suyos, sin un sólo incidente, sin un mal gesto o conato de enfrentamiento.
Toda una lección, una fiesta deportiva que imagino que tendría el colofón que suele presidir este tipo de encuentros, con un tercer tiempo que, según tengo entendido se iba a celebrar en la fan zone instalada en los aledaños de estadio y durante el que seguro quedaría olvidada cualquier cuenta pendiente del encuentro si es que alguna quedaba.





lunes, 18 de abril de 2016

IRRATIONAL MAN

Un nuevo profesor de filosofía llega al pequeño campus de un pueblo cercano a Newport, Rhode Island. Su nombre, Abe Lucas (Joaquin Phoenix) y le precede su dudosa reputación. Abe se dice que es un mujeriego y alcohólico. Pero lo que la gente no sabe es que él es un idealista desilusionado. Desde que ha tomado conciencia de su incapacidad para cambiar el mundo, vive en un estado de profundo nihilismo y arrogante desesperación.
Todas estas cosas afectan también a otros aspectos de su vida y en el terreno sexual se ha convertido en un auténtico desastre, algo que se pone de manifiesto en sus relaciones con una de las profesoras del centro.
Lucas no puede evitar sentirse atraído por una de sus estudiantes, bonita y brillante, Jill Pollard (Emma Stone). Comienza una relación con ella, que sigue siendo platónica, incluso cuando Jill le pide algo más. La situación se mantiene sin cambios durante un tiempo hasta que, un día, en un restaurante, Abe y Jill sorprenden una conversación que cambiará el curso de su vida de manera espectacular. Abe siente dentro de sí una llamada para hacer algo efectivo en vez de seguir elucubrando y haciendo planteamientos en el plano puramente filosófico, se dice que si quieres que algo cambie, no puedes esperar a que lo haga has de hacerlo cambiar tú mismo.


No es la primera vez que el maestro de Brooklyn reflexiona sobre el delito y más concretamente sobre el asesinato, aunque en esta ocasión, aunque haya un crimen de por medio, el argumento gira en torno a la moralidad más que a la diferencia entre el bien y el mal. La empatía que el espectador puede sentir (y de hecho siente) con el asesino por considerar que su acción ha sido en pro de la justicia, se rompe cuando una tercera persona, ajena a todo esto, puede cargar con el muerto (perdón por el chiste fácil).
Muy bien fotografiada y con una selección musical que es una verdadera delicia, el guión parece que sólo se interesa por ese planteamiento sobre lo moral y lo inmoral y es como si el resto le importase un pimiento y al espectador (bueno, a mí), le queda la sensación de que está poco trabajado y que podía haberse conseguido un producto mucho más brillante.
Buen trabajo de Joaquin Phoenix que impone su arrolladora presencia y destacable el magnetismo de Emma Stone.
Como hemos dicho tantas veces, lo que tratándose de otro hubiera sido considerado como un trabajo de cierto nivel, al menos interesante, tratándose de Mr. Allen, la sensación que nos queda es la de una obra menor dentro de su filmografía, aunque entre las últimas que ha hecho, no sea de las que más desmerecen.
Lo mejor de todo, el magnífico final.




sábado, 16 de abril de 2016

CUERNO EXTRAÑO DE AMIDALA

Vivimos tiempos en los que la saga de la Guerra de las Galaxias, parece haberse adueñado del panorama de ciertos noticiarios, hasta el punto de que su influencia llega a algunas parcelas que poco o nada, al menos en apariencia, tendrían que ver con la película de George Lucas.
Los paleomerícidos (en griego “rumiante antiguo”) son unos enigmáticos ungulados que vivieron durante el Mioceno, hace entre 17 y 11 millones de años. Fueron animales exclusivamente euroasiáticos que se extendieron desde la península ibérica hasta lo que hoy es China.
Hace poco, investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNSN-CSIC), han hallado en el yacimiento de La Retama en Cuenca los restos fósiles de una nueva especie de rumiante, al que los científicos han bautizado Xenokeryx amidalae (“cuerno extraño de Amidala”), por su parecido con el peinado de Amidala en la saga Star Wars. El animal, mitad ciervo mitad jirafa, vivió hace unos 16 millones de años. El análisis de los huesos, ha permitido determinar que el linaje de los paleomerícidos es hermano del de las jirafas. En la parte posterior de su cráneo, como una peineta, sobresalía su característica estructura ósea bifurcada, que los científicos comparan con el peinado de la reina Amidala, madre de Luke Skywalker y la Princesa Leia en la saga de ficción Star Wars. La función de este apéndice sigue siendo un misterio para los paleontólogos.



viernes, 15 de abril de 2016

TRUMAN

Julián (Ricardo Darín), es un actor de teatro argentino que vive y trabaja en Madrid. Le detectaron un cáncer de pulmón contra el que ha estado luchando y cuando consigue superarlo se entera de que, como dice él, el cáncer ha decidido viajar por todo su cuerpo. Ante las pocas expectativas que le ofrece la medicina, decide renunciar al tratamiento y esperar la muerte con la mayor dignidad posible.
Su amigo Tomás (Javier Cámara), llega desde Canadá, donde vive con su familia, para visitarle y despedirse de él.
Serán cuatro días intensos, vividos deprisa en los que los recuerdos se agolpan, pero en los que también habrán de resolver algunas de las cosas que preocupan a Julián, precisamente porque su vida tiene fecha de caducidad y Tomás le acompañará, a veces en silencio, cuando va a una empresa de servicios fúnebres para interesarse por sus servicios y pedir presupuesto de las diversas opciones que ofrecen; o cuando visita a los candidatos para adoptar a Truman, su viejo perro a quien no desea dejar a cargo de cualquiera, sino asegurarse de que va a ser tratado con cariño.
Del mismo modo, viajarán a Amsterdam, donde está estudiando Nico (Oriol Pla), el hijo de Julián, al que su padre desea acompañar el día de su cumpleaños.


Dirigida por el catalán Cesc Gay que es también coautor del guión, el film es sobre todo una película de diálogos, a veces gestuales, pero también con inteligentes intercambios de palabras, que descansan en los dos intérpretes principales. Ambos se llevaron el Goya merecidamente, a mi parecer, como mejor actor principal (Darín) y mejor secundario (Cámara).


Es básicamente un drama que transcurre plácidamente, sobre todo durante la primera media hora, en que se ve con placer e incluso te involucras sin darte cuenta y más que observar participas de lo narrado.
A partir de ahí es cierto que va decayendo un poco, quizá porque ya has visto por donde transcurre la historia y sabes que nada nuevo va a ocurrir, como así es, no hay estridencias, pero tampoco sorpresas y para acabar de rematar el declive del film, una escena de sexo que a mí me ha parecido un tanto forzada, aunque es cierto que se rodó sin ningún tipo de morbo.
El arma de dos filos del film es la normalidad, que puede llegar incluso a aburrir un poco, en tanto que al presentarnos unos personajes que nos suenan familiares, hace que todo sea creíble, incluso ese aire de comedia que algunos han visto, es debido a que una sonrisa (digo sonrisa, no risa, que conste), se dibuja en los labios del espectador casi durante todo el film, pero no es porque las situaciones nos resulten divertidas, sino porque son tan reales y cercanas que a veces nos resultan cómicas porque casi nos vemos a nosotros mismos en ellas y en ocasiones, ya sabemos, lo normal de esta vida que vivimos, es un poco ridículo.
Entretenida, con buenas intenciones, pero yo pienso que tampoco es una película que pase a la historia, es más, creo que si no fuera por las grandes interpretaciones de Cámara y Darín (sobre todo este último), ni siquiera hubiera tenido el éxito que ha tenido.





jueves, 14 de abril de 2016

LA ISLA MÍNIMA

1980. En un pequeño pueblo de las marismas del Guadalquivir, olvidado y detenido en el tiempo, dos adolescentes desaparecen durante sus fiestas. Nadie las echa de menos. Todos los jóvenes quieren irse a vivir lejos y algunos de ellos se escapan de casa para conseguirlo. Rocío (Nerea Barros), madre de las niñas, logra que el juez de la comarca, Andrade (Juan Carlos Villanueva), se interese por ellas. Desde Madrid envían a dos detectives de homicidios, Pedro (Raúl Arévalo) y Juan (Javier Gutiérrez), de perfiles y métodos muy diferentes que, por distintos motivos, no atraviesan su mejor momento en el cuerpo. Una huelga de los trabajadores del campo pone en riesgo la cosecha del arroz, principal riqueza de la región, y dificulta las tareas de investigación de los dos policías que reciben presiones para solucionar el caso cuanto antes.
Los dos policías tratan de ir casando las piezas: Un guaperas que cambia de novia como de camisa; el terrateniente local; el misterioso guardés de una finca, del que nadie parece saber nada...
La investigación va poniendo en evidencia que en los últimos años han desaparecido varias jóvenes más y que aparte del arroz existe otra fuente de riqueza: el tráfico de drogas. Nada es lo que parece en una comunidad aislada, opaca y plegada sobre sí misma.


La acción se desarrolla en un pequeño pueblo de las marismas del Guadalquivir, donde la naturaleza construye un espectacular paisaje que se convierte en un personaje más de la película ya desde las imágenes aéreas capturadas por el fotógrafo de la Estación Biológica de Doñana, Héctor Garrido, responsable de documentar la zona, que acompañan a los títulos de créditos y recrean impresionantes paisajes de armonía fractal.


Alberto Rodríguez nos traslada a los 80 en la España profunda y mas cerrada, donde los cambios sociales e ideológicos tienen peso en cada punto. Es impresionante la atmósfera, el ambiente, un todo que se deja ver en cada plano.
Desde un principio la trama empieza con fuerza y evoluciona sin reparos a meter subtramas que no tienen mucho que ver pero que aun así sirven de complemento a la historia.
Los actores, salvo algún caso que está en la mente de todos, con interpretaciones llenas de matices, conforman unas buenas actuaciones, incluso alguno de los que aparece poco, como es el caso de Nerea Barros, que consigue llenar la pantalla con sus contadas presencias. Me alegro especialmente por Javier Gutiérrez, un trabajador de la escena que encuentra aquí un papel donde demostrar su valía, aunque en una de las escenas del final, le salga el ramalazo del Sátur de Águila Roja.


Aunque tiene sus carencias, esta película le reconcilia a uno con el cine nacional, esas magníficas cinco tomas cenitales, inspiradas en las fotografías mencionadas de Héctor Garrido, estratégicamente repartidas a lo largo del metraje, o el recurso a reducir diálogos y llenar la película de silencios para evitar el desastre de una mal guión con diálogos mal construídos y quizá peor vocalizados (es una carencia grave de las últimas hornadas de actores) y las escenas de acción que huyen del intento de imitación a los thrillers americanos, con buenos resultados, por cierto.
No hagan caso de las críticas, sobre todo de aficionados, que hacen hincapié en que hay cosas que no están explicadas. Todo queda claro en la película, lo que ocurre es que el guión y el realizador presuponen la inteligencia del espectador y no se dedican a darnos una clase para parvulitos.




miércoles, 13 de abril de 2016

LOS MINEROS ASTURIANOS EN BENAVENTE (1936)

Uno de los ardides más curiosos de la Guerra Civil española, tuvo como protagonistas a los mineros asturianos y al entonces gobernador militar de Oviedo, coronel Antonio Aranda Mata.
Al parecer, ante a sublevación de los militares en África y sus correspondientes secuelas en la Península, el dirigente socialista Indalecio Prieto, solicitó a sus correligionarios de Asturias el envío urgente de una fuerza de diez mil mineros para defender Madrid de la posible sublevación de la guarnición local, sobre todo de los cuarteles de la Montaña y Campamento. La convocatoria tuvo gran éxito entre los mineros y en pocas horas se concentraron miles de ellos en Oviedo.
Se organizaron dos columnas, una partió por carretera y otra por ferrocarril, compuesta por dos locomotoras y doce vagones. El tren salió de Oviedo sobre la una de la madrugada del 19 de julio, cargado de voluntarios hasta los topes. Contaban con doscientos fusiles y munición entregados por orden del coronel Aranda. Al mando de la columna iban el socialista Manuel Otero y el teniente de Asalto Alejandro García Menéndez. En Mieres se incorporó otro numeroso grupo, mandado por Ramón González Peña y el jefe de las milicias de las Juventudes Socialistas, Guzmán García.
A las cinco de la mañana el tren especial salió de la estación de Ujo, la última asturiana, compuesto ya por tres máquinas y dieciocho vagones, transportando a 2.500 hombres.
Habiendo recibido noticias de que Valladolid se hallaba en manos de los sublevados y que habían instalado piezas de artillería para cortar el paso del convoy, decidieron seguir su camino a Madrid por Zamora, así que en la noche del 19 de julio, el tren especial hacía su entrada en la estación de Benavente, donde a pesar de los temores, gracias a los buenos oficios del alcalde socialista Alfredo Rodríguez Enríquez y al control de los jefes de los obreros asturianos, no se produjeron mayores incidentes, aunque fue inevitable que la población estuviera alterada ante la llegada de tamaña fuerza.
El caso es que, según algunas fuentes, una operadora de la compañía telefónica que trabajaba en Benavente, fue la primera en advertir a los mineros que habían sido engañados por Aranda, que lo que en realidad pretendía era tener el campo libre y que se había sublevado en Oviedo, lo que fue confirmado por el abogado Juan Pablo García que llegó a Benavente por carretera en la madrugada del día 20, llevando la noticia fidedigna de la rebelión del coronel Aranda en Oviedo.
Esa misma mañana, el tren de los mineros asturianos, emprendió desde Benavente el camino de regreso a su tierra, pero Oviedo ya se había unido al bando rebelde.



martes, 12 de abril de 2016

CHULAS Y FAMOSAS

Con esta obra se cierra la trilogía que comenzó con Garras de astracán y continuó con Mujercísimas, en las que Terenci Moix novela sobre algunos comportamientos actuales centrados en un tipo de mujeres modernas.
El personaje de Miranda Boronat, también presente en Mujercísimas, sirve al autor para dar otra vuelta de tuerca sobre el esperpento de estos seres que viven pendientes de salir en el papel couché y en los programas basura de la tele: Un Autor -trasunto del propio Terenci- se apropia del diario de una mujer al no encontrar asunto y trama para una novela. Con este texto ideado como un tenso diálogo entre Miranda, una “lesbiana vocacional”, y un Autor, “un mariquita barcelonés que presume de escritor”, se cierra la trilogía sobre la farsa contemporánea.
Aristócratas, ricos y famosos concentran los dardos divertidos y envenenados del escritor. Tras los nombres imaginarios (algunas veces prácticamente explícitos) se esconden figurones reales más o menos transparentes, pero constituyen sólo la espuma de la realidad que se denuncia: una sociedad, la nuestra, convertida en puro escaparate de frivolidad.
Todo cae bajo la mirada entre juguetona, irreverente y vitriólica del escritor: valores morales, religiosos, económicos, políticos, culturales... Si la historia empieza con el entierro de un Pujol momificado termina con una epidemia de SIDA en el Vaticano por falta de preservativos. Y nadie podrá quejarse porque el propio Moix se flagela y se burla de su literatura con inteligente cinismo.
Es una novela artística, una apuesta creadora interesante -heredera del espíritu renovador del joven Moix-, pero de resultados discutibles por no llevar dichos planteamientos a su último extremo. Hay en el libro gran capacidad verbal e inmejorables dotes satíricas, pero a veces se cae en gracias cercanas al chiste, en licencias personales y en situaciones de humor fácil. Y la fuerza imaginativa se desborda hasta producir un poco de fatiga.
Una reflexión pesimista, envuelta en una historia que pretende ser hilarante, que a veces no lo es tanto, pues no siempre consigue hacer gracia, en que la majadería de un grupo social se convierte en metáfora de todo un país.



lunes, 11 de abril de 2016

LOS SANTOS INOCENTES

El film adapta la novela del mismo título que Miguel Delibes publicó en 1981 y que vino seguida de un extraordinario éxito tras el que las reediciones se sucedieron en los meses inmediatos.
Es el retrato de las precarias condiciones de vida de una familia de campesinos extremeños, aplastada por la miseria y el yugo que imponen los señores poseedores de las tierras a las que están atados los jornaleros.
Delibes nos presenta la novela, y así lo recoge la película, como una alegoría de la España de poseedores y desposeídos, con un fondo en el queda patente la violación de las relaciones entre el hombre y la naturaleza.
Estupendamente interpretada, los personajes de Paco el Bajo (Alfredo Landa) y Azarías (Paco Rabal), forman ya parte del imaginario colectivo del cine nacional, pero alrededor de ellos tenemos poderosos personajes, como el del Señorito Iván (Juan Diego) o Régula (Terele Pávez), una auténtica maravilla ambos, y una serie de personajes "menores", que nos dejan la impronta de unos caracteres inolvidables (Agustín González, Mari Carmen Prendes, Maribel Martín...)
La novela de Delibes es un prodigio de saber plasmar por escrito todo un universo que, al tiempo, es una despiadada (por realista) crítica de una determinada sociedad y, por extensión, de todo un país y el mérito de Mario Camus es haber sabido trasladar todo eso a la pantalla, haciéndonos vivir esa naturaleza del campo extraordinaria, bella y, por mor de la intervención humana, a veces muy cruel.


Los Santos Inocentes es reconocida de manera unánime como una de las mejores películas españolas de todos los tiempos, el mismo Delibes reconoció que Camus supo trasladar su novela a imágenes de manera exquisita y efectiva a un tiempo, y que la estructura de flashbacks, había sido todo un acierto.
Después de mucho tiempo, he vuelto a verla, supongo que no será la última vez y de nuevo he tenido la sensación de tristeza que planea sobre todo el film, porque el drama que plantea es muy triste, lo peor de la condición humana, el desprecio por el prójimo considerado como inferior, está retratado de manera magistral y precisamente por eso se nos hace más duro y conlleva que algo en nuestro interior se revuelva contra quienes oprimen sin piedad alguna. Al final será el más inocente, el que sufre el mayor de los desprecios, aunque no sea del todo consciente de ello, el que traiga un poco de justicia a ese mundo tan injusto.




sábado, 9 de abril de 2016

CRÓNICAS MARCIANAS

En 1950, el reconocido escritor de ciencia ficción Ray Bradbury, publicó "Crónicas Marcianas", quizá junto a Farenheit 451, su libro más conocido. Este texto, en el que se recogen una serie de relatos sobra la colonización de Marte, es el que sirve de base al guión de esta serie británica de 1980, dividida en tres capítulos de hora y media que recoge alguno de esos relatos. No sé si tenía vocación de continuidad en posteriores entregas, el caso es que la serie fue un rotundo fracaso a pesar de contar con un actor como Rock Hudson, que si bien estaba en el declive de su carrera, suponía un buen reclamo para el público.
Se me ocurren varios motivos para que la serie no tuviera éxito, el primero es que los capítulos televisivos son bastante fieles a los relatos de Bradbury que adaptan, y el aficionado al género sabe que no son ciencia ficción al uso, pues aunque reflejan mundos futuros, no hay en ellos espadas láser, ni extraños aparatos, ni seres muy diferentes de los humanos, ni otros de los aditamentos típicos del género, sino que sus libros van por otro camino, son más filosóficos que otra cosa y en ellos se habla del hombre y sus problemas, por eso muchos de ellos están de plena actualidad. Eso puede que decepcione al espectador medio que espera ver peleas con los marcianos o vete a saber qué y se encuentra de buenas a primeras con unos relatos televisivos que le hablan de ecología, de que la tierra se desintegra por culpa de los humanos y la guerra nuclear, de la necesidad de renunciar al egoísmo de la especie...
Con unos decorados naturales situados en Malta y en Lanzarote y los de estudio de tipo vanguardista, pero quizá algo fríos, seguramente los largos monólogos, sobre todo del coronel John Wilder (Rock Hudson), la lentitud en el desarrollo de la acción, una cierta desidia en los intérpretes y en la dirección que hacen algunos pasajes un tanto penosos, llevaron al fracaso del proyecto, que visto hoy resulta interesante, pero algo pobre y con unos efectos especiales que, aunque no había ni de lejos los medios actuales, dejan bastante que desear. Sin embargo las situaciones que analiza y las cuestiones morales y filosóficas que plantea, siguen siendo (en algún caso, por desgracia) totalmente actuales.



viernes, 8 de abril de 2016

FUNCIÓN DE NOCHE

En 1979 se estrena en Madrid la adaptación teatral de la novela de Miguel Delibes "Cinco horas con Mario". El núcleo central de la novela y también de la obra teatral, es el soliloquio de Menchu cuando está velando a su difunto marido con el que habla desgranando sus pensamientos y exponiendo las frustraciones de su vida y los reproches hacia el difunto y lo que ha supuesto su matrimonio.
Durante veinte años, la obra fue interpretada por Lola Herrera que llegó a identificarse en cierto modo con el personaje, observando que ella podía ser en alguna medida, un trasunto de la protagonista. En una de las representaciones, Lola sufre un desmayo y el productor de la obra, José Sámano y la directora Josefina Molina, además amigos de la actriz, le proponen una especie de terapia, grabar un encuentro con su ex-marido (Daniel Dicenta), del que lleva casi quince años separada y con el que tiene dos hijos y ver qué sale de aquello, con la idea de hacer una película si el material que obtengan lo permite.
De este modo, se prepara el camerino de Lola con cámaras ocultas tras varios espejos y se rueda la extensa conversación entre la pareja, en la que salen a relucir todas las frustraciones de sus años en común y ambos reflexionan sobre el motivo de su fracaso.
La película se comenzó sin guión previo, Daniel y Lola hablaban y con este material y algunas escenas que narran la presentación de la demanda de nulidad en el Obispado de Madrid; los paseos de Lola con su amiga Juana Ginzo y algunas intervenciones de los hijos (Natalia y Daniel Dicenta Herrera), se montó esta peculiar película que tiene mucho de docudrama y bebe en algunos aspectos de modelos del cinema verité.


Aunque los protagonistas echan parte de la culpa de su fracaso matrimonial a la educación recibida (la culpa siempre es de otro) y Josefina Molina aprovecha todo eso para tratar de hacer un retrato de las mujeres de la generación de postguerra, presentándolas como reprimidas y educadas para estar sometidas al marido, lo cierto es que la historia de Lola y Daniel tiene algo de intemporal, pues si bien es cierto que la educación es una parte importante del posterior desarrollo de tu vida, al final son las personas las que sostienen una relación y en el matrimonio siempre hay un componente de aventura, de no saber exactamente cómo va a salir aquello, pues todos sabemos de las dificultades de la vida en común, lo que tiene de agradable, pero también de renuncia y eso hay parejas que no logran superarlo.
He de hacer mención al exquisito trabajo fotográfico de Teo Escamilla y a la delicada música de Alejandro Massó que incluye una composición de Luis Eduardo Aute.
Ante tanta basura televisiva que nos tragamos, quizá la principal lección de este film es la manera elegante en que están presentados unos problemas individuales que trasciendes a las personas que los sufren, y la forma en que se nos hace llegar el mensaje, en un diálogo respetuoso, sin voces, escuchando al interlocutor sin interrumpirle, con un lenguaje cotidiano pero perfectamente inteligible y sin expresiones groseras. Todo ello sin tapujos y sin esconder nada por íntimo que fuere, los personajes realmente se desnudan interiormente para el espectador, pero lo hacen sin buscar el morbo, sin humillar al otro, asumiendo cada cual su parte en la culpa.
De agradecer la valentía de Daniel Dicenta para prestarse al "experimento" y la magnífica presencia de Lola Herrera.
La película tuvo cierta repercusión más allá de nuestras fronteras, donde obtuvo algunos premios y el público no español que la presenciaba, siempre se quedaba con la duda de si aquellas dos personas estaban hablando de sí mismas, o eran dos actores representando un guión.