miércoles, 27 de enero de 2016

EL EXPRESO DE MEDIANOCHE

Billy Hayes (Brad Davis), un joven norteamericano que está de viaje turístico en Turquía junto a su novia Susan (Irene Miracle), aprovecha el viaje para adquirir dos kilos de hachís, según él, para venderle a sus amigos. Ha elegido el peor momento para pasar los controles aduaneros, pues las medidas de seguridad se han incrementado debido al peligro de atentados terroristas y Hayes es descubierto en el aeropuerto de Estambul cuando se disponía a embarcar.
Detenido por la policía, es internado en una prisión donde las condiciones de vida son muy duras y el trato que dispensan los carceleros a los presos es brutal.
Sometido a juicio, Hayes es condenado a cuatro años de prisión. Su abogado insiste en que ha sido una sentencia bastante favorable, pero que el fiscal la ha recurrido y está pendiente de ser ratificada por el tribunal central de Ankara, algo que se produce poco tiempo antes de que se cumplan los cuatro años, cuando los jueces del tribunal de apelación ordenan que se repita el juicio y solicitan una sentencia de cadena perpetua que, al final, quedará en 30 años de reclusión.
Billy se desmorona ante aquella situación y pronuncia un duro alegato durante el juicio, no exento de insultos hacia los tribunales y el pueblo turco en general, a los que tacha de cerdos. A partir de aquel momento, su obsesión será la de fugarse del penal, único medio que considera que le permitirá salir de allí con vida.


Basada en la novela homónima del propio Billy Hayes que había escrito en colaboración con el escritor y periodista William Hoffner.
El guión es de Oliver Stone y fue premiado con el Oscar de la Academia de Hollywood, igual que la banda sonora, realizada por Giorgio Moroder.


El film, igual que ocurre en la novela, incluye escenas que nada tienen que ver con la realidad de lo acontecido, es decir, Hayes había novelado su propia historia, exagerando lo que le pareció y cambiando el sentido de algunas cosas, incluso tergiversando otras, de hecho, en 2007, hizo las siguientes declaraciones: "No escribí ni dirigí la película, pero debo aceptar mi parte de responsabilidad por el daño que ha causado. El retrato de la prisión y de los turcos no era exacto, y quedó la falsa impresión de que los turcos eran como los que aparecían en la película".


Independientemente de la veracidad mayor o menor de los acontecimientos que narra, el film está magníficamente realizado por Alan Parker, reflejando un ambiente duro y opresivo que acaba con la voluntad de los prisioneros, por medio de escenas de gran crudeza y alguna otra realmente conmovedora, todo ello envuelto en la magnífica partitura de Moroder y en las excelentes interpretaciones de Brad Davis, John Hurt, Paul Smith y el resto del reparto.




4 comentarios:

  1. Desconocía el asunto de la falta de veracidad de la película en los asuntos que comentas.
    Muy interesante.

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    Respuestas
    1. Su novia no viajaba con él cuando fue detenido.
      Lo que en la peli se entiende como una oferta de relación que le hace uno de sus compañeros de cautiverio y que el protagonista rechaza, al parecer en la realidad, fue una relación entre ambos (el otro era un sueco) que duró bastante tiempo.
      La fuga de la prisión no tiene nada que ver con cómo fue en realidad y, desde luego, Hayes no mató al odiado y brutal guardián.
      De esas cosas hay más, pero son anecdóticas si no se hacen pasar por verdaderas y la película, como tal, a mí me parece estupenda.

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  2. La he visto al menos dos o tres veces, y me gusta la película, aunque tiene escenas bastante duras y desagradables para los años que hace que se rodó.

    Salud Trecce.

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