miércoles, 3 de febrero de 2016

NO HAY DOS SIN TRES

Carly Whitten (Cameron Diaz), es una abogada de éxito en Nueva York, sale con Mark King (Nikolaj Coster-Waldau), un tipo maduro, guapo y detallista, con el que vive una tórrida relación y en el que cree haber encontrado al hombre de su vida, hasta que un día en el que ha cancelado su cita con ella porque tiene una fuga de agua en su casa, Carly decide visitarle por sorpresa y quien le abre la puerta es Kate (Leslie Mann), la esposa de Mark.
Enterada de que Mark no es libre y la ha estado engañando, Carly decide cortar del todo la relación y no volver a saber más de Mark, pero de quien no podrá librarse es de su esposa, que también se ha enterado en este momento de la infidelidad de su marido y persigue a Carly por todas partes, colándose en su oficina y en su propia casa, en una afán de buscar consuelo, ayuda y consejo por parte de la ex-amante de Mark.
Entre las dos deciden espiar la vida de Mark y descubren que, en realidad es un obseso sexual y un mentiroso compulsivo que no sólo engañaba a su esposa, sino también a su amante, pues tiene otra novia más, una jovencita llamada Amber (Kate Upton), a la que sacan de su error con Mark y que al enterarse de que no está siendo leal con ella, se une a las otras dos en busca de una refinada venganza.


Comedia ligera, con nombres conocidos en el cartel que sirven de reclamo y que hacen albergar esperanzas de que uno va a ver algo mejor de lo que en realidad resulta al final.
La situación de reivindicación de la mujer engañada, es tratada de manera frívola y esterotipada y las risas que arranca en el espectador, que puede haberlas y de hecho las hay, están conseguidas a base de gags no demasiado imaginativos.
Los diálogos son un tanto penosos y el guión, en general, deja bastante que desear.
Lo mejor de la película, la banda sonora, que incluye algunas melodías inolvidables de la historia de la música ligera (La vie en rose, Heaven in your eyes, New York, New York...) y el diseño de vestuario, a cargo de la diseñadora y estilista Patricia Field (Sexo en Nueva York, El diablo viste de Prada), que incluye un sinfín de vestidos y complementos de firmas reconocidas (Gucci, Prada, Ralph Lauren, Louboutin, Balenciaga o Stella McCartney, entre otros).




6 comentarios:

  1. Bien, al menos caras guapas creo que se ven.

    Salud Trecce.

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  2. No conocía esta película pero, según cuentas, valgo poco o valga mucho, tiene que estar entretenida

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    Respuestas
    1. Es divertida, José Luis, lo que ocurre es que da pena que se han quedado en el humor grueso y poco imaginativo.

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