Ya sé (y me apunto a ella) de la prevención que este tipo de obras despiertan en el lector y antes en el potencial comprador, enseguida pensamos, atinadamente, que están escritas para hacer caja al rebufo del éxito de un personaje o un programa en la caja tonta, sólo con aparecer ahí, ya vendes y es lógico que de inmediato pensemos en la revista AR (ya saben, Ana Rosa), o en La cocina de Manolita y Marcelino, o sea, las recetas de Amar en tiempos revueltos. Todo esto es tan viejo como la misma televisión, o más. Y si encima enseñan el plumero editándolo en noviembre, a dos días vista de la Navidad, pues eso… Dicho esto y más cosas que me callo, pero que darían más pistas, si estas fueran pocas, vamos a lo que vamos.
Quien conozca la Historia de España, nada va a aprender aquí, pero sí quien no la conozca, o quien la domine a nivel de usuario, como la informática de los currículum y en un país donde la gente tampoco es que lea tanto, no está mal que a través de estas publicaciones, digamos populares, alguien se anime a tener entre sus manos un libro, sin temor a contraer alguna enfermedad rara. Sólo por eso, mi aplauso, si encima, alguno de los lectores descubre que por España pasaron los romanos, los godos o que unos catalanes llamados Almogávares, anduvieron repartiendo mamporros, en buena lid, por lugares tan evocadores como los ducados de Atenas y Neopatria, pues ya ha valido de algo.
Quien más, quien menos, tendrá su idea de cuál es el pie del que cojea el Sr. Buenafuente y, por ende, los autores del libro, siete concretamente, citados en la solapa del libro, pero sí adelanto que es de agradecer el esfuerzo que hacen por no herir demasiado ciertas susceptibilidades, sobre todo al tratar capítulos de las etapas más cercanas. Si le dan escobazos a Aznar, sueltan alguno para ZP; si critican el franquismo, el capítulo dedicado a la II República lleva como subtítulo Manual práctico para hacerlo todo al revés. De si los cachetes son más fuertes para unos que para otros, eso ya va en opiniones.
Y hablando de opiniones, lo que tenga de diferente este libro con respecto a otros sobre el mismo tema, es eso, las opiniones que van dejando caer a lo largo de los episodios que han escogido, que no son, ni mucho menos todos (sería imposible, aún dedicándole dos líneas a cada uno) de los que conforman la historia patria.
El formato elegido no es lineal y así pasamos de Adriano a Al-Ándalus y de esta a La Armada Invencible, Los Borgia o Carlos III, sin solución de continuidad. Los capítulos se centran en algún personaje o acontecimiento que, en ocasiones, les da pie para extenderse algo (estamos hablando de entre dos y cuatro páginas por capítulo) sobre otros hechos que guarden algún tipo de relación con el que centra la atención de esas páginas concretas. Todo ello trufado de chistes, chascarrillos y ocurrencias, algunas veces muy logrados, la verdad y otras pues malillos, por dejarlo suave. Aparte de eso, la manera de pensar de cada cual, hará que alguna gracieta que a mí me haga tronchar de risa, a aquel otro, le hará subir la bilis hasta la campanilla.
El lector que no tenga un cierto conocimiento de historia, se perderá el sentido de algunos de los chistes que salpican las páginas del libro, algo que apreciará en su plenitud quien sí posea ese dominio, que tampoco ha de ser excesivo.
Si hemos hablado, al principio, de los contras del libro, he de señalar un pro que para mí tiene suma importancia: Los autores saben de Historia o, al menos, han tenido la decencia de informarse, me consta, porque quien en el capítulo dedicado al descubrimiento de América es capaz de puntualizar que Colón fue hacía las Indias con dos carabelas y una nao, demuestra la vergüenza de tener el mínimo de respeto exigible hacia el público que va a comprar y leer su obra.
La reseña se publicó, también, en HISLIBRIS.
Quien conozca la Historia de España, nada va a aprender aquí, pero sí quien no la conozca, o quien la domine a nivel de usuario, como la informática de los currículum y en un país donde la gente tampoco es que lea tanto, no está mal que a través de estas publicaciones, digamos populares, alguien se anime a tener entre sus manos un libro, sin temor a contraer alguna enfermedad rara. Sólo por eso, mi aplauso, si encima, alguno de los lectores descubre que por España pasaron los romanos, los godos o que unos catalanes llamados Almogávares, anduvieron repartiendo mamporros, en buena lid, por lugares tan evocadores como los ducados de Atenas y Neopatria, pues ya ha valido de algo.
Quien más, quien menos, tendrá su idea de cuál es el pie del que cojea el Sr. Buenafuente y, por ende, los autores del libro, siete concretamente, citados en la solapa del libro, pero sí adelanto que es de agradecer el esfuerzo que hacen por no herir demasiado ciertas susceptibilidades, sobre todo al tratar capítulos de las etapas más cercanas. Si le dan escobazos a Aznar, sueltan alguno para ZP; si critican el franquismo, el capítulo dedicado a la II República lleva como subtítulo Manual práctico para hacerlo todo al revés. De si los cachetes son más fuertes para unos que para otros, eso ya va en opiniones.
Y hablando de opiniones, lo que tenga de diferente este libro con respecto a otros sobre el mismo tema, es eso, las opiniones que van dejando caer a lo largo de los episodios que han escogido, que no son, ni mucho menos todos (sería imposible, aún dedicándole dos líneas a cada uno) de los que conforman la historia patria.
El formato elegido no es lineal y así pasamos de Adriano a Al-Ándalus y de esta a La Armada Invencible, Los Borgia o Carlos III, sin solución de continuidad. Los capítulos se centran en algún personaje o acontecimiento que, en ocasiones, les da pie para extenderse algo (estamos hablando de entre dos y cuatro páginas por capítulo) sobre otros hechos que guarden algún tipo de relación con el que centra la atención de esas páginas concretas. Todo ello trufado de chistes, chascarrillos y ocurrencias, algunas veces muy logrados, la verdad y otras pues malillos, por dejarlo suave. Aparte de eso, la manera de pensar de cada cual, hará que alguna gracieta que a mí me haga tronchar de risa, a aquel otro, le hará subir la bilis hasta la campanilla.
El lector que no tenga un cierto conocimiento de historia, se perderá el sentido de algunos de los chistes que salpican las páginas del libro, algo que apreciará en su plenitud quien sí posea ese dominio, que tampoco ha de ser excesivo.
Si hemos hablado, al principio, de los contras del libro, he de señalar un pro que para mí tiene suma importancia: Los autores saben de Historia o, al menos, han tenido la decencia de informarse, me consta, porque quien en el capítulo dedicado al descubrimiento de América es capaz de puntualizar que Colón fue hacía las Indias con dos carabelas y una nao, demuestra la vergüenza de tener el mínimo de respeto exigible hacia el público que va a comprar y leer su obra.
La reseña se publicó, también, en HISLIBRIS.
Buena entrada. Un saludo.
ResponderEliminarGracias, un saludo.
ResponderEliminarPor lo que comentas de Buenafuente está claro como bien dices que todo el mundo sabemos de que pie cojea, ahora, si te digo que yo suele ver bastante el programa y no sé si lo hará cara a la galería para ganar audiencia, pero lo cierto es que sobre todo en los monólogos le mete candela a todo Dios, y suele ser bastante imparcial y coherente. Saludos Trecce.
ResponderEliminarYo no cojo un libro desde hace muchos meses y no porque me valla a contagiar de algo..pero tienen unos precios que para que.
ResponderEliminarNo se como será realmente el libro de este hombre.. perdona pero ni en tv lo veo porque no me interesa su trabajo con que el libro como que no.. ya lo siento. Soy más de Andres Berlanga,Andres Sorel...
Eso si el post estupendo.
Saludos Trecce.
Rafa, no suelo ver el programa de Buenafuente (hubo un tiempo en que lo veía más), no me caen nada bien algunas cosas, pero he de reconocer que sus monólogos tienen gracia y son, seguramente, lo mejor del programa.
ResponderEliminarE.P.: De eso se trata, de dar mi opinión por si a alguien le viene bien, quizá no para leerlo, pero tal vez para algún regalo o simplemente por saberlo. A mí me lo regalaron y ya que lo he leído, pues eso, doy mi opinión, nunca está de más tener una pista de primera mano y que no venga de la editorial o de alguien interesado a favor o en contra.
ResponderEliminarLa historia, desde que dejó de contar los hechos tal como sucedieron, y trata de enjuiciarlos, a veces se presta a que cada uno vea las cosas un poco a su aire. El problema es saber que aspecto es el verdadero-.
ResponderEliminarSaludos cordiales
Una pista que para mí es muy válida, Trecce. Me has metido el gusanillo de leer este libro y lo compraré aprovechando los descuentos de estos días. Un abrazo.
ResponderEliminarBueno, sus monólogos se los elaboran los guionistas, por lo cual supongo que en el libro sólo pondrá la firma y su imagen en la portada.
ResponderEliminarJosé Luis, lo mejor, como bien sabes, es informarse un poco de aquí y de allá y en seguida saca uno sus conclusiones.
ResponderEliminarMeg, es entretenido y, a ratos, hasta divertido.
ResponderEliminarEl Último de Filipinas: Eso ya lo digo yo en la reseña: "...los autores del libro, siete concretamente, citados en la solapa del libro..."
ResponderEliminarLo que ocurre es que si ellos dan por bueno que se les nombre en el interior del libro y no en la portada, a cambio de que la taquilla engorde, no voy a ser yo quien les quite el gusto diciendo quienes son.
Gracias por el comentario y un saludo.
Decirle a E.P. que ahí están las espectaculares Bibliotecas Públicas. Con un simple carnet puedes sacar TRES libros completamente gratis, que ya pagamos los impuestos para ello. Un saludo Trecce
ResponderEliminarEstoy de acuerdo, Manuel, hay medios para leer sin gastar más que lo que ya nos cobran en impuestos, al menos hasta ahora.
ResponderEliminarSaludos.