En Osa de la Vega (Cuenca), el 21 de agosto de 1910, próxima a avecinarse la noche, camino de Tresjuncos, fue visto por última vez José María Grimaldos López (Guillermo Montesinos), conocido como "El Cepa". Nada volvió a saberse del pastor, pero inmediatamente, surgió una versión chismosa que aseguraba que El Cepa había sido asesinado para robarle los pocos duros que portaba producto de la venta de unas ovejas.
El bulo fue creciendo y más a partir de que la madre de José María denunció su desaparición, asegurando que dos compañeros de su hijo, Gregorio (Daniel Dicenta) y León (José Manuel Cervino), habían asesinado a su hijo.
El primer intento de juicio, fue archivado por falta de pruebas y como tal, el expediente fue a dormir a los archivos del juzgado. Pero años después, llegó a Belmonte el juez Isasa (Héctor Alterio), un tipo con ínfulas que desempolvó el expediente y animado por el cacique y diputado de la zona, se propuso esclarecer lo que, según él, su antecesor había sido incapaz de resolver.
Los dos sospechosos fueron detenidos y llevados a las mazmorras de los juzgados de Belmonte y mediante procedimientos que el juez se negó siempre a conocer, infligidos por un sádico sargento de la Guardia Civil, los detenidos se confesaron autores de un crimen que no habían cometido. Ocurre que sus versiones no eran concordantes, para acabar con sus sufrimientos, se habían inventado de todo, desde que habían quemado el cadáver, hasta que lo habían enterrado en el cementerio, pero el cuerpo seguía sin aparecer y los métodos inquisitoriales de interrogatorio, continuaban, hasta que lograron poner de acuerdo a ambos reos.
La vinculación con la literatura de este film, sigue el camino inverso al habitual, Dolores Salvador Maldonado publicó el libro "El crimen de Cuenca", basándose en el guión de la película que ella misma, junto a la directora del film, Pilar Miró, había escrito. La obra de Salvador Maldonado, fue publicada por Argos Vergara en 1980, un año después de terminada la película que aún no había sido estrenada, porque un ministro cobarde de UCD (Ricardo de la Cierva, creo que fue), se acojonó y secuestró los negativos prohibiendo su exhibición, estábamos ante la primera obra censurada durante la democracia. Se argumentó que en ella se difamaba a la Guardia Civil y Pilar Miró hubo de afrontar un juicio ante un tribunal militar.
Pilar Miró cuenta la historia con brillantez, sin buscar el morbo en las escenas que muestran el calvario de los dos encausados, lejos de los argumentos gore, pero rodadas con tal verismo que hacen que resulten mucho más cruentas precisamente porque resultan verosímiles.
Bien ambientada, con magníficas interpretaciones y una buena partitura de Antón García Abril, la película va más allá de la aparente crítica a los métodos sanguinarios de los torturadores, es un retrato de lo más oscuro de aquella España analfabeta y doblegada al mangoneo de los poderosos, con una tetrarquía (juez, cura y cacique) que posa su bota sobre la cerviz del humilde para tenerle bien sujeto, haciendo que se vuelva contra los de su condición reclamando sangre.
La injusticia de la Justicia puede ser terrible cuando se apodera de un inocente al que quiere colgar el sambenito, pues no hay escapatoria. No es el crimen de un pastor corto de entendederas que desaparece sin dejar rastro y cuando se entera de que sus dos compañeros están en presidio no dice nada, sino de un juez que pretende juzgar lo injuzgable y de los métodos que se utilizaron para arrancar una verdad que era una mentira.
Historia basada en hechos reales, dura donde las haya en la que dos hombres que eran amigos (y que lo volverán a ser al cabo del tiempo), acaban enfrentados por culpa de la humillación y el sufrimiento de procedimientos indebidos, utilizados por quienes no ven en los humildes personas, sino seres embrutecidos e incultos, presuntos culpables.
Cómo difumina el tiempo la memoria. Cuando he leído el título de la entrada pensé que se refería a ese cabroncete que mato a dos mujeres hace unos meses.
ResponderEliminarEstos eran bastante más normales que ese mal bicho del que hablas y salieron peor parados.
EliminarEn su día esta película me impacto bastante. Sería por la edad.
ResponderEliminarSalud amigo.
Es dura.
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