viernes, 30 de noviembre de 2012

FAMA



 





























Como en los textos sagrados, muchos serán los llamados y pocos los elegidos. Eso es lo que vemos tantas veces en la vida, en nuestras carnes o en la de personas cercanas que buscan una salida en la vida o la realización de un anhelo. Y eso es lo que presenciamos en Fama, la llegada de un montón de jóvenes del más variado pelaje y de condición social humilde por regla general, que se presentan a las pruebas para ingresar en la prestigiosa New York's High School Of The Performing Arts, algo así somo la Escuela Superior de Artes Escénicas de Nueva York.
 
 
Para muchos de ellos será su única oportunidad en la vida de poder alcanzar una preparación de cierto nivel, es una escuela pública y no tienen medios económicos para pagarse una centro privado.
 
 
El film comienza de forma prometedora, con los aspirantes al ingreso en las diversas secciones durante las pruebas, lo que, al mismo tiempo, permite al realizador ir ofreciéndonos un retrato de las diversas personalidades y de los problemas del entorno, de quienes se van a convertir en protagonistas de la película.

 
A pesar del ritmo ágil, que evita el aburrimiento durante el visionado, creo que la peli decae algo a medida que avanza, es como si quisiera contar demasiadas cosas y se quedara en apuntes demasiado breves de alguna de ellas.

 
Creo que al planificar el film, decidieron hacer eso,  dar un apunte de los problemas planteados, de las cosas que les suceden en la misma escuela y dejar el devenir futuro a la imaginación del espectador, pero repito que, alguna de las subtramas, queda un poco cogida por los pelos, cuando podría haber dado algo más de sí.

 
De todas maneras, me parece que, en líneas generales, está bastante bien planteado, con una buena banda sonora y un número central, con los alumnos bailando en la calle, en pleno centro de Nueva York que es espectacular, como lo son algunas de las coreografías o de las canciones que se incluyen en la cinta.

 
Alan Parker se aleja de las convenciones y sabe narrarnos bastante bien las peripecias de los aspirantes a artistas en los diversos géneros que se enseñan en la escuela (actores, bailarines, músicos...). Y aprovecha para hablar de algunos temas que afectan a la sociedad en general y a los jóvenes en particular (homosexualidad, aborto, drogas, racismo, la lucha entre la música clásica y las nuevas tecnologías...). En este sentido, el film sigue vigente.

 
Es el sueño americano desde la óptica de los menos favorecidos, el reflejo de una época y también y sobre todo, el esfuerzo que les va a costar conseguir un minuto de gloria y el alto precio que van a tener que pagar por conseguirlo.

 
 
 

jueves, 29 de noviembre de 2012

GANDHI, EL NOBEL PERDIDO

Cuando en 2009 se le concedió el Nobel de la Paz a Barack Obama a título preventivo, se desató de nuevo una polémica que es recurrente a lo largo de la historia de estos premios. Aunque fue un flagrante caso de oportunismo político, no era el primero, incluso los ha habido peores.
Siempre que esta polémica en torno al Nobel de la Paz se reaviva, surge un nombre: Mahatma Gandhi.
Y es que si hay una persona que universalmente sea reconocida como el pacifista por excelencia, es el apóstol de la no violencia. Gandhi fue propuesto para el Nobel hasta en cuatro ocasiones. Siempre había razones (políticas y de conveniencia, claro) para no concedérselo. En 1948, la oficina del Nobel en Estocolmo, recibió un alubión de propuestas a favor de Gandhi, sin embargo el 30 de enero de 1948, con 78 años de edad, cuando se dirigía hacia el edificio de su oración diaria en Nueva Delhi, de entre la multitud salió un joven hindú, se inclinó hacia Gandhi y le disparó 3 veces acabando con su vida. Como quiera que el periodo para presentar candidaturas al Nobel no se había cerrado, según los estatutos que regulan la concesión del premio, Gandhi se quedaba sin ese galardón de manera definitiva.
Aunque hay muchas personas, sobre todo en otros campos (ciencias, literatura...) que se han quedado sin el premio teniendo merecimientos de sobra, este premio no concedido a Gandhi ha pesado siempre como una losa sobre la credibilidad de quienes lo conceden, tienen tan mala conciencia que incluso la propia organización del Nobel tiene publicada una especie de reconocimiento de su error en forma de documento, titulado "Mahatma Gandhi, el galardonado perdido". Aquí puede consultarse en su edición original en inglés: Mahatma Gandhi, The Missing Laureate



miércoles, 28 de noviembre de 2012

QUADROPHENIA

Corre el año 1964 en Londres y Jimmy (Phil Daniels) pertenece a una banda de Mods, jóvenes impecables que se mueven en sus scooters italianas Vespa o Lambretta. Sus disputas con los rockers -que visten de cuero y llevan grandes motocicletas-, son continuas.
Harto de sus padres y de un trabajo sin futuro en una empresa de publicidad, Jimmy solo encuentra una vía de escape a sus problemas junto a sus amigos de la banda: Dave (Mark Wingett), Chalky (Philip Davis) y Spider (Gary Shail). A esto hay que sumar que uno de los supuestos rivales rockers es su viejo amigo de la infancia, Kevin (Ray Winstone). Un puente de tres días proporciona la excusa a ambos bandos para librar una violenta batalla en la ciudad costera de Brighton.



Antes de la llegada del fenómeno hippie, en algunos lugares, sobre todo del sur de Gran Bretaña, se generalizó este tipo de cultura juvenil, con un punto de narcisismo alimentado con anfetaminas y su odio a los llamados rockers. Por cierto que quiero agradecer a Jon Nieve que me ilustrara con algunos datos sobre el movimiento mod.


La película tiene dos atractivos principales. Uno de ellos es la banda sonora, independientemente de gustos, lo que está claro es que The Who es una referencia en la música que podríamos llamar moderna y el film no es sino la puesta en imágenes del trabajo que el grupo publicó unos años antes.


El otro es el valor de documento. El film en muchos momentos es una especie de documental, aunque es cierto que habla de otras cosas y no sólo del enfrentamiento entre mods y rockers, sino de la eterna rebeldía de la juventud ante la realidad social que le toca vivir, su inconformismo y también los problemas que plantea ese contrapunto obligado a la independencia que uno reclama, como es la obligación de tener que tomar decisiones.


Para los coleccionistas de anécdotas, en este film podemos ver a un joven Sting en el papel de Ace Face, que coindice en el furgón policial con el protagonista cuando ambos son detenidos.
Aquellos chicos de la gabardina verde, hoy, ya lejos de sus años juveniles, cuando surge el tema, todavía dicen, con un deje de orgullo cargado de nostalgia, aquello de "yo estuve en Brighton".




martes, 27 de noviembre de 2012

EL VUELO DE SUPERMAN

A pesar de que ya va teniendo una edad, el que pasa por ser el más mítico de los superhéroes de la ficción moderna, se conserva joven y con una enviadable forma física.
En aquellos lejanos años 30 del pasado siglo, cuando el estadounidense Jerry Siegel y el canadiense Joe Shuster crearon su personaje, lo concibieron como una persona más o menos normal, pero con algunas de las cualidades que podamos tener el común de los mortales muy desarrolladas. Así Clark Kent, corría a una velocidad endiablada, tenía una fuerza descomunal o saltaba de un edificio a otro con la potencia de un canguro.
Estos saltos, que quedaban muy bien en el cómic o en los seriales radiofónicos que le siguieron, al parecer no quedaban tan plásticos en las películas y menos con los medios limitados de que entonces disponían y decidieron dotarle de una nueva habilidad, de buenas a primeras sus saltos se convirtieron en estilizados vuelos y todos recordamos el paseíto romántico que le da a Lois Lane en la peli de Richard Donner.
Lo cierto es que antes y después de soltarse a volar, Superman fue dotado de nuevas habilidades que al principio no tenía, como la visión de rayos X, adquiriendo la vestimenta con la que ahora le conocemos, o rodeándose de nuevos personajes.
Claro que si creemos a Sheldon, fan empedernido de Superman como el resto de personajes de Bing Bang Theory, el vuelo de Superman es una capacidad que obtuvo de la exposición al sol amarillo de la Tierra.



lunes, 26 de noviembre de 2012

ALL THAT JAZZ (EMPIEZA EL ESPECTÁCULO)

Joe Gideon (Roy Scheider), director de cine y coreógrafo que se dedica a montar espectáculos teatrales, vive obsesionado por su trabajo para el que necesita más horas que el día tiene.
Fumador empedernido, adicto a las pastillas, bebedor, mujeriego... su vida familiar es un desastre, su mujer no vive con él, harta de sus continuos engaños y su hija adolescente, que le admira, se las ve y se las desea para estar con su padre y nunca lo que ella desearía. Tiene una amante con la que vive y a la que también engaña, pues aprovecha cualquier ocasión para meterse en la cama con la primera jovencita que se le pone a tiro. Este ritmo de vida, sus adicciones y el poco cuidado que presta a su salud, le provocan un ataque cardiaco. Mientras Gideon se debate entre la vida y la muerte, nosotros acudimos, de su mano, a un repaso por algunos de los momentos que han marcado los éxitos y fracasos de su vida.



Personal y original película de Bob Fosse, que nos habla de experiencias personales a través de su alter ego, el protagonista del film.
El asunto no es nuevo, otros directores han plasmado en el celuloide algunos aspectos de su vida o las reflexiones que les provocan, pero Fosse lo hace a través de un espléndido musical. Con un Roy Scheider que interpreta muy bien su papel y rodeado de un elenco de actores que conocen muy bien el medio que pretenden retratar.
Señalar la actuación de Jessica Lange, muy guapa y muy bien retratada, interpretando a la dama blanca de la muerte.


La banda sonora, el montaje y la fotografía, son elementos destacables de la peli, con una magnífica dirección de actores, no en vano Fosse era bailarín y coreógrafo y sabía perfectamente de qué estaba hablando.


El film retrata de maravilla una especie de crepúsculo del musical clásico, introduciendo muchos toques de modernidad. Todo lo que se vive entre las bambalinas de este mundo que, a veces, tanto pide a cambio de tan poco, con ese personaje central egomaniaco e histriónico pero que se nos hace encantador.



viernes, 23 de noviembre de 2012

ERATÓSTENES

Científico, matemático, filósofo y escritor, había nacido en la ciudad griega de Cirene, en lo que actualmente es territorio libio y fue el tercer bibliotecario de la legendaria Biblioteca de Alejandría.
Se cuenta que leyendo alguno de los documentos que se guardaban en este centro del saber, Eratóstenes tuvo noticia de que en una ciudad llamada Siena (la actual Asuán, en Egipto), el día del solsticio de verano, al mediodía, el sol entraba de manera totalmente perpendicular en un profundo pozo existente en este lugar, de manera que sus rayos se reflejaban en el agua del fondo. Eratóstenes quedó perplejo, pues un fenómeno así no ocurría en Alejandría, situada unos kilómetros más al norte, pues allí, a esa hora del mismo día, los objetos y edificios proyectaban algo de sombra.
En aquella época se daba por hecho que el sol estaba tan lejos de nuestro planeta que sus rayos llegaban de forma paralela a todos los puntos de la Tierra y, en teoría, así debería ser si la tierra fuera plana. La única explicación de que al mismo tiempo el Sol cayera sobre Siena en forma vertical, y sobre Alejandría en ángulo, es que el suelo en Siena fuera perpendicular a los rayos solares, y en Alejandría no lo fuera. Y para eso, debía ser cierto que la Tierra era una esfera, una superficie curva, y no plana.
Eratóstenes puso en práctica sus conocimientos matemáticos y, según algunos relatos, lo hizo plantando dos estacas, una en Alejandría y otra en Siena y midiendo los ángulos de sus sombras. Con esas medidas y la distancia lineal entre Siena y Alejandría, podría estimar el radio de la Tierra mediante la aplicación de una serie de fórmulas. Se supone que Eratóstenes consultó la distancia entre ambas ciudades en alguno de los documentos de la Biblioteca de Alejandría, pero también pudo ser que usara referencias que le proporcionaran las caravanas de la época y menos probable, aunque más épico, lo que refieren algunos, que hizo caminar a un esclavo entre ambos lugares para conocer la distancia. Fuera como fuese, estamos en una época en que las medidas eran relativas y sujetas a muchos errores, por lo que lo realmente sorprendente de todos estos estudios del sabio griego es la precisión con la que logró calcular el radio de la circunferencia terrestre. La unidad que empleó fue el estadio y si tenemos en cuenta el estadio griego, la diferencia entre la cifra que calculó Erastóstenes y la que ahora conocemos es menor al 17%, pero si aplicamos el estadio egipcio, el error es menor al 1%, un cálculo tan exacto que no fue igualado sino hasta las grandes expediciones geodésicas del siglo XVIII, hechas éstas, por supuesto, con instrumentos mucho más sofisticados.
A Eratóstenes también le debemos otros fantásticos trabajos, como la estimación de la distancia de la Tierra al Sol y a la Luna, la invención de la esfera armilar, o la famosa “Criba de Eratóstenes”, un algoritmo matemático capaz de darnos todos los números primos menores que un numero natural dado.
Eratóstenes murió en Alejandría, el año 194 a.C., a la edad de 82 años.


jueves, 22 de noviembre de 2012

HAIR

Claude Hooper Bukowski (John Savage) un chico de Oklahoma, viaja a Nueva York para alistarse en el ejército con destino a la Guerra de Vietnam. Allí se encuentra con un grupo de hippies, liderados por George Berger (Treat Williams) que deambulan por Central Park. Claude queda prendado de una joven de familia bien, llamada Sheila Franklin (Beverly D'Angelo) que cabalga por el parque junto a unas amigas.
Durante unos días, el joven se acercará a la cultura hippie de la mano de sus nuevos amigos. A pesar de la influencia del grupo que trata de disuadirle, Claude se alista en el ejército y realiza un duro periodo de entrenamiento militar en una base de Nevada. Enterados sus amigos de que puede partir pronto hacia Vietnam, organizan un largo viaje desde Nueva York para verlo.



El film se basa en un musical que se representaba en Broadway y que había sido escrito por Gerome Ragni y James Rado.


Dirigida por Milos Forman, es un musical totalmente irreverente, con un mensaje que va mucho más allá del aparente ir y venir de un grupo de jóvenes que cantan y bailan. Es toda una parábola sobre las contradicciones del mundo moderno que, a pesar de todos los avances, sigue embarcado en conflictos que hacen difícil, cuando no imposible, la convivencia entre razas y culturas.


Con algunas canciones inolvidables ("Aquarius", "Good morning starshine", "Let the sunshine in"...), "Hair", sobre todo en su versión teatral, rompió muchas de las convenciones de la sociedad de la época, originando una gran conversia desde su estreno. Asuntos como el desnudo de los actores, las palabras malsonantes, las drogas. En el Reino Unido, la polémica generada en torno al musical, significó el fin de la censura en los escenarios teatrales del pais.


Mis momentos preferidos son la escena del principio en el parque, al son de "Aquarius", con los caballos de la policía moviéndose al ritmo de la música, que siempre me pareció muy divertida y la gran escena del final, con "Let the sunshine in" sonando y una multitud de jóvenes dirigiéndose a la Casa Blanca, clamando ante los detentadores del poder para que dejen salir el sol.




martes, 20 de noviembre de 2012

VULCANO

En el siglo XIX, la conocida teoría newtoniana de la gravitación universal, era aceptada por todo el mundo. Con una sencilla y (desde el punto de vista matemático) elegante fórmula, Newton había proporcionado una herramienta importantísima para explicar el movimiento de los planetas que demostraba su éxito con cuerpos más pequeños como asteroides y planetas. La teoría parecía perfecta, pero fallaba, entre otros con el planeta Mercurio.
Como a los científicos les resultaba muy difícil renunciar a una teoría que explicaba tan bien el movimiento de los astros, decidieron que el problema de la desviación de la órbita de Mercurio con respecto al Sol se debía a la presencia de otro planeta que no había sido dectectado y que influía en la órbita de Mercurio. Además, el astrónomo francés Le Verrier, había predicho la existencia de un planeta desconocido, basándose en las irregularidades de la órbita de Urano y sus cálculos permitieron localizar el planeta Neptuno. La suma del enorme prestigio de Le Verrier, el éxito del descubrimiento de Neptuno y la absoluta confianza en la ley de Newton motivaron a muchos astrónomos para intentar la muy difícil tarea de encontrar ese cuerpo. Había una auténtica obsesión, incluso de simples aficionados, por hallar el nuevo planeta. Incluso se propuso un nombre, Vulcano, que parecía apropiado dada la cercanía al Sol y la alta temperatura que sufriría. Pero encontrar un objeto tan pequeño y tan cerca del Sol estaba en los límites de lo que podía localizar la tecnología de entonces. Aún así hubo quien lo intento y creyó conseguirlo. Edmond Lescarbault, un astrónomo aficionado, afirmó haberlo encontrado y Le Verrier dio crédito a ese descubrimiento. De hecho, murió con esta creencia.
El problema es que otros astrónomos más prestigiosos y con mejor instrumental no conseguían encontrarlo. Y, por otro lado, seguía sin haber una explicación adecuada a los movimientos de Mercurio. El misterio continuó durante medio siglo más hasta que Einstein formuló su teoría general de la relatividad. Su nueva interpretación de la gravedad implicaba ligeros cambios en la órbita calculada que encajaban exactamente con los movimientos de Mercurio. Para los otros planetas eran cambios demasiado pequeños y no habían sido detectados.
Así quedó la cosa, hasta que llegó Star Trek y recuperó ese planeta que ya había sido olvidado. Pero esa historia es de otra dimensión.



lunes, 19 de noviembre de 2012

EL ÚLTIMO VALS

Película documental alrededor del concierto de despedida del mítico grupo canadiense The Band.
Estrenada en 1978, alterna canciones del concierto de despedida y alguna grabada especialmente para el film y entrevistas o, más bien, conversaciones con los músicos que van desgranando a lo largo del metraje algunas anécdotas que les ocurrieron a lo largo de su carrera y que permiten a Martin Scorsese, trazar un lúcido retrato sobre las personalidades de estos personajes con apenas cuatro pinceladas.
Rick Danko, Levon Helm, Garth Hudson, Richard Manuel y Robbie Robertson, eran los componentes de The Band que nos acercan, de manera sutil, por medio de esos pequeños apuntes que apenas pueden llamarse entrevistas a las miserias y los éxitos que rodean a un artista.



El grupo comenzó su andadura allá en 1959, alrededor de la figura del cantante Ronnie Hawkins, al que se conocía como "El halcón", por eso la formación adoptó el nombre de The Hawks.
En 1965, Bob Dylan los contrató para que le acompañaran en sus actuaciones.


El grupo va intercalando canciones propias y acompañamientos a otros artista, desfilando por el escenario un buen elenco de ellos, figuras como Eric Clapton, Muddy Waters, Neil Diamond, Dr. John, Van Morrison (cantando una soberbia versión de "Caravan") o Bob Dylan, cuya presencia en el concierto de despedida, tiene una pequeña historia, ya que aunque el grupo había tocado con él y debería haber sido el primero en interesarse por participar, mostró sus reticencias por cuestiones un tanto egoistas (ya saben, cosas de artistas que diría el otro), aunque al final, después de haber asegurado que interpretaría un tema y nada más, algo debió tocar su corazoncito, quizá la emoción del momento y tras interpretar con el grup "Forever young", se lanzó con una portentosa interpretación de "Baby Let Me Follow You Down".
Desde luego, ver a dos gruñones como Van Morrison y Dylan compartiendo micrófono, es uno de los alicientes del film.
Por cierto, que Scorsese hizo la peli totalmente gratis.


El film, además, es el testimonio de una época, de una forma de hacer una música que supo aunar en el rok n'roll influencias del country, el jazz o el blues, con aquellas vestimentas un tanto horteras y el humo de los cigarrillos y las bebidas circulando por el escenario.




sábado, 17 de noviembre de 2012

EL PUENTE DE STIRLING

Si el otro día hablábamos de la prepotencia y chulería de los caballeros franceses en el sitio de Nicópolis, hoy traigo un asunto cuyo resultado, esta vez para las tropas inglesas, raya en la estupidez por parte de su comandate en jefe, John de Warrenne, conde de Surrey, quien había sido nombrado gobernador de Escocia por el rey Eduardo I.
Con el saqueo de Berwick, en marzo de 1296, podemos decir que empieza oficialmente la ocupación de Escocia por su vecino del sur, pero las cosas no habían hecho sino empezar en un conflicto que se extendería a lo largo de casi tres décadas. Para los ingleses aquello iba a ser un paseo militar y no menos optimista era el conde de Surrey que pensando que se las habría de ver con un hatajo de de salvajes que pelearían poco y se desbandarían, hizo avanzar a su ejército sin enviar exploradores por delante, al encuentro del comandante escocés, el después famoso William Wallace.
En su camino, Warrenne debía cruzar el río Forth, sobre el que discurría un puente de madera, por el que su caballería únicamente podría cruzar de dos en dos. Era el 11 de septiembre de 1297 y el inexperto conde de Surrey se empeñó en cruzar por allí, haciendo caso omiso a las indicaciones de soldados más veteranos y experimentados, como sir Ralph Lundy, que indicaron que no muy lejos había un vado totalmente seguro por el que podían pasar hasta treinta jinetes a la vez. Lo que tampoco sabía Warrenne era que al otro lado esperaban los escoceses, que se armaron de paciencia y contemplaron cómo el enemigo franqueaba el río a paso de tortuga, hasta que, cuando algo menos de la mitad había alcanzado la otra orilla, lanzaron un ataque en toda regla masacrando a los caballeros ingleses, que para colmo de males se veían dificultados a la hora de maniobrar, ya que la zona en la que acababa el puente era un terreno semipantanoso. El de Surrey, viendo que su ejército había quedado divido en dos y que a los que estaban al otro lado les estaban haciendo papilla, mandó que cruzaran más tropas al tiempo que los escoceses empujaban a los ingleses que habían alcanzado la otra orilla hacía el puente. El resultado fue que el puente se hundió llevándose a unos cuantos ingleses río abajo y completando una auténtica escabechina.
Tras esta victoria, William Wallace y sir Andrew Murray, fueron nombrados lores protectores de Escocia. Se adentraron en territorio Inglés y llegaron a Newcastle hasta que fueron derrotados, al año siguiente, por Eduardo I en la batalla de Falkrik, en la que los nobles escoceses traicionaron a Wallace.
 
 

viernes, 16 de noviembre de 2012

NEW YORK, NEW YORK

Japón ha firmado el armisticio y la II Guerra Mundial toca a su fin. La gente está exultante y Nueva York se convierte en el crisol que representa la alegría de todos los puntos de los EE.UU.
En este ambiente festivo, con los ciudadanos echados a la calle o llenando las salas de fiesta en busca de celebración, encontramos a Jimmy Doyle (Robert De Niro), un tipo que ha estado en el ejército y que ahora trata de reincorporarse a la vida civil, es músico, toca el saxofón y busca una orquesta donde poder expresar su arte y que le proporcione un medio de vida.
Su encuentro con Francine Evans (Liza Minnelli), no es precisamente afortunado, parece que sus caracteres no concuerdan, sin embargo, la casualida hace que se vuelvan a reunir más adelante, incluso compartiendo escenario.
Las personalidades divergentes, el éxito que no sonrie a ambos por igual, su prioridad por sus respectivas carreras profesionales, el hijo que van a tener en común... Estas y algunas otras razones, convierten su matrimonio en un callejón sin salida, acabarán cada uno por su lado y el éxito sonreirá a cada cual desde el momento en que deciden separar sus vidas.

 
Hay quien presenta esta película como un homenaje a los musicales de los 40 y 50, yo creo que más que a los musicales, el film homenajea a la música norteamericana de aquellos años, más concretamente a las pequeñas orquestas que recorrían el vasto país y entretenían a sus gentes en salas de fiesta y pequeños teatros. Y sobre todo es un homenaje al jazz de aquella época. Como sin querer, el recorrido que hace Scorsese por el jazz de ambas décadas se convierte en una completa antología.

 
El guión es una historia de desencuentros, con un personaje, el de Jimmy Doyle, de los más antipáticos que he podido ver nunca en una pantalla, parece un enfermo, pero no del cerebro, del mismo alma, un maltratador en potencia, egoísta, con tremendas dificultades de relación y que trata al resto del mundo con absoluto menosprecio, como si estuviera en guerra preventiva con la humanidad entera.

 
Magnífico el lenguaje visual, con una fotografía muy cuidada y algunas escenas que me han gustado sobremanera por la forma de contarlas a golpe de cámara, sin un sólo diálogo: Los desplazamientos por carretera de la banda, que se nos cuentan a base de enfoques a las ruedas del autobús o a las rayas de la carretera; el fracaso paulatino de Jimmy cuando su esposa se va a Nueva York para pasar un embarazo tranquilo, que Scorsese nos narra ofreciéndonos imágenes de las salas donde actua la orquesta, primero varias parejas deambulan por la pista, en la siguiente tres o cuatro y, por fin, aparece un cartel que anuncia la próxima actuación y cruzándolo el letrero de "cancelado". Y, sobre todas, la escena final, el desencuentro definitivo entre la pareja: De Niro esperando en la calle, Liza yendo a su encuentro y dándose la vuelta para pulsar el botón del ascensor que la devolverá a sus aposentos y él, en la calle, entendiendo que ella no vendrá, con una sonrisa entre irónica, resignada, comprensiva y, casi, cómplice. 
 
 
De todas maneras, para mí, la película es, además de jazz, la actuación soberbia de Liza Minnelli y la canción que ha pasado a la historia y se ha convertido en el himno oficioso de la ciudad, interpretada por Liza de manera sublime en una de las mejores escenas del film.

 
 
 

jueves, 15 de noviembre de 2012

EL DESASTRE DE NICÓPOLIS



A finales del siglo XIV, la expansión del imperio otomano estaba en pleno auge, amenazando las fronteras de los paises europeos. Ante la más que fundada amenaza que significaba el avance de las tropas del sultán Bayaceto, Segismundo de Hungría pidió ayuda al resto de monarcas cristianos en lo que se considera como la última cruzada, pero esta vez en territorio europeo.
Un conglomerado de tropas de varios paises que habían respondido a la llamada de auxilio se concentró en torno a Nicópolis, importante plaza fuerte a orillas del Danubio que había sido tomada por los otomanos.
Segismundo ya había desaconsejado que las tropas cristianas llegaran hasta allí, ya que opinaba que la incursión en terreno búlgaro, forzaría a servios y búlgaros a intervenir a favor de los turcos. Pero fue desoído, y la expedición partió hacia Nicópolis. El caso es que allí estaban, a las puertas de la ciudad, sin ningún apoyo de asedio ni nada que se le pareciese. Para chulos ellos y estaban convencidos de que con su fe irreductible tomarían la ciudad a base de "echarse p'alante". Pero resultó que una y otra vez, tan pronto llegaban arriba de la muralla, besaban de nuevo el suelo. Y como a cabezazos tampoco habrían brecha, dieron la posibilidad al sultán Bayaceto de acudir a la zona, escoger el mejor terreno y montar su estrategia.
Las tropas cristianas, ante la llegada del ejército otomano, quisieron echarse encima del infiel, y planificaron un ataque frontal. El sufrido Segismundo, de nuevo aconseja una táctica prudente y conocedor como era de la forma de combatir del enemigo que ponía en primera línea a tropas de los paises ocupados, normalmente soldados inexpertos, pura carne de cañón, para que detuviesen las primeras acometidas del oponente y permitieran después entrar en combate a tropas veteranas y leales. Así que Segismundo propuso poner en vanguardia a tropas de Valaquia y de Transilvania, pues en absoluto confiaba en ellas y así serían empujadas a la batalla por los flancos de la caballería pesada cruzada y por la retaguardia húngara.
Era una estupenda idea, pero los franceses decidieron ignorarla. El condestable d'Eu dijo: "Ocuparnos en la retaguardia es un deshonor y nos expondría al desprecio de todos". Además, consideraría como un insulto personal que él, todo un condestable, fuera precedido por otra persona.
Y así ocurrió lo que tenía que ocurrir, el día 25 de septiembre de 1396, el condestable lanzó a sus tropas a una carga cerrada apenas vio al enemigo turco. Batieron sin problemas a la primera fila de infantes otomanos, sólo para encontrarse con un muro de estacas, que servían de parapeto a los arqueros otomanos. Los caballeros franceses, acorralados, fueron acribillados a flechazos. La caballería ligera turca los rodeó, y aquello pasó de batalla a masacre. Cuando llegaron los húngaros a la batalla, fueron alegremente saludados por las tropas vasallas de los otomanos, los serbios, y rodeados por el resto de la caballería. Ante la imposibilidad de triunfo emprendieron una huida desordenada. Miles de cristianos fueron apresados en el campo de batalla, Segismundo logró huir por el Danubio en una barca.
Las consecuencias de esta derrota fueron enormes. La cristiandad no volvería a reunir a ninguna cruzada para liberar los lugares sagrados, ahora la lucha se había trasladado definitivamente a Europa, quedando los turcos a las puertas de Hungría, que durante siglos estuvo batallando y Constantinopla quedó definitivamente aislada como una ciudad estado. Los musulmanes se quedarían en los Balcanes amenazando el resto de Europa central durante más de cinco siglos.



miércoles, 14 de noviembre de 2012

FIEBRE DEL SÁBADO NOCHE

Tony Manero (John Travolta) es un joven de Brooklyn (New York city) que trabaja en una tienda de pinturas y uno de cuyos alicientes en la vida es disfrutar las noches de los sábados en la discoteca donde, además de bailar, poniendo en práctica una de sus grandes aficiones, se siente como una persona reconocida.
Allí es el rey de la pista, las chicas le adoran y sus amigos se sienten orgullosos de él, dispuestos a seguirle donde les lleve.
La vida del joven, sin embargo, no está exenta de conflictos, en casa de su familia las noches van de pelea en pelea, con su madre quien parece solo enorgullecerse de su otro hijo, y su padre un tipo desempleado que se pasa los días en plan gruñón.
Los sueños de Tony siempre giran en torno al baile, disfrutando como ninguno cuando está en la pista, una noche conoce a Stephanie (Karen Lynn Gorney) por quien se siente cautivado por su habilidad para bailar, viendo en ella la mejor pareja que podría tener para el esperado concurso de baile.


Con una dirección desigual, que da la impresión de que, en ocasiones, acaba las escenas de cualquier manera, algo que se nota también en las coreografías.


Actuaciones a las que parece que también les falta algo de chispa, quedándose todos a la sombra de Travolta, alrededor de cuya figura gira todo el film y que con su presencia parece llenarlo todo, incluso los vacios que el resto del film nos deja.


La película está concebida como algo más que un simple musical, sin embargo esa parte de estudio psicosocial de la juventud de la época y de la sociedad que les rodea, tampoco profundiza demasiado, pasando por algunos asuntos como sin pena ni gloria.


Así los problemas y discusiones que plantea, las drogas, el aborto, el paro, las diferencias generacionales, los conflictos raciales..., quedan apenas esbozados algunos de ellos y otros tratados de manera liviana.


Al final las sensaciones que nos quedan son las de estar ante un film con una banda sonora archifamosa (las canciones de los Bee Gees, perduran a lo largo de los años), una actuación del protagonista en su línea, encarnando al presumido chuleta que se nos torna encantador por la sencillez y honestidad que demuestra. Un clásico (con salvedades), con unas canciones muy pegadizas, algunos bailes que no están mal y un planteamiento de los dramas y frustaciones juveniles que se queda a medio camino, con el carisma de John Travolta que, este sí, además de sus dotes para el baile, logra una convincente actuación dramática.