sábado, 12 de febrero de 2011

LA BATALLA DE ARGEL

Si hay un tipo de cine controvertido y que se presta a opiniones encontradas, incluso a debates enconados que pueden acabar como el rosario de la aurora, es ese que se ha llamado cine de compromiso.
Ahí tenemos, por citar a alguien que está en el calendero, lo que ocurre en las épocas más recientes con los trabajos de Michael Moore. Se le ha llamado de todo, para bien y para mal, dependiendo de la manera de pensar de cada uno.
A ese tipo de peliculas responde esta "La batalla de Argel", del italiano Gillo Pontecorvo, realizada sobre la base de un guión de él mismo y de Franco Solinas y con dos apartados que hay que citar, uno por el nombre de quien lo encabeza, el musical, a cargo de Ennio Morricone y otro, la fotografía, por la importancia que cobra en la película y que lleva la firma de Marcello Gatti.



El film es una coproducción italo-argelina y, entre otros (aparte de varias nominaciones a los óscar), consiguió el León de Oro del festival de cine de Venecia en 1966.



La película obedece a un encargo del gobierno argelino, así que no podemos llamarnos a engaño sobre lo que vamos a ver, por más que Pontecorvo trata de conseguir cierta distancia sobre los acontecimientos narrados y ponerles un punto de neutralidad, lo cierto es que los argelinos son los buenos y los franceses los malos. Sin entrar en quién tuvo la razón o quien la tuvo más que el contrincante, esto es así, me refiero que así es como nos lo pinta la película. Supongo que el director lo veía así y supongo, también que si lo hubiera visto de una manera más equidistante, es probable que la película no se hubiera hecho, pues la pasta como queda dicho la ponían los argelinos.



Pontecorvo era comunista, un tipo convencido de su militancia y algo que no debe resultarnos extraño en un país como Italia que tuvo al partido comunista más fuerte de toda la Europa occidental y que jamás llegó a estar en el gobierno por el estrangulamiento al que le tenía sometido la democracia cristiana.
Sin embargo hay que señalar que en esta época, el director italiano, sin renunciar a sus convicciones, estaba un tanto decepcionado, sobre todo tras los sucesos de Hungría, cuando los intentos de renovación del partido comunista húngaro y del pueblo en general, fueron cortados de raíz por los tanques soviéticos.



Así pues, mucho que discutir sobre este apartado del film, en el que las diversas visiones del conflicto harían, seguramente, imposible acercar los puntos de vista divergentes, así que no voy a ahondar en este asunto, porque como ocurre en la mayoría de los conflictos, los contendientes tienen su poco de razón cada cual, pero cuando las cosas llegan a cierto punto, se enturbian de tal manera que no hay modo de reconciliar posturas y menos cuando hay muertos de por medio.



En lo puramente cinematográfico, la peli toma un formato de documental tan bien conseguido que Pontecorvo logra, a veces, que nos olvidemos de que estamos viendo una película y nos de la sensación de que son tomas en directo del conflicto.



Algo que no fue así, ya que el film se rodó varios años después de acabado el conflicto, sin embargo, la magnífica fotografía en blanco y negro de Gatti, el rodaje de algunas escenas con la cámara al hombro, el empleo de una multitud de figurantes en los planos generales, los escenarios reales de la propia Casbah argelina, esa cierta frialdad y lejanía con la que se nos presentan algunas de las escenas, hacen que nos de la sensación de estar asistiendo a uno de esos programas de televisión en los que retransmiten en directo desde el escenario de los acontecimientos.



Película partidista (porque toma partido), pero de gran nivel como obra visual e impagable como documento de aquellos años y para ver unos escenarios, una forma de vida, de vestir, de divertirse, de luchar, que retrata muy de cerca en el tiempo y que ya no es así, su valía tesmonial de la época es innegable y, además, resulta entretenida.



2 comentarios:

  1. Italia con Francia contaron con un mayor desarrollo del cine político y militante.Pantecorvo, pero también Rossi,Petri,Loy, Risi, Damiani, Gregoretti, Montaldo, Lizzani... Pero hay otros nombres, yo añadiría el actor-director Gian Maria Volonté, incluso P.P. Pasolini. Amigo Trecce el Cine Militante no está en órbita. El capitalismo pudo con todo. Andres Linares tiene en Castellote un librito muy ilustrativo. Un saludo

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  2. Recuerdo haber leído el libro de Linares, hace tiempo.
    Hay una española, Helena Lumbreras, que representa una de las grandes protagonistas del cine militante antifranquista en los años 60 y 70

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